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El mito sobre las antenas de telefonía móvil

La decadencia en el servicio de los operadores de telefonía móvil obedece, según ellos, a la falta de infraestructura, la cual no se ha expandido debido a las restricciones en los municipios del país.

4 de junio de 2013

Las restricciones que se presentan para el despliegue de infraestructura en Colombia debido a la aprobación de normas municipales relacionadas con el ordenamiento del territorio plasmadas en el POT (Plan de Ordenamiento Territorial),  han limitado en gran medida el desarrollo de la infraestructura de antenas de telefonía móvil a lo largo del territorio nacional, generando no sólo retraso tecnológico, sino la afectación de la calidad de servicio.

Muchas de esas medidas en los municipios están basadas en los supuestos perjuicios a la salud que causa la radiación de los equipos instalados, pero que no tienen ningún respaldo científico o estudio profesional valido.

Así lo señala el doctor Kenneth Foster, quien además es profesor de Bioingeniería en la escuela de ingeniería y ciencias aplicadas de la Universidad de Pensilvania. “Soy muy escéptico al respecto porque no puede decir que exista una base científica fuerte sobre las repercusiones a la salud por culpa de las antenas de telefonía móvil”.

En su opinión se trata de un asunto que se viene discutiendo desde hace tantos años que el tema ya genera muchas incertidumbres, inclusive, asegura que ninguna agencia de salud en el mundo ha emitido una razón específica para preocuparse por ese tipo de estructuras.

El experto advierte que “no estoy diciendo que no causa daño, estoy diciendo que muchas agencias de salud han estudiado los posibles efectos de las antenas y no han podido encontrar ninguna evidencia que afirme que causan algún tipo de daño”.

Foster evidencia que Colombia está 10 años atrás de Europa, teniendo en cuenta las inquietudes que surgen a partir de la infraestructura de telecomunicaciones. “En los últimos 5 años, más de 35 expertos de todas las agencias de salud simplemente no han encontrado nada y todos dicen que se necesita una investigación”.

Por ahora, el profesor sugiere respetar los límites de la exposición,  los cuales deben estar dentro de los márgenes de seguridad. Se debe tener cuidado en cómo van a manejar las antenas en los edificios, en las zonas residenciales, etc., para no exceder esos límites sugeridos”.

Explica que en Europa tienen regulaciones preventivas, no tiene que ver con temas de salud, se trata más de políticas frente a la instalación de los equipos.

Concluye que no se debe culpar a las antenas de un perjuicio a la salud, cuando hay tantos emisores de radiación dentro de la sociedad. “Tendrían que decir que los radares también son perjudiciales. Regular este tipo de cosas es muy difícil”.

En este sentido, los Planes de Ordenamiento Territorial (POT) van en contra de los objetivos planteados en el  Plan Nacional de Desarrollo, que se fundamentan en triplicar el número de municipios conectados por la autopista de la información y dar acceso permanente a internet al 50 % de las MIPYMES,  el 50 % de los hogares, para llegar a 8.8 millones de conexiones, incluyendo las regiones más apartadas y de difícil acceso. El 88.3% de los usurarios de telefonía móvil pertenecen a los estratos socioeconómicos menos favorecidos 1, 2, y 3.

El Artículo 55 del Plan Nacional de Desarrollo reza que las entidades del Estado a nivel nacional, departamental, distrital y municipal deben “promover el goce efectivo del derecho de las personas a la comunicación a través de Tecnologías de la Información  y las Comunicaciones y se abstendrá de establecer barreras, prohibiciones y restricciones que impidan directamente el acceso de las personas a dichas tecnologías.  

Las entidades territoriales gozan de autonomía para la gestión de sus intereses y dentro de los límites de la constitución y la ley, sin embargo, las trabas puestas en las hojas de ruta locales afectan la calidad del servicio móvil, no permiten que los operadores cumplan con los índices de calidad establecidos y promueven el retraso tecnológico, el acceso a nuevas tecnologías y por lo tanto el desarrollo educativo, laboral y económico.