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El euro: ¿mito o realidad?

Hasta ahora, la moneda ha desilusionado. Varios analistas pronostican que podría repuntar en este año.

8 de febrero de 2002

El primero de enero de este año, con la entrada en circulación de las monedas y billetes del euro, el mundo empezó a poner nuevamente sus ojos en el comportamiento de la divisa de la Unión Europea que, a pesar de las expectativas que había sobre ella, aún no ha despegado.



Es hora de que el euro empiece a tomar fuerza, pues Europa no ha logrado demostrar que tiene el potencial para jalonar el crecimiento de la economía mundial. En un entorno de desaceleración, la economía europea, pese a lo que se creía, terminó rezagada frente a Estados Unidos.



Desde su lanzamiento, el euro ha perdido más del 20% de su valor frente al dólar. ¿Qué razones explican este comportamiento? ¿Podrá el euro realmente impulsar la economía europea? ¿Será el 2002 el año del repunte de esta nueva moneda?



Las limitaciones de la política fiscal y monetaria



La historia del comportamiento del euro no ha sido muy favorable, pues esta moneda aún no ha cumplido las expectativas que había en torno a la unificación monetaria. Desde un principio era previsible que la nueva moneda enfrentase problemas producto de los ajustes necesarios para unir el manejo de 12 economías diferentes, tales como las restricciones para manejar la política fiscal y monetaria. El caso de Alemania es un ejemplo de lo anterior, pues su déficit fiscal se está acercando al tope establecido por el Banco Central Europeo (3% del PIB), por lo cual probablemente la entidad comunitaria debería modificar este margen, situación que tendría graves repercusiones en la confianza de los mercados en el compromiso de la comunidad en cuanto a la estabilidad fiscal. Por ahora, la situación no se ha tornado grave; sin embargo, una política débil puede repercutir de manera importante en el comportamiento de la moneda en el futuro.



En términos de política monetaria, además, el hecho de que los países no puedan establecer libremente sus tasas de interés complica un poco más la situación de la moneda. En caso de que ocurriera un evento con mayores repercusiones en unos países que en otros, el rango de maniobra de los gobiernos en términos de tasas de interés y de cambio es mínimo. Aunque hasta ahora los eventos desde el nacimiento de la moneda han afectado de manera similar a los 12 países miembros, esta circunstancia aún es considerada por los inversionistas como una razón para mantener cierto escepticismo frente a la moneda.



El débil crecimiento europeo



En la medida en que las complicaciones de política monetaria y fiscal ya se conocían de antemano, los analistas empezaron a dibujar nuevas teorías para explicar el débil comportamiento del euro. Se pensó entonces que el problema de la moneda radicaba en el débil crecimiento de Europa frente a Estados Unidos, que hacía inminente la fortaleza del dólar.



La culpa, según varios analistas, era del Banco Central Europeo que tardó mucho en bajar las tasas de interés en el 2001, por lo cual llevó a los países de Europa a una recesión. Sin embargo, desde marzo, Estados Unidos entró oficialmente en recesión y la situación del euro no mejoró. Por el contrario, la recuperación de la economía europea ha sido más lenta de lo que se pensó. Europa terminó decepcionando al mundo, pues se esperaba que jalonara el crecimiento al entrar Estados Unidos en crisis. Pero con la caída de la economía estadounidense, la europea cayó también.



El crecimiento del PIB en la zona registró para el segundo y tercer trimestre del 2001, tan solo un 0,1% trimestral y para el último trimestre no repuntó. Según la encuesta de confianza industrial, realizada por el Banco Central Europeo, la producción manufacturera se contrajo en el último trimestre del 2001. La zona, además, ha venido enfrentando un nivel muy alto de desempleo (de cerca del 8,5%) que incide de manera importante en el débil comportamiento de su economía. Esta situación no parece mejorar en el corto plazo, pues las encuestas indican que el empleo continuará cayendo en el sector manufacturero y de servicios.



Una menor productividad que la estadounidense



Otra de las teorías utilizadas para explicar el comportamiento del euro dice que el crecimiento de la productividad en Estados Unidos es mayor que en Europa. La razón, según Alan Greenspan, gerente de la Reserva Federal, es que las rigideces en el mercado laboral de la zona no le permiten bajar costos y volverse productiva.



Si Europa no se concentra en sacar adelante las reformas estructurales que necesita y en especial las laborales, su moneda simplemente no podrá despegar. El reporte de la Comisión Europea sobre competitividad corrobora esta teoría. No obstante, el cálculo que utiliza para medir la productividad no es tan acertado, pues la mide como la razón entre PIB y empleo sin tomar en cuenta las horas trabajadas. Si se estima la productividad como el producto entre PIB y hora trabajada en promedio, según The Economist, el resultado es muy distinto: la productividad europea es superior por lo que no se podría usar esta teoría como la única explicación para el comportamiento del euro. La evidencia, entonces, apunta a que no se sabe con certeza qué factores han afectado el desempeño de la moneda.



El año del despegue



Aunque aún hay un gran escepticismo frente a lo que pueda ocurrir con la divisa y muchos de los problemas mencionados anteriormente se pueden mantener, este año hay un mejor clima para el euro.



La mayoría de los analistas concuerda en que la recuperación del euro viene en camino, pues ya hay signos claros del repunte de la moneda. Según Credit Suisse First Boston, una de las explicaciones del débil comportamiento del euro era que el gran flujo de capitales de los mercados internacionales a Estados Unidos afectaba de manera importante la cifra de inversión en los países europeos. Hoy, esta tendencia se ha ido revirtiendo pues las cifras indican que cada vez hay un mayor flujo de capitales hacia los países de la zona.



El banco HSBC afirma que, desde julio del 2001, el promedio de inversiones a 6 meses en Europa es positivo y continúa en crecimiento. Hasta noviembre del 2001, más de US$90 millones netos se han movido desde el exterior a los países de la zona euro. La explicación de lo anterior, según el banco, es que los inversionistas aún están dudando de la pronta recuperación de Estados Unidos.



De otra parte, su entrada en circulación el pasado primero de enero debería estimular la demanda por el euro, fortaleciendo su posición frente al dólar. Para el presidente de la Comisión Europea, el italiano Romano Prodi, la nueva moneda en manos de consumidores y empresas impulsará la economía de los países miembros, convirtiendo a Europa en un nodo más productivo y eficiente.



Al tener los consumidores la posibilidad de comparar precios, se estimulará una dinámica empresarial de reducción de costos y aumento de competencia que terminará incrementando la competitividad de las empresas de la zona. Esta nueva dinámica se extenderá, además, hacia el intercambio de productos entre países, pues habrá un mayor beneficio de la especialización.



Algunos economistas del banco de inversión SalomonSmithBarney predicen que la nueva moneda persuadirá a los gobiernos europeos a llevar a cabo las reformas estructurales necesarias para su crecimiento, por lo que la zona se convertirá por fin en una potencia mundial.



Varios analistas opinan que la moneda adquirirá fuerza durante este año. Credit Suisse First Boston en Londres espera una apreciación del 10% del euro, producto de un cambio de percepción de la gente al contar ahora con la moneda física. El Banco Central Europeo, por su parte, asegura que la recuperación del euro durante este año es muy probable pues las condiciones de financiamiento en el área son favorables y la inflación seguirá cayendo, haciendo que la demanda doméstica repunte.



Los inversionistas ya están recomendando inversiones en euros, apostándole a una recuperación de la moneda. La más reciente encuesta de Merrill Lynch entre los administradores de fondos globales más reconocidos concluye que las perspectivas sobre el mercado europeo son más positivas que las del mercado estadounidense (37% frente a 25%).



Los bancos consideran más atractivas las inversiones en euros ahora, dado que ya pasó de ser una moneda virtual a una moneda real. Los consumidores, por su lado, en la encuesta de confianza del consumidor realizada por el Banco Central Europeo, demuestran mayores expectativas sobre el mejoramiento de la economía en general, producto de una caída en el índice de desempleo.



Este año puede ser mejor para el euro. Sin embargo, las expectativas han excedido la realidad en el pasado. Europa enfrenta ahora su mayor prueba de fuego, pues su posición dentro de la economía mundial está en juego. De todas maneras, el euro es un ejemplo de perseverancia política en el que un grupo de países se compromete con un destino. Un ejemplo para los países latinos sobre cómo se hace la integración en el mundo moderno. Para Colombia, representa un antecedente importante que no se puede perder de vista, considerando que el país tiene el compromiso de conformar un mercado común con sus socios de la región andina a más tardar en el año 2005.