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Ocho años de confianza para el cooperativismo

Balance

El cooperativismo, aspecto de crecimiento

En 2002 cuando Uribe se posesionaba por primera vez, incluía en su plan de gobierno a las cooperativas como grandes aliadas del desarrollo, ocho años después, este país se ha convertido en el “mayor cementerio cooperativo del mundo”, según Juan Fernando Álvarez, coordinador de investigación del Instituto de Economía Social y Cooperativismo.

8 de agosto de 2010

Él recuerda que en 2007 encontró que habían “siete mil y pico” de cooperativas en liquidación. El cementerio no era tan evidente porque nacieron otras, es por eso que con base en las cifras de cooperativas registradas, en 2009 habían 8.124 cooperativas, casi el doble que en 2002 cuando estaban registradas 4.195. Hay que resaltar que las cifras oficiales no incluyen las cooperativas no registradas.

Álvarez señala que sí bien el sector se ha recuperado y fortalecido durante estos ocho años, hay que tener en cuenta que para 2002 Colombia estaba tratando de salir de una crisis cooperativa que había quebrado a muchas organizaciones del gremio. En ese momento los activos de la totalidad de las cooperativas era de $8.147.549, hoy es de $21.200.500

La finalidad de fortalecer el cooperativismo, explica Álvarez, no era otra que “llegar a las bases organizadas de la sociedad para poder fortalecer la sociedad civil en una relación típica de los regimenes de bienestar, una relación entre Estado – Mercado – Sociedad Civil”.

Las cooperativas que más fuerza tomaron durante estos ocho años fueron las cooperativas de trabajo asociado (CTA), que se crearon para bajar los costes fijo, como los de nómina. Este tipo de cooperativas fueron muy exitosas, sin embargo, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) dijo que en Colombia se estaban violando los derechos de sindicalización y a un trabajo digno a través de las CTA, así mismo, la bancada demócrata del Congreso de los Estados Unidos advirtió, durante las discusiones del TLC, que en Colombia hay dumping laboral – también a través de las CTA- y que esos costes infrahumanos no podían pagársele a trabajadores de igual preparación en los Estados Unidos.

El tema de ingresos justos continuo siendo una utopía. Así como la idea de convertir este país en un país de propietarios, tampoco hubo muchas cooperativas de vivienda exitosas.

Por otra parte, las cooperativas agropecuarias no se vieron afectadas, según Álvarez porque son organizaciones realmente fuertes a las que es muy difícil tratar de transformar.

En lo que respecta a cooperativas financieras la cosa funcionó bastante bien, se consolidaron las entidades y los activos, y se les reguló con mucha rigurosidad desde la superintendencia financiera.

Las del sector salud se consolidaron en cuatro grandes empresas, con finalidad de ampliar la cobertura y bajar los costes fijos. Fue en ese sector en el que más cooperativas se crearon y desaparecieron, el 40% de las cooperativas en Colombia eran de salud.

Para él las grandes falencias del gobierno en lo que respecta a cooperativas tiene que ver con la “falta de claridad que hay no sólo en estos ocho años, sino históricamente, con el tema de las cooperativas, la profusidad legal, las excesivas discrecionalidades por parte de los funcionarios públicos, la ausencia total de negociación con los asociados y los intereses políticos que se contraponen a las políticas públicas”.

Por otra parte, las cooperativas de educación tienen un balance bastante positivo. Alfonso León Palacio, vicerrector administrativo de la Universidad Cooperativa de Colombia, afirma en lo que respecta a educación, se conservaron las garantías por parte de la superintendencia y del Departamento Administrativo Nacional de la Economía Solidaria (DANSOCIAL).

Se hizo una labor de supervisión y control en las políticas de cooperativas de educación y gracias a eso crecieron en cobertura y en número de estudiantes, y pudieron desarrollar su objeto social con mayor facilidad..Se conservo la exención de los impuestos aunque se les impuso la obligatoriedad de cumplir la inversión en lo social, una donación del 20% de las ganancias obtenidas. Los asociados de las cooperativas en Colombia pasó de 2.430.649 en 2002, a 4.821.763 en 2009.