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Economía en expansión

Más que sorprenderse por el alto crecimiento del PIB en el segundo trimestre, los colombianos deberían preocuparse por su sostenibilidad.

29 de septiembre de 2006

La economía colombiana sorprendió a todos, incluyendo al gobierno, con un crecimiento en el segundo trimestre del año de 5,96% frente al mismo trimestre de 2005, muy superior al previsto, en especial a raíz de los hechos ocurridos, como la caída de los mercados financieros y la huelga de la Drummond.

La gran pregunta que surge es si una expansión como la que acaba de presentarse en el segundo trimestre del año es o no sostenible. Pues bien, la respuesta está en las cifras.



Por el lado de la demanda

Por el lado de la demanda, las cifras de crecimiento de la economía colombiana sobresalen. Tanto el consumo como la inversión están disparados, algo maravilloso, si se mira desde la perspectiva de un país que por años estuvo ávido de lograr crecimientos aceptables de estas dos variables, pero preocupante dada la magnitud de los crecimientos.

La mayor contribución al crecimiento del PIB en el trimestre estuvo por el consumo final que creció 4,40%, jalonado por el consumo de los hogares que aumentó 5,32%, mientras que el del gobierno lo hizo en 1,52%.

Este comportamiento que muestran las cifras del Dane está muy en línea con los resultados de la Encuesta de Consumo de Fedesarrollo, que continuamente ha mostrado una mayor disposición de los colombianos a consumir, así como con el índice de confianza de los consumidores, que también reporta esta encuesta.

En cuanto a la composición del consumo de los hogares, que trae la misma trayectoria desde hace 18 meses, es muy interesante observar que los bienes durables encabezan la lista, con un crecimiento de 16,7% en el trimestre, seguidos por los semidurables, con 6,88%, los no durables con 4,58% y finalmente los servicios con el 4,12%.

La recuperación del consumo de los hogares a los niveles actuales está relacionada, además de con la mayor confianza de los consumidores, con el crecimiento del crédito de consumo, por encima del 40% anual, el crecimiento de las tarjetas de crédito, de los créditos diferentes a los del sector financiero y con las bajas tasas de interés. Esto tiene nerviosos a los analistas, más aún si se tiene en cuenta que mucho de la expansión se debe a la amplísima liquidez monetaria, la cual es insostenible.

De hecho, la Junta del Banco de la República tendrá que decidir el viernes 29 de septiembre (después del cierre de esta edición) si ante las presiones inflacionarias que se reflejaron en el dato de inflación de agosto, que llevó la inflación anual a 4,75%, pasa la tasa de interés de intervención del actual 6,75% a 7%. Si la junta opta por este camino, la expansión del consumo de los hogares podría verse afectada, debido al alto endeudamiento y al impacto que sobre el mismo tiene un incremento de la tasa del Banco.

De otra parte, la inversión total, medida por la formación bruta de capital fijo, creció 31,68% en el trimestre, gracias al continuo mejoramiento de las condiciones para la inversión, tanto económicas como sociopolíticas, donde el impacto de la reelección del presidente Uribe fue definitivo.

El rubro que quizás ha tenido el peor desempeño en lo que va corrido del año es el de exportaciones, con un crecimiento de 0,82% en el trimestre, y de 3,94% en el semestre. En estos mismos períodos, el crecimiento de las importaciones fue de 18,85% y de 20,85% en el trimestre.



Por el lado de la oferta

Desde la oferta, el gran crecimiento de la economía se concentró en cuatro sectores. Construcción que creció 28,2% impulsada por las edificaciones y las obras civiles, y contribuyó 1,45% al crecimiento. Comercio que creció 8,98% y aportó 1,04 puntos, transporte que creció 9,95%, y aportó 0,81 puntos porcentuales y la industria, que con un crecimiento de 6%, contribuyó con 0,90 puntos al crecimiento del PIB. Estos cuatro sectores aportaron 4,2 puntos porcentuales.

También tuvieron un crecimiento positivo, aunque menos destacado, los sectores agropecuario, de electricidad, gas y agua y el de servicios comunales. El aporte de los tres fue de 0,47 puntos.

Los impuestos menos subvenciones a la producción nacional tuvieron un impacto en el crecimiento del trimestre, con un aumento de 11,21% y una contribución al total de 0,82 puntos porcentuales.

Por el lado negativo, dada la crisis de los mercados financieros en mayo y junio, el sector de intermediación financiera cayó 39,15%, en tanto que el sector de establecimientos financieros, seguros, inmuebles y servicios a las empresas lo hizo en 7,02%. El sector minero se redujo 4,43%. Este último como resultado de la huelga de la Drummond que duró más de un mes. Según la empresa, durante la huelga se dejaron de exportar 2,4 millones de toneladas con pérdidas diarias de US$2,4 millones.

Con estos resultados del segundo trimestre del año, el crecimiento del primer semestre asciende a 5,74% frente al mismo trimestre de 2005. En el semestre, fueron los mismos sectores que jalonaron la economía en el segundo trimestre los que lo hicieron a todo lo largo del semestre. Esto es construcción, comercio, transporte e industria.

Los riesgos

El crecimiento del consumo y de la inversión a los niveles actuales podría verse comprometidos por el aumento de las tasas de interés por parte del Banco de la República y también por la reforma tributaria. Si los inversionistas ven un sesgo antiinversión en la misma, rápidamente perderán la confianza y pospondrán las decisiones de inversión.

El aumento de las tasas de interés se podría reflejar en los intereses para el crédito de vivienda y afectar este sector. De hecho, entre abril y junio, después de que se redujeron las tasas de interés, los préstamos aprobados y entregados por la banca hipotecaria crecieron 42,12% y 16,09%, respectivamente.

Las exportaciones pierden fuerza, debido a la caída de los precios de algunos productos básicos en el mundo. Si el precio del petróleo sigue cayendo como se prevé y se desacelera la economía de Estados Unidos, a donde Colombia manda el 50% de las exportaciones, este sector podría verse más afectado. Además, existe el riesgo para este sector de que los Congresos de los dos países no aprueben el TLC o que no lo haga la Corte Constitucional.

Finalmente, si el gobierno no tiene éxito en la aprobación de las reformas tributaria y de transferencias, sería muy mal visto por los mercados financieros del exterior, lo cual complicaría el acceso al crédito.