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Economía 2008

Las proyecciones del FMI son optimistas, aunque no descartan la posibilidad de que los riesgos latentes empujen el crecimiento mundial hacia abajo.

26 de octubre de 2007

En el marco de la asamblea anual, el Fondo Monetario Internacional lanzó su informe sobre perspectivas económicas para 2008. De acuerdo con esta entidad, aunque los problemas financieros que se presentaron en agosto pasado, a raíz de la crisis de las hipotecas subprime en Estados Unidos, no impactaron el crecimiento mundial en 2007, sí lo harán en 2008. De hecho, el Fondo redujo la proyección de crecimiento mundial pasado para ese año.

Y, aunque asegura que no considera que el crecimiento mundial haya llegado a un punto de inflexión, es enfático en afirmar que el crecimiento será menor en los años siguientes y que incluso existen algunos riesgos que podrían reducirlo aún más.

Entre los riesgos que se mencionan en el informe, está en primer lugar la posibilidad de que los problemas en los mercados financieros se profundicen y que conduzcan a una fuerte desaceleración de la economía mundial.

De igual forma, la inflación y la posibilidad de que ésta se acelere es otro riesgo potencial, como lo son también la volatilidad de los mercados de petróleo, el impacto de los flujos de capital sobre las economías emergentes y, lo que sería más grave aún, una desvalorización adicional del dólar.

Para 2007, el FMI calcula un crecimiento de la economía mundial de 5,2%, impulsada principalmente por China, India y Rusia, que con crecimientos de 11,5%, 9% y 8%, respectivamente, aportaron el 50% de la expansión mundial. El resto de países emergentes también creció muy bien, incluso los africanos de bajos ingresos.

En contraste, el desempeño de los países desarrollados fue mediocre, particularmente el de Estados Unidos, como consecuencia de la crisis hipotecaria.

Las perspectivas del FMI para 2008 son de un crecimiento de la economía mundial bueno, estimado en 4,8% frente a 5,2% en 2007 y 5,4% en 2006. La desaceleración vendrá de Estados Unidos, que crecerá tan solo 1,9%, en vista del costo sobre el crecimiento, de casi un punto porcentual, debido a la crisis hipotecaria.

De hecho, el Fondo ve muy posible que como resultado de los problemas hipotecarios se reduzca la inversión en vivienda. De igual forma, el consumo de los hogares se podría ver afectado por los mayores precios del petróleo, la pobre generación de empleo y los menores precios de la vivienda.

En la zona euro, la proyección de crecimiento se redujo en 0,4 puntos porcentuales frente a la prevista en julio pasado debido a los efectos de la revaluación del euro sobre la economía y el apretón crediticio.

Para el Japón, el Fondo está estimando un crecimiento de 1,7% en 2008, por debajo del 2% estimado para 2007. Esto como resultado del pobre desempeño del segundo trimestre, el menor crecimiento mundial y el fortalecimiento del yen.

En las economías desarrolladas actúan a favor del crecimiento los buenos balances de las principales entidades financieras antes del inicio de la crisis, la alta rentabilidad y bajo endeudamiento de las empresas, el buen desempeño del mercado laboral y la riqueza neta de los hogares. .

El FMI espera que las economías emergentes sigan creciendo muy bien, particularmente China, con una expansión por los lados del 10%. Más aún, el crecimiento de la demanda agregada en estas economías debería continuar impulsando el crecimiento global.

Las proyecciones anteriores suponen que la liquidez mundial se restablece gradualmente en los meses siguientes y que el mercado interbancario se normaliza. Supone, sin embargo, que los spreads para los activos más riesgosos se van a mantener altos, después del largo período de bajos spreads que vivimos, y que las condiciones para acceder al crédito se van a endurecer.

Las proyecciones suponen también que la Reserva Federal de los Estados Unidos reduce las tasas de interés de corto plazo en 50 puntos básicos adicionales antes de finalizar el año y que el Banco Central Europeo y el Banco de Japón no vuelven a subir los intereses en este año.

Con base en los supuestos anteriores, el FMI considera que los fundamentales de la economía mundial se mantienen sólidos y que son estos los que van a continuar dando soporte al crecimiento global.

Los riesgos

El aumento de la inflación, tanto en los países desarrollados como en los emergentes, es un tema que preocupa al FMI, especialmente por el dilema en que se encuentran los bancos centrales de tratar de controlar la inflación, pero sin desacelerar el crecimiento. En este sentido, el aumento en los precios del petróleo, así como en el de los alimentos por cuenta de la utilización de muchos de ellos en la producción de biocombustibles, surgen como una gran amenaza para la estabilidad de los precios.

De otra parte, la depreciación del dólar frente al euro y la libra esterlina es uno de los mayores riesgos que presenta la economía mundial en este momento. Incluso Rodrigo Rato, presidente del FMI ha manifestado su preocupación y ha invitado a los diferentes países a actuar sobre el tema.

El dólar que ha estado a la baja desde 2005, cayó aún más después de la crisis hipotecaria y de la decisión de la Reserva Federal de reducir los intereses. De hecho, está en el nivel más bajo desde 1971.

Para algunos analistas, la caída del dólar es una buena noticia. Afirman que un dólar más débil, junto a un menor crecimiento en Estados Unidos frente al del resto de países, es bueno para las exportaciones americanas y que le da aire a la economía para que crezca.

En el entretanto, la desaceleración del crecimiento en Estados Unidos en el último año y la depreciación del dólar ya han tenido algún impacto en el déficit de cuenta corriente que se redujo a 5,5% del PIB en el segundo trimestre de 2007.

De otra parte, a pesar de los posibles beneficios, la devaluación del dólar es perjudicial para la economía global, debido a que su impacto es bastante desigual. Afecta las monedas flexibles como el euro y la libra, mientras que no toca para nada el bloque del dólar de los exportadores de petróleo, ni a China, ni a los países emergentes que mantienen regímenes cambiarios fijos, ya sea de facto o de jure.

Esto lleva a que sean la zona euro y el Reino Unido, así como los países con tasas flexibles, los que tengan que cargar con buena parte del ajuste.

También existe el temor de que la devaluación del dólar se salga de control y que los inversionistas extranjeros pierdan su disposición a seguir financiando el déficit de cuenta corriente de Estados Unidos, que aunque se ha reducido un poco, todavía es excesivamente alto.

La única forma para evitar que esto suceda frente a un escenario de mayor devaluación del dólar es que el rendimiento de los activos en dólares se eleve, incluyendo las tasas de interés en Estados Unidos.

Qué pueda pasar hacia delante, depende de la magnitud de la desaceleración de la economía de Estados Unidos. Si entra en recesión, el impacto sobre el dólar podría ser nefasto. Pero, hay que esperar.