Home

País

Artículo

Aunque los economistas creen que una devaluación es inminente, el presidente Hugo Chávez tendrá que jugar sus cartas para evitar que este tema termine afectando sus aspiraciones políticas.

Economía

Devaluación a la vista

Todo parece indicar que Venezuela va a tener que devaluar el año entrante. Pero Chávez está en una encrucijada porque en 2012 hay elecciones presidenciales.

24 de noviembre de 2011

Aunque muchos creen que ‘no hay quinto malo’, en Venezuela esta frase podría tener su excepción: el anuncio de una quinta devaluación adoptada por el gobierno del presidente Hugo Chávez desde 2003, cuando adoptó el sistema de control cambiario.

El tema es un verdadero tabú en ese país, pues se ha convertido en el terror de las amas de casa y de los empresarios que hacen negocios internacionales. Sin embargo, hay quienes creen que la excesiva apreciación de la moneda ha sido combustible para la inflación galopante, que este año podría superar el 25% y genera una pérdida en el poder adquisitivo de los venezolanos.

La discusión sobre este tema ha tomado fuerza en las últimas semanas en los principales medios escritos y programas de opinión en Venezuela, entre otras razones porque el propio presidente del Banco Central ha dicho que el gobierno debe estudiar la posibilidad de abrir un mercado paralelo o un mercado nuevo de bonos más transparentes a través de la bolsa de valores, que en la práctica llevaría a una nueva devaluación. Pero, ¿es viable una decisión de este calado en 2012, cuando el presidente Hugo Chávez se juega su reelección.

Entre los economistas no hay discrepancias sobre la necesidad de adoptar una devaluación para sincerar las cuentas de la nación y eliminar los subsidios artificiales que ha otorgado el gobierno para importar buena parte de sus productos. La fallas estructurales de una economía controlada por el gobierno y cada vez más estatizada son tan protuberantes, que crecen las voces de quienes aseguran que resulta insostenible mantener un bolívar tan fuerte como el que tiene actualmente este país.

Estos argumentos son parecidos a los que se registraban en diciembre de 2009, antes de que el gobierno expidiera, en enero de 2010, un decreto para ‘unificar’ tarifas, que en la práctica se convirtió en una devaluación, pues la tasa de cambio se elevó de 2,60 bolívares por dólar a 4,30 para la mayoría de productos que se importan en Venezuela, incluidos los alimentos y medicinas que hasta ese momento tenían tasa preferencial. Sin embargo, el gobierno sufrió las consecuencias de esta decisión en las elecciones regionales de 2010, cuando la oposición logró recuperar posiciones.

Si bien es cierto que mantener una tasa de cambio artificial resulta muy costoso para el gobierno, que le ha apostado a un bolívar fuerte y ha tenido que destinar buena parte de sus ingresos petroleros para evitar la temible devaluación, el costo de devaluar la moneda puede resultar muy elevado para Chávez.

El economista Ángel García Banchs considera que el gobierno debe conseguir US$27.000 millones para evitar una devaluación en 2012, ya que las necesidades fiscales del gobierno son cuantiosas en vísperas de un año electoral, cuando se dispara el gasto público. Estos recursos son necesarios pese a los mayores ingresos del gobierno por exportaciones de petróleo, que tuvieron un incremento de 51% entre enero y septiembre de este año, frente a igual período de 2010, y que no alcanzaron a impactar el crecimiento de la economía, que solo aumentó 2,9% en el mismo periodo.

El economista Pedro Palma, presidente de la Academia de Ciencias Económicas, cree que, aunque la devaluación es necesaria, no es conveniente para el gobierno por razones políticas. “Las razones económicas sobran para devaluar, porque el dólar está en precios artificialmente bajos, pero desde el punto de vista político el gobierno tiene una máxima y es que no se puede devaluar porque es una de las medidas más impopulares”, sostiene Palma.

Para la directora de estudios económicos de la Cámara Colombo-Venezolana, Anamaría Camacho, el gobierno puede aplazar la devaluación hasta después de elecciones porque cuenta con liquidez para financiar sus importaciones (70% de su consumo) y el servicio de la deuda, ya que los precios del petróleo están por encima de US$90 por barril. “Una razón para que haya devaluación inminente es que caiga el precio del petróleo por debajo de los US$80, pero eso no se espera en el mediano plazo”, sostiene.

La discusión sobre la conveniencia de devaluar la moneda en Venezuela apenas comienza y se ha convertido en un abrebocas de lo que podría ser una dura contienda por el poder en 2012. Las apuestas apenas arrancan.