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El director de Aerocivil, Santiago Castro, trabaja en la definición de un plan para mejorar la gestión operativa del Aeropuerto Eldorado, cuyas dificultades afectan a empresas y usuarios del transporte.

Coyuntura Nacional

Desastre aéreo

El invierno y la Semana Santa pusieron al descubierto nuevos problemas en el aeropuerto Eldorado: sobrecostos, fallas en la gestión y mala calidad en algunas obras.

27 de abril de 2011

Bogotá no solo tiene problemas de movilidad en las vías. También los tiene en el aire. Así quedó claro durante la Semana Santa, cuando se hicieron evidentes nuevas fallas en la operación de la terminal aérea más importante del país y una de las de mayor tráfico de América Latina. Los retrasos en las obras de infraestructura -a cargo del concesionario Opaín-, la obsolescencia de algunos equipos de control del tráfico, la falta de operadores y hasta los efectos del invierno, están haciendo que el negocio aéreo en la capital del país esté a punto de colapsar. Con un agravante: este año se movilizarán más de 20 millones de personas, frente a 14 millones de hace dos años. ¿Qué está pasando en el Aeropuerto Eldorado?

Dos tipos de quejas se han vuelto frecuentes: las económicas y las de convivencia. Las primeras tienen como quejosos a las aerolíneas, afectadas por los sobrecostos que genera la deficiente gestión del tráfico aéreo, en cabeza de la Aeronáutica Civil. En el segundo grupo están tanto aerolíneas como usuarios empresariales afectados por las demoras en la construcción de obras, la calidad de algunas de ellas y los onerosos cobros por el uso de instalaciones aéreas.

El presidente de la Asociación de Transporte Aéreo de Colombia (Atac), Manuel Leal, sostiene que las demoras, imputables al control del tráfico aéreo, este año alcanzan las 3.650 horas acumuladas, lo que significa unos sobrecostos por cerca de $36.000 millones. Estos sobrecostos se generan por el combustible extra que consumen las aeronaves cuando hay demoras en la operación y horas adicionales en personal y uso de las aeronaves.

El tema genera tal preocupación que ya intervinieron el presidente Juan Manuel Santos y su ministro de Transporte, Germán Cardona y durante la reciente visita del presidente de Iata, Giovanni Bisagnani, se comprometieron a tomar correctivos.

Estas decisiones se conocerán el próximo 26 de mayo, cuando el director de la Aerocivil, Santiago Castro, presentará la bitácora con los avances en la solución de dos problemas que se han vuelto endémicos: la falta de controladores aéreos y la obsolescencia de los equipos de ayudas para la gestión del tráfico aéreo. Aunque la Aeronáutica tiene cerca de 600 controladores aéreos, la cifra es insuficiente para atender el aumento de las operaciones y, según Atac, faltan por lo menos 209 controladores más.

También en equipos, el aeropuerto 'se quedó' atrás a pesar de que su costo no superaría los US$20 millones. Incluso la Embajada de Estados Unidos donó el pasado 25 de abril US$891.840 para subsidiar la modernización del Plan Maestro del Aeropuerto Eldorado.

Los empresarios aéreos también esperan respuestas sobre la solicitud al Ministerio de Ambiente para obtener la licencia ambiental que permita que la segunda pista opere sin restricciones las 24 horas.

Obras a paso lento
Pero, si la gestión aérea genera inquietudes, no son menores las preocupaciones frente a los retrasos y problemas de calidad en las obras de infraestructura que adelanta el concesionario y que muchos creen que serán insuficientes cuando terminen, en 2014. El ministro de Transporte, Germán Cardona, reconoció a comienzos de abril retrasos del 6% en las obras, pero confió en una pronta solución. Por su parte, el gerente de Opaín, Juan Pulido, dijo que de las 46 obras previstas en el contrato ya se han entregado 23 y se vienen desarrollando en el tiempo acordado.

A las demoras se suman las quejas por problemas de calidad. Algunas compañías que operan en la terminal de carga -entregado en agosto de 2009-, se quejan por la mala compactación de las plataformas, que han cedido en algunos puntos y rompen tuberías de agua y generan fallas en la conducción del líquido. Para Pulido, estos son desperfectos menores que se están corrigiendo con las obras de mantenimiento.

Los usuarios aseguran que no se ha iniciado la separación de aguas negras y lluvias ni las soluciones a la planta de tratamiento de aguas ubicada al final de la pista 2.

El gerente de Opaín se defiende y señala que la planta de tratamiento es una obra que por cronograma tendrá que estar lista en 2013 pues tiene un alto nivel de complejidad ya que reemplazará las piscinas de tratamiento que funcionan desde 1994.

Estas quejas coinciden con los reclamos por un aumento, que los usuarios califican de exagerado, en los arrendamientos de las bodegas y genera fricciones, tanto con Opaín como con el Operador del Terminal de carga Aeropuerto Eldorado SAS, (Otca), al que subarrendó el servicio. Pulido cree que, pese a estos reparos, hoy los usuarios cuentan con sistemas de gestión en carga y pasajeros mucho más modernos y acordes con las necesidades del país.

Sin embargo, la percepción general de los usuarios es que las actuales obras ya están quedando 'pequeñas' frente al crecimiento de la industra aérea. Así las cosas, el principal aeropuerto del país estaría a punto de colapsar. Y el costo para las empresas, las personas y el país sería incalculable.