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Ben Bernanke, presidente de la FED, mostró su preocupación por el abultado déficit fiscal que acumula Estados Unidos en lo corrido de la crisis financiera.

Internacional

Déficit de Estados Unidos: asunto de todos

Las últimas declaraciones de Bernanke acerca de la amenaza que representa el déficit fiscal de Estados Unidos para la estabilidad financiera de esa nación, confirman que la recuperación tardará más de lo estimado inicialmente y nadie será ajeno a sus efectos.

12 de junio de 2009

En su intervención del pasado 3 de junio ante el Congreso de Estados Unidos, el presidente de la Reserva Federal (FED), Ben Bernanke, dio su punto de vista acerca de las condiciones económicas y financieras actuales y sobre los temas que conciernen directamente a la FED. Bernanke expresó su preocupación sobre la sostenibilidad fiscal de la economía estadounidense, una idea compartida por analistas del mundo entero, lo que generó inestabilidad en el comportamiento de los mercados financieros que, al final de la semana, no lograban recuperar la tendencia alcista de antes de la corrección que se produjo tras las palabras del presidente de la FED.

Después de la quiebra de Lehman Brothers, el 15 de septiembre de 2008, el gobierno de ese país buscó financiamiento mediante la venta de bonos del Tesoro con el fin de cumplir las obligaciones que le imponía el salir a rescatar el sistema financiero y la economía en general, como es usual en estas coyunturas. Sin embargo, con lo elevado del monto del plan de salvamento Estado Unidos se vio obligado a emitir deuda, alcanzando niveles históricos de endeudamiento (ver gráfico).

La economía de Estados Unidos ha evidenciado la necesidad de encontrar compradores para su deuda, pero China, su principal acreedor, empezó a aprovechar la situación para propender por una menor dependencia del dólar como patrón del comercio internacional. A esta idea se adhirieron rápidamente Brasil y Rusia, entre otros países.

Existe el temor de que la recesión estadounidense pueda tomar hasta diez años, como en el caso de Japón. Por ello sorprende que sea el propio gobierno de ese país el que se muestre temeroso de poder sostener los niveles de deuda actuales.

Un anuncio así podría llevar al colapso de los mercados financieros si las calificadoras de riesgo vieran en el hecho una fuente de mayor preocupación. Sin embargo, dada la importancia que tiene esta economía para el equilibrio global, a las agencias de calificación les parece inconveniente modificar el rating de ese país por las consecuencias que esto podría tener sobre los mercados globales. No obstante, todas las señales muestran que, en otras circunstancias, la deuda de Estados Unidos debería tener una perspectiva de calificación mucho menor. Esto viene presionando el dólar a la baja en los mercados internacionales.

Poco margen de maniobra

En general, lo que se ha observado es un incremento de la deuda de corto plazo con vencimiento inferior a un año, algo normal en la coyuntura actual porque el gobierno debía salir al rescate del sector hipotecario, lanzando masivamente bonos del Tesoro de largo plazo. Sin embargo, el temor por lo que está haciendo el Tesoro estadounidense es que se vea obligado a hacer un roll over de su deuda porque el gobierno se verá en dificultades para pagar los vencimientos de finales de 2009 y 2010.

La FED ha agotado virtualmente la capacidad de acción de su política monetaria al mantener la tasa de interés de referencia entre 0% y 0,25% en lo corrido del año, y al haber participado en la mayor intervención del gobierno federal en la banca privada desde 1930. Esto último crea un temor adicional ya que dicha intervención podría generar una inflación rápida en cuanto la economía se reactive. El mismo Bernanke ha declarado que la FED está alerta ante este peligro y ha asegurado que cuenta con los instrumentos para retirar del mercado el material inflacionario.

Además, el presidente de la FED se mostró confiado en que el final técnico de la recesión se producirá en 2009, basado en que el ritmo de la contracción parece estar reduciéndose. Para ello, la Casa Blanca deberá recortar el déficit para elevar la confianza de los consumidores y así mejorar las perspectivas económicas a largo plazo. Sin embargo, se espera que el endeudamiento del país alcance los US$1,8 billones este año, un monto cuatro veces mayor al dato récord de finales de 2008.

El mayor poseedor de activos financieros es la Reserva Federal, lo cual podría atenuar el hecho de que el Tesoro tenga que repagar sus deudas. Sin embargo, el balance de la FED no puede ser eternamente la fuente de financiación del Tesoro estadounidense. Dentro del balance de la FED se encuentran toda clase de activos, desde que abrió la posibilidad de que los colaterales de sus créditos fueran una amplia gama de activos que el sector financiero no podía sacar de sus balances.

Pero la necesidad de que el Tesoro pague sus bonos de corto plazo implica que el dinero circulante en exceso sea recogido de alguna forma y vuelva a las arcas de la FED con el fin de evitar un riesgo creciente para la inflación. Aún no se sabe qué sucederá con las posiciones en tesoros que países como China tienen en sus reservas internacionales, la desvalorización que se ha dado recientemente en las tasas de los tesoros de largo plazo abre la posibilidad de próximos anuncios. De hecho, extraoficialmente se dice que el próximo 16 de junio habrá una reunión de los países BRIC (Brasil, Rusia, India y China) en la que evaluarán qué hacer con sus reservas en dólares. A mediano y largo plazo es necesario resolver el problema fiscal del país.