Home

País

Artículo

| Foto: Getty Images

EDITORIAL

Economía colombiana: ¿cómo vamos, vamos bien?

El crecimiento registrado en el segundo semestre de 2019 tiene varias sorpresas gratas.

23 de agosto de 2019

El crecimiento registrado en el segundo semestre de 2019 tiene varias sorpresas gratas. La primera de ellas, que por fin, y luego de varios trimestres, todos los sectores andan en terreno positivo. Es evidente que no se puede cantar victoria en construcción ni en industria, que aunque mantienen un crecimiento positivo es aún cercano a cero.

Sin embargo, lo que se puede evidenciar en otros lados de la ecuación del crecimiento es bastante revelador. Tres sectores crecen por encima de 4%: comercio, con 4,8%; información y comunicaciones, con 4,2% y actividades financieras y de seguros, con 4,6%.

En los subgrupos hay incluso sorpresas más positivas. En comercio, el segmento de alojamiento y servicios de comida crece a 6,3%. Al buscar minuciosamente en las cifras, aparecen otros ejemplos del buen ritmo de crecimiento en sectores específicos.

La otra buena noticia es que el consumo de los hogares crece a una tasa sólida de 4,6%. Cabe recordar que durante los últimos años la confianza del consumidor se ha resentido por cuenta de la incertidumbre. Queda la lección de que, a pesar de todo, los colombianos siguen confiando en la economía y demandando productos y servicios. Al respecto nadie se puede llamar a equívocos.

Tal vez el Ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, funda sobre este panorama su optimismo, y le da para asegurar que la reactivación no tiene reversa. "La economía está rebotando y mucho mejor de lo que mucha gente cree", dijo el alto funcionario apenas se conocieron los datos que reveló el Dane.

“Esto solo nos indica que tenemos que seguir trabajando, porque la reactivación no tiene reversa. Y es más que claro que las medidas que hemos tomado en materia económica empiezan a verse, tras este dato que nos entregó el Dane”, dijo el ministro. Las cifras están empezando a darle la razón.

Pero eso no quiere decir que los desafíos y riesgos no sigan vigentes.

Un dato clave: desde la perspectiva del consumo, debe preocupar el alto crecimiento de las importaciones (8,3% trimestre contra trimestre anual y 8,9% en el primer semestre de este año), aún más en un contexto de devaluación y turbulencia internacional. Ciertamente, una buena porción de este incremento está asociado a la importación de bienes de capital, lo que fortalece al aparato productivo. Pero también es cierto que si las exportaciones no reaccionan, el hueco externo seguirá creciendo.

De aquí se desprende lo otro que dejan en evidencia estas cifras: que el déficit en cuenta corriente debe seguir en la mira para impedir sorpresas, justo cuando el mundo está al borde de una confrontación comercial.

Los resultados en industria y agro ponen en evidencia que por esa vía nos va a golpear la guerra comercial: si se siguen resintiendo los mercados internacionales, la demanda por nuestros productos también caerá y se podría agravar el déficit externo.

Incluso en el frente interno, que toma mejor ritmo, aún hay varios temas que amenazan la consolidación del consumo de los hogares y la inversión.

No solo está el aumento del desempleo y el deterioro del mercado laboral. También la aún baja confianza de los hogares, que sumada a las mayores expectativas inflacionarias, amenaza el repunte del consumo.

La posibilidad de un choque externo sigue vigente y esto pone a prueba la consolidación del aumento de las importaciones de bienes de capital, asociadas a la inversión en maquinaria y equipo. La construcción de edificaciones también sigue pesando sobre la actividad económica.

De la misma manera, la incertidumbre fiscal y el panorama político con elecciones en el horizonte podría afectar el desarrollo de las múltiples tareas pendientes.

Los desafíos son muchos y el repunte sigue siendo modesto.

Es cierto que las cifras de crecimiento traen buenos augurios sobre la capacidad de la economía colombiana de generar tracción en las actuales circunstancias. Pero todavía falta consolidar esta tendencia para que como dijo el ministro Carrasquilla, la reactivación llegue para quedarse.