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Dominique Strauss, Director Gerente FMI

Económica

Crisis externa: proyecciones a la baja

Ante el desplome de los mercados y la pérdida de confianza de productores y consumidores, el FMI revisó a la baja sus proyecciones de crecimiento mundial.

21 de noviembre de 2008

Tan solo un mes después de haber publicado su informe de Perspectivas de la Economía Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) decidió revisar a la baja las proyecciones de crecimiento. El crecimiento del PIB mundial bajará de 5% en 2007 a 3,75% en 2008 y a 2,2% en 2009. Las economías desarrolladas tendrán crecimiento negativo por primera vez desde la posguerra y las emergentes crecerán tan solo 5%. A finales de 2009 empezará la reactivación.

La razón detrás de la revisión de las proyecciones es el impacto que sobre los mercados ha generado el desapalancamiento de activos, así como la caída de precios y la salida de los inversionistas. En octubre, los diferenciales de precios se dispararon y los índices bursátiles perdieron cerca del 25% de su valor alrededor del mundo. En los emergentes, los diferenciales de la deuda soberana se duplicaron y en muchos casos se elevaron por encima de los 1.000 puntos. Los mercados bursátiles en estos países perdieron un tercio de su valor en moneda local y 40% en dólares por la depreciación de sus monedas.

Según el FMI, aunque los bancos centrales y los gobiernos de los países han reaccionado con políticas integrales para atacar la raíz de las tensiones financieras y sostener la demanda, pasará algún tiempo antes de que las medidas operen plenamente. A juicio de esta entidad, los problemas financieros seguirán por un tiempo más.

La economía de Estados Unidos se resentirá a medida que los hogares respondan a la depreciación de los activos reales y financieros y al deterioro de las condiciones financieras. El crecimiento de 2008 en ese país se espera que sea de 1,4% y de -0,7% en 2009. En la zona euro, el crecimiento se verá afectado por el empeoramiento de la situación financiera y la erosión de la confianza, y llegará a 1,2% en 2008 y a -0,5% en 2009. En Japón, el PIB se reducirá en la medida en que se debilite el crecimiento de las exportaciones.

Entre los países emergentes, los más afectados serán los exportadores de materias primas y los países con problemas de liquidez y financiamiento externo. El impacto será menor en Asia oriental, incluyendo China, que crecerá 7%. Latinoamérica crecerá 4,5% este año y 2,5% en 2009.

Para el FMI en este momento hay más riesgos hacia la baja que hacia el alza debido a que el proceso de desapalancamiento puede llegar a ser más intenso y prolongado que lo previsto, lo cual tendría un impacto sobre los países emergentes. Se saldrían los capitales y se depreciarían sus monedas. De igual forma, está el riesgo de deflación en los países desarrollados.

Al rescate del consumidor

En la medida en que la crisis financiera se ha ido arraigando, los productores y consumidores han perdido la confianza, lo que ha llevado al secretario del Tesoro de Estados Unidos a concentrar su atención en los consumidores.

En una decisión sin precedentes, y que además tuvo un efecto negativo sobre los índices bursátiles, el 12 de noviembre Paulson cambió el destino del paquete de rescate que por US$700 mil millones le aprobó el Congreso. En lugar de utilizarlo para la compra de activos tóxicos, lo utilizará en el rescate de los préstamos para carros, educación y tarjetas de crédito, así como para evitar que las personas tengan que entregar sus viviendas. El propósito es evitar que se siga cayendo el consumo, como de hecho ya lo muestran las cifras de septiembre y octubre y que los precios caigan demasiado.

Los bancos centrales, antes preocupados por la inflación, ahora están recortando las tasas de interés para evitar que esta caiga en exceso. Y es que la deflación (caídas anuales de los precios al consumidor), parece ser una realidad el año entrante, lo cual está llevando a las autoridades a actuar para asegurarse que esta no se convierta en una tendencia permanente.

Los altos niveles de inflación fueron resultado del alza en los precios de los commodities en la primera mitad de 2008. Cuando cedieron a mediados de año, las perspectivas de inflación cambiaron. De hecho, si los precios de las materias primas continúan bajos, la inflación de los doce meses para alimentos y gasolina en Estados Unidos va a ser negativa en 2009. Esto se suma a otras presiones como la recesión, que hará caer el gasto y aumentará la tasa de desempleo y a la fortaleza del dólar que presiona los precios hacia abajo.

La caída de la inflación por cuenta de los commodities debería ser una buena noticia para los países ricos, ya que aumenta los ingresos reales y aplana los márgenes de las empresas. Pero, existe un riesgo, cuando la inflación cae mucho en poco tiempo, debido a la caída de los precios, hace que las deudas sean más costosas lo que llevaría a los hogares endeudados a pagar sus deudas, reprimiendo el consumo. Si llegara a haber deflación, la brecha en la demanda que dejan los consumidores que se dedican a pagar sus deudas no podría ser llenada por el resto de consumidores, los que tienen dinero disponible y no están endeudados, ya que por naturaleza tienden a ser poco gastadores.

Este es por supuesto un escenario al que ningún país quiere llegar y explica la gran preocupación de las autoridades.