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Empresarios, líderes gremiales, representantes del Gobierno y académicos plantearon alternativas para sortear los impactos de la crisis externa en nuestro país.

Contexto/Conversatorio

Crisis: en busca de salidas

Eficiencia en la ejecución de proyectos de infraestructura, más inversión en proyectos agrícolas y hacer un buen uso del gasto público fueron las principales conclusiones de un foro que busca opciones para amortiguar los efectos de la crisis.

20 de febrero de 2009

Dinero, Fedesarrollo y la Universidad de los Andes convocaron el pasado 17 de febrero un conversatorio entre representantes de empresarios, gremios, academia y Gobierno, en el que se discutió la magnitud de la crisis externa y su impacto en la economía colombiana. La invitación a plantear ideas y opiniones respecto de cómo están viendo la situación económica y qué debería hacerse para minimizar los efectos de la crisis externa fue ampliamente discutida por el ministro de Hacienda, Oscar Iván Zuluaga (OIZ); el viceministro de Comercio, Ricardo Duarte (RD); la directora general de política macro del Ministerio de Hacienda, Natalia Salazar (NS); el director ejecutivo de Fedesarrollo, Roberto Steiner (RS); el profesor de economía de la Universidad de los Andes, Juan Carlos Echeverri (JCE); la asesora regional de la Cepal en Colombia, Olga Lucía Acosta (OLA); la presidente de Asobancaria, María Mercedes Cuéllar (MMC); el presidente de la Bolsa de Valores de Colombia, Juan Pablo Córdoba (JPC); el socio director de Betainvest, Armando Vegalara (AV); el presidente de Siemens en Colombia, Heinz Consul (HC); el presidente de la Cámara Colombiana de la Infraestructura, Juan Martín Caicedo (JMC); el presidente de Asobolsa, Emilio José Archila (EJA); el presidente de Fenalco, Guillermo Botero (GB); el representante legal de Racafé, Carlos Antonio Espinosa (CAE); el presidente de Alquería, Carlos Enrique Cavelier (CEC); el presidente de Alianza Team, Felipe Osorio (FO); y la directora de Dinero, Rosario Córdoba (RC).

RS —  En Fedesarrollo mantenemos una postura optimista frente a la crisis. Esta es una crisis de confianza y debemos ser prudentes con los mensajes que enviamos. Somos concientes de sus proporciones y del oscuro panorama. Desde octubre pasado, el FMI ha revisado sus pronósticos tres veces a la baja y es posible que lo hagan nuevamente, esto no es normal.

Al ver el impacto de la crisis en las economías de Europa, por ejemplo, es claro que la magnitud del problema se relaciona con la debilidad de sus ‘fundamentales’, algo que no sucede en Colombia. No obstante, el escenario planteado hace cuatro meses se ha modificado debido a la peor situación de nuestros principales socios económicos. Por ello, ahora estimamos que el crecimiento del país para este año se ubicará entre 0% y 2%.

El Banco de la República ha hecho lo debido hasta el momento, pero no debe perder de vista una inflación que no ha cedido lo suficiente y tendrá que enfrentar la presión devaluacionista. En cuanto a la política fiscal, nos preocupa lo que vaya a pasar con la financiación del déficit si no llegara a cumplirse el escenario de crecimiento oficial de 3% porque, a pesar de que el país logró colocar muy bien $1 billón en bonos, nada asegura que algo así pudiera repetirse.

JCE — Todos los países están en un trancón horrible por la falta de financiamiento y lo más importante para Colombia es sentar las bases para salir disparados una vez se despeje el camino. Nuestra posición en la región es buena, las noticias de Colombia no son tan malas como las que llegan de Perú, Brasil o Chile, por ejemplo.
Es importante tener presente que lo que se haga en 2009, por grande que sea, no tendrá mayor impacto en la reactivación de la economía; pero debemos estar preparados para enfrentar bien 2010.

En salud, tenemos la certeza de que en los 15 meses por venir no habrá reformas importantes pero el faltante financiero del sistema va a tener que ser cubierto. En el sector agrícola hay un enorme potencial para prepararnos con miras a la salida de la crisis y por ello se hace necesario pensar en adelantar cambios tributarios.

JPC — Comparto con ustedes que el impacto de la crisis en Colombia ha sido diferente al de otros países de la región porque, aunque todos hemos de sufrir tarde o temprano de una contracción del crédito, no hemos tenido una crisis financiera interna. La situación actual es muy diferente a la de hace diez años; en este momento hablamos de la conveniencia de generar un mayor déficit fiscal, algo imposible en 1999. De hecho, yo creo que el Gobierno aún tiene espacio para hacer un mayor gasto fiscal e incrementar su déficit entre $1 billón y $2 billones adicionales en proyectos de infraestructura.

Ahora, para el momento en que regresen los capitales, tenemos que tener presente que no nos van a premiar por haber hecho las cosas bien; lo más probable es que haya otros países más llamativos para la inversión extranjera. Por eso, en ese momento será fundamental tener estructurados proyectos adecuados que atraigan capital.

CAE — Tenemos la ventaja de que la crisis nos cogió bien parados. Debemos mantener buenas relaciones comerciales con Venezuela y Ecuador. Las obras de infraestructura que pretende desarrollar el Gobierno no serán fáciles de poner en marcha en el corto plazo. Sin embargo, hay una enorme oportunidad en proyectos más pequeños, como sistemas de riego y vías para el sector agrícola. De otro lado, los bancos han tomado una postura más conservadora que afectará el consumo.

CEC — La confianza hace que la gente cambie su comportamiento, por ello debemos hacer esfuerzos para mantenerla positiva. En nuestro caso, la caída del consumo es menor que en otros sectores, gracias a que ofrecemos productos básicos con una demanda inelástica. Además, coincido con ustedes en que en el agro hay enormes posibilidades.

FO — Yo quiero resaltar la enorme oportunidad que tenemos en el país en la producción de alimentos. Los commodities continúan mostrando precios favorables desde una perspectiva histórica y el margen de utilidad sigue siendo alto. Por ello, es necesario agregarle valor a la producción agrícola y superar las trabas actuales a la titularización de tierras.

De otro lado, es el momento de invertir en tecnología agrícola para lograr estabilidad en los precios de largo plazo. Los márgenes actuales brindan el espacio necesario para invertir y convertirnos en una potencia agrícola.

JMC — Nuestro mensaje es: debemos conservar el optimismo por la decisión del Gobierno de invertir en infraestructura, aunque debe dársele celeridad a temas como el pago y la estructuración de los proyectos. En este momento estamos pensando en estructurar proyectos de corto plazo que amortigüen la crisis.
Para no enviar señales equívocas al mercado, es importante que el Gobierno presente los proyectos una vez sean aprobados, no es conveniente seguir anunciando proyectos que están en una fase muy temprana de estructuración, como el de la Ruta del Sol o el proyecto de vías arteriales. Adicionalmente, es importante flexibilizar requerimientos como los cupos de deuda que se le solicitan a un inversionista –hoy en día hasta del 50%–.

OLA — En la Cepal estamos haciendo un seguimiento continuo a las medidas que vienen adoptando los diferentes países de la región. Para Colombia, pensamos que es conveniente disminuir impuestos y favorecer políticas de generación de empleo.

RS — Es cierto, si se llega a una crisis de confianza mayor, lo mejor sería una reducción de impuestos por su característica de arma contracíclica.

MMC — En Asobancaria vemos como optimistas las proyecciones del Gobierno. El sector bancario venía con una política de reducción de la tasa de crecimiento del crédito y ahora es optimista porque el crédito total crece al 14% y el comercial al 20%, aunque el consumo cae desde noviembre y ya está en el 10%.

Cuando llegue el coletazo de la crisis,  será necesario fortalecer la confianza, para lo cual el Gobierno debe ser cuidadoso en sus políticas financieras. Para los bancos, en ocasiones, el discurso ha sido negativo. Por último, quisiera recordar que fue la construcción la que salvó la economía en 1982 y hacer énfasis en la importancia que tiene ahora dar impulso a los proyectos de vivienda de interés social.

EJA — A mi me preocupa pensar que dado que la crisis no nos ha golpeado aún, al salir de ella todo volverá a la normalidad. El mundo va a ser completamente diferente y los capitales tendrán que cumplir nuevos criterios para poder llegar a otros países. Necesitamos reformas estructurales que atraigan capitales a Colombia una vez superada la crisis.

En infraestructura coincido con ustedes en que lo planeado no es adecuado como política contracíclica. Además, yo veo un problema en el tema de justicia, un área en la que el país ha perdido competitividad porque ahora es más costoso para los empresarios manejar sus problemas. En el frente financiero, quisiera insistir en la necesidad de una regulación más estable; un mensaje en este sentido sería positivo.

HC — En el exterior, los países están dando un inmenso incentivo a la productividad. Dentro de dos años habrá bestias esperando por nosotros y tenemos la obligación de prepararnos para este escenario. Además, mejorar en productividad es una medida contracíclica.

Hay otros factores que pueden ser objeto de revisión, como el de los socios comerciales. Resulta poco satisfactorio ver cómo, mientras el comercio de la Unión Europea depende de ella misma en un 80%, en América Latina esta participación apenas llega al 30%. De otro lado se debe estar atentos a las señales de proteccionismo que muestran las economías desarrolladas.

Quiero terminar diciendo que las amenazas representan oportunidades; por ello hay que darle confianza a la gente. Veo a Colombia bien parada, pero se deben hacer las cosas más rápido, de forma más precisa y económica.

GB — Es necesario repensar el sector agrícola. Ya no tenemos la excusa de que las condiciones de seguridad no permiten hacer inversión rural. Para ello se requiere reingeniería; veo con preocupación que de los $55 billones que destinará el Gobierno en obras de infraestructura, solo se tengan destinados $450.000 millones a distritos de riego.

Por el lado del comercio, esperamos que la inversión de las grandes superficies continuará dinamizando la economía porque seguirá la competencia entre ellas.

OIZ — En el Gobierno somos concientes de que el entorno externo es fatal y se deteriora cada día. Europa está entrando en una situación muy complicada y nos preocupa la deuda pública de sus países. Además, no podemos predecir hasta cuándo empeorará la situación externa porque los mercados no están reaccionando a los estímulos.

Nos hemos enfocado en evitar cualquier dificultad en el sistema financiero mediante un monitoreo constante y tenemos la ventaja de no experimentar una crisis hipotecaria.
Nuestra prioridad es garantizar el financiamiento sin deteriorar la deuda de mediano y largo plazo. Esta es la credibilidad que busca la política fiscal en el mercado. Desde el punto de vista financiero, confiamos en que se lleve a buen término la venta de las electrificadoras y de Isagen, lo que nos daría un mejor margen de maniobra.

Por ahora queremos fortalecer y aprovechar la buena percepción que tiene el país en el exterior, por ello haremos visitas estratégicas a nuestros acreedores, para evaluar la posibilidad de colocar más bonos.

El reto es ejecutar lo planeado, con lo que la demanda pública estaría creciendo al 5,5%, al tiempo que las transferencias al sector privado crecerían al 6%.

AV — Yo creo que las cosas van a empeorar y es necesario pensar en la infraestructura como competitividad. De otro lado, quiero llamar la atención sobre dos puntos que no se han tratado aquí: la importancia de invertir en infraestructura educativa, una inversión de gran retorno dado el actual estado de atraso del sector rural, y en el turismo.

RD — Estamos trabajando en el eje de la confianza inversionista. Por ello hemos acelerado la aprobación de zonas francas que, desde 2007 suman 45, y traen consigo compromisos de inversión y generación de empleo. De hecho, en 2009 esperamos una inversión cercana a los $3 billones.

En cuanto a acuerdos comerciales, los planes que se desarrollan actualmente buscan la aprobación de 45 tratados de libre comercio, nueve de los cuales deberán estar negociados en 2010.

Por último, considero importante resaltar que seguimos avanzando en los planes de moderar la industria con capital privado y que Bancoldex seguirá dando apoyo en financiación. Además, buscaremos atraer más capital externo para nuestro programa de transformación productiva.

Con este conversatorio se dan a conocer las ideas concertadas entre el sector privado, la academia y el Gobierno para sortear los impactos de la crisis externa en nuestro país. Buscamos que esta iniciativa se convierta en un foro permanente de discusión y análisis que brinde herramientas para la elaboración de los planes de  respuesta de las partes involucradas, mientras dure esta delicada situación económica.