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Con una planificación cuidadosa y un poco de tranquilidad durante el día es posible trabajar toda la noche y aun así dormir ocho horas al día siguiente. | Foto: BBC Mundo

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¿Es malo trabajar de noche?

Hay hospitales que deben funcionar, aviones que volar y tiendas que mantener abiertas, a medida que nos convertimos en una sociedad de 24/7.

Alianza BBC
27 de septiembre de 2014

Con una planificación cuidadosa y un poco de tranquilidad durante el día es posible trabajar toda la noche y aun así dormir ocho horas al día siguiente.

Algunas personas incluso dirán que no les importa y que es posible acostumbrarse a trabajar de esta manera. Pero ¿es capaz el cuerpo de acostumbrarse por completo a trabajar con los horarios al revés? Aun peor, ¿es malo para la salud el trabajo nocturno?

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Hay dos consideraciones a tener en cuenta. Una es cómo nos sentimos: nuestro bienestar mental.

La gente tiene razón cuando dice que uno se acostumbra a cambiar de turnos de trabajo. Se ha demostrado que los turnos nocturnos se hacen cada vez más fácil luego de la primera noche, pero a algunas personas les resulta mucho más difícil que a otras.
Trastornos del sueño

Un estudio canadiense monitoreó el momento del sueño, los niveles de luz y la cantidad de producción de la hormona del sueño, melatonina, en un pequeño grupo de agentes de policía durante una semana de turnos nocturnos.

Por lo general, nuestro cuerpo libera melatonina tarde en la noche, cuando nos empezamos a sentir cansados y listos para ir la cama.

Si usted ha logrado adaptarse a las noches de trabajo, el auge de melatoninda se correrá para el día. En este estudio, se observó que los individuos cuyo patrón de producción de melatonina mostraba que se habían acostumbrado, se sentían más felices y más alertas, y sus tiempos de reacción eran más cortos. Pero sólo un 40% logró hacer el cambio.

En un estudio que incluyó a más de 3.000 agentes de policía que trabajaban por turnos en Canadá y Estados Unidos, se observó que las consecuencias para aquellos que no lograron ajustar sus horarios fueron evidentes: el 40% de los agentes fue diagnosticado con algún tipo de trastorno del sueño.

Incluso si usted se siente bien, aún existe la pregunta de si su cuerpo podría estar sufriendo algún daño al largo plazo.

Cuando se trata de evaluar los efectos fisiológicos, uno de los problemas es diferenciar el efecto que puede tener el trabajar por turnos sobre su estilo de vida del impacto directo de trabajar por la noche.

Si uno trabaja por turnos, es más difícil comer sano o hacer ejercicio regularmente. No sólo es más difícil conseguir una ensalada por la noche, sino que además es más probable que usted quiera comer otra cosa para mantenerse despierto.

Esto hace que la gente se sienta tentada por aperitivos y comida para llevar. Puede resultar más cómodo comer pizza y curry, y estas comidas pueden hacer que usted se sienta mejor, pero obviamente comerlas todas las noches no es muy sano.

Además, es más probable arrastrarse al gimnasio al final de un día de trabajo que hacerlo al final de un turno si ha estado despierto toda la noche y lo único que anhela es dormir.

Un estudio arrojó que los pilotos de avión son más felices durante sus días de descanso en comparación a los días en los que trabajaban en los turnos de más temprano o más tarde.

Por supuesto que no resulta extraño preferir el día libre a tener que levantarse e ir a trabajar, independientemente de a qué hora. Pero los investigadores también encontraron que los pilotos que trabajaban en el turno de mañana tenían niveles más altos de cortisol, la hormona del estrés, al despertar y producían más de esta hormona a lo largo del día.
Enfermedades asociadas

Se cree que, a largo plazo, los niveles elevados de cortisol están asociados con un incremento en el riesgo de problemas cardíacos y de presión alta.

Podría haber otras consecuencias también. Un estudio encontró que un sólo turno nocturno es suficiente para ocasionar un aumento de la presión arterial.

Una investigación de la Universidad de Surrey, publicada a principios de este año, demostró que después de tan sólo tres días de realizar turnos nocturnos, la expresión de los genes se interrumpió. Los genes comenzaron a activarse en el momento equivocado del día.

Alrededor del 6% de nuestros genes deben activarse en determinados momentos del día, pero este patrón fue fácilmente alterado luego de unos pocos días con horarios poco comunes.

Y otro estudio encontró que después de cinco semanas las personas que se quedaron despiertas por la noche y durmieron durante el día mostraron un deterioro en la regulación de glucosa, así como cambios en el metabolismo que podría aumentar el riesgo de diabetes tipo 2 y obesidad al largo plazo.

Todos estos estudios investigaron los efectos en el corto plazo, planteando la posibilidad de que tal vez nuestros cuerpos logren ajustarse en el largo plazo. Pero en términos generales, los resultados de estudios epidemiológicos llevados a cabo durante muchos años son desalentadores.

Ha habido un cierto debate sobre el impacto que tiene el trabajo por turnos sobre las enfermedades cardiovasculares, ya que muchos estudios encontraron que aumenta el riesgo y unods pocos, que no tiene efecto.

Pero el estudio que resume las investigaciones realizadas hasta la fecha, publicado en 2012, sí demostró un mayor riesgo de ataques al corazón en personas que trabajaban por turnos. Aún en gente con estilos de vida moderados, los que hacían turnos presentaron un mayor riesgo.

Pero cuando se trata del síndrome metabólico, un término amplio relacionado con la obesidad, los niveles de glucosa elevados, el aumento de la presión arterial y los altos niveles de colesterol, el estilo de vida parecía ser la clave.

Si la gente trabajaba en turnos nocturnos pero lograba tener una rutina de ejercicios, comer de forma saludable y no fumar, las evidencias de un mayor riesgo fueron menores, a pesar de los horarios fuera de lo normal.

También se han encontrado pruebas de un mayor riesgo de cáncer de mama en mujeres que trabajan durante la noche, con un mayor efecto en las que son 'alondras', es decir que saltan de la cama temprano por la mañana, pero les resulta difícil permanecer despiertas hasta tarde en la noche.
¿Peligro al largo plazo?

Lo que estos estudios epidemiológicos a gran escala no pueden decirnos es cuáles son los individuos más propensos a ser afectados. ¿Acaso sucede, como en los estudios a corto plazo, que hay personas que se adaptan y no sufrirán efectos a largo plazo? ¿O los riesgos siempre existen para todos aquellos que trabajan de noche?

La investigación se complica por las múltiples formas de trabajo por turnos que existen. Trabajar hasta tarde de vez en cuando puede tener efectos en el cuerpo muy diferentes a los de trabajar varios turnos nocturnos durante la semana.

Aún así, hasta que no sepamos más sobre quiénes están en riesgo exactamente, sería prudente que los que trabajan por la noche coman de forma saludable, hagan ejercicio y estén atentos a los síntomas tempranos de estas enfermedades.