¿El GLP podría reemplazar la nueva planta regasificadora?

Durante los últimos años, Colombia ha debatido la posibilidad de construir una segunda planta regasificadora en Buenaventura, como respaldo ante la posible disminución de reservas de gas natural en el país, que no llegan a 10 años.

Sin embargo, para muchos la posibilidad resultaría mucho más costosa y, como ya se vio este año con la amenaza de ausencia de energía en la región Caribe por la voladura de dos torres de electricidad, podría garantizar un plan de emergencia mucho más inmediato.

Pablo Garzón Duarte, gerente General de Empresas Gasco Colombia, explicó a Dinero que “una de las cosas importantes del GLP es que con una inversión bastante menor (que la importación de gas), puedes poner un tanque en la tierra, que tiene una mayor seguridad de suministro porque (...) es mucho más fácil de transportar”.

La terminal tiene un costo adicional: el gas debe almacenarse con criogenia, lo que implica además de materiales especiales una tubería adicional para que el barco completo se mantenga refrigerado en el nivel adecuado. Por su parte, los tanque de GLP puede ser “despresurizados o refrigerados a cero grados, que no es criogénico con sus tuberías especiales”.

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Sin embargo, en Colombia todavía el uso de este combustible no es tan común como para que los tanques de GLP puedan reemplazar por completo a otras alternativas. Además, el país tiene reservas aún y es posible que con el incremento en la exploración las mismas incrementen a la vez que se alcanza la cobertura de 100% de este combustible en el territorio nacional.

Para Garzón,  “lo que tiene el GLP es que empieza a verse como una alternativa adicional al gas natural básicamente porque hay mucho producto en Estados Unidos, al igual que de gas natural, pero tienes otras condiciones de transporte e inversiones y facilidades, lo que pasa es que acá no está todavía tan desarrollado para suministrarle energía al país”.

Hoy el GLP ya tiene un tanque de almacenamiento en el país, que no recibe recursos del cargo por confiabilidad dado su bajo consumo en el territorio nacional y su naturaleza de iniciativa privada.

Por el contrario, la regasificadora recibe recursos que pagan todos los hogares colombianos en su factura de electricidad dentro del denominado cargo por confiabilidad.

Los subsidios para este combustible tampoco abarcan el total del territorio nacional. Solo están en Nariño y Cauca para poblaciones de difícil acceso para las redes de gas natural.

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Esta situación motivó hace unas semanas al presidente de la Asociación Colombiana de GLP (Gasnova), Alejandro Martínez, a pedirle al nuevo gobierno que amplíe los subsidios para este combustible con el ánimo de incentivar su uso como combustible limpio y alternativa que mejore la calidad de vida de los hogares que todavía utilizan estufas de leña u otros materiales.

Martínez destacó que “dado que el plan piloto de subsidios al GLP en cilindros ha demostrado una ejecución impecable y unos efectos muy positivos, se hace necesario ampliar dichos subsidios a todo el país. Es por ello que, en beneficio de las personas de menores ingresos, esperamos que el nuevo gobierno dé este paso”.

El dirigente gremial añadió que “Colombia cuenta actualmente con un sector empresarial dispuesto a invertir, que lleva varios años tratando de crecer, de aumentar su cubrimiento pero que ha encontrado barreras importantes como la incertidumbre en el suministro y en su continuidad”.

Como la chilena Gasco, que vende GLP 100.000 toneladas año, distribuidas en 30.000 toneladas en la línea de granel, que son clientes industriales, y 70.000 en cilindros a hogares. Solo esta empresa planea invertir US$400.000 millones en los próximos 5 años.

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