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Juan José Echavarría Gerente del Banco de la República. "La polarización afecta la tasa de cambio, el crecimiento y la inversión". | Foto: Diana Rey

CRECIMIENTO

Las alertas de Echavarría sobre la economía

El gerente del Banco de la República sigue advirtiendo sobre factores distintos a los fundamentales que están afectando a la economía. ¿A qué se refiere?

6 de junio de 2019

Al presentar el informe de inflación y en pronunciamientos posteriores, el gerente del Banco de la República, Juan José Echavarría, ha mostrado su angustia por el efecto de la polarización política sobre la economía del país. "No es buena para el crecimiento. Los consumidores y los inversionistas se asustan”, afirmó.

No es común que un banquero central hable de temas más allá de la inflación o “intervenga” en política. Por eso, las declaraciones del gerente del Emisor causaron gran revuelo y alarma.

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Como era de esperarse, el mundo político rechazó los pronunciamientos de uno de los personajes mejor informados sobre el estado de la economía. Pero analistas y empresarios los respaldaron.

El senador Álvaro Uribe criticó a Echavarría por hablar de polarización política, “cuando le permitieron al gobierno de Santos mermelada e impuestos más altos”, afirmó por Twitter.

Álvaro Uribe senador de la República. El expresidente Uribe criticó a Echavarría por hablar de polarización. 

No obstante, dirigentes gremiales como Bruce MacMaster respaldaron el derecho y la obligación del Gerente de levantar las alertas. “El país político tiene que entender las consecuencias nefastas de la polarización”, dijo. Algo semejante ya habían expresado importantes líderes empresariales como David Bojanini, presidente del Grupo Sura, en entrevista con Dinero (ver edición 564).

Con su pronunciamiento, Echavarría puso el dedo en la llaga. Durante los primeros meses del año hubo un crecimiento menor al esperado; la confianza del consumidor, que mide Fedesarrollo, retornó a terreno negativo; la tasa de cambio y hasta la caída de la inversión no parecerían tener razones económicas fundamentales que las expliquen.

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Por eso, muchos analistas han sugerido que las accidentadas discusiones del Plan Nacional de Desarrollo (PND) pudieron afectar la confianza de los consumidores y los inversionistas. En efecto, el PND no solo tuvo algunos artículos polémicos, sino que demostró la incapacidad del Gobierno para lograr consensos para sacar adelante sus proyectos claves, y se sumó al empeño del Gobierno en cuanto a las objeciones de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).

“Es muy difícil explicar lo que pasa con la economía si uno no menciona esa polarización. Uno ve que las cosas se frenan y se preocupa… y sospecho que el factor de la polarización afecta la tasa de cambio, el crecimiento, la inversión, etc”, afirmó el gerente. ¿Cuáles son las principales preocupaciones de Echavarría y los principales efectos en materia económica causados por la polarización?

Un frenazo

El crecimiento de la economía en el primer trimestre resultó por debajo de lo esperado por el Emisor, que estimaba 3,2%. Además, fue poco satisfactorio ante el pobre desempeño de sectores como la construcción y el agro.

Así mismo, al quitar los efectos estacionales y de calendario, el primer trimestre no habría crecido 2,77% anual, sino 2,29% y no habría variación frente al trimestre inmediatamente anterior. Esto significa que la economía habría frenado, por lo que resultará muy difícil cumplir las expectativas de crecimiento de 3,5% para este año. Para hacerlo, el resto de trimestres habría que crecer a tasas de 3,9%, algo improbable en las condiciones actuales. “Habrá que esperar cómo cambian las proyecciones del equipo técnico”, advirtió Echavarría.

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Es más, durante el cuarto mes del año la confianza del consumidor volvió a terreno negativo, al alcanzar -9,6% en abril, ante el deterioro de las expectativas y condiciones económicas de los hogares, especialmente en los estratos medios y bajos. “Ronda la gran duda de por qué los consumidores siguen intranquilos, por qué la inversión no despega y en parte la respuesta puede estar en esta polarización política”, enfatizó el gerente.

Esto podría deberse a otra preocupación que expresó el funcionario: los fuertes incrementos del desempleo durante los últimos meses en casi todas las regiones del país y en la mayoría de los sectores productivos. Esto se debe a que la economía crece a un ritmo que no le permite generar empleo, y a temas como los altos costos de los parafiscales, aumentos del salario mínimo por encima de la productividad y hasta por la migración venezolana.

La política estaría empezando a pasarle factura a la economía.

Respecto al precio del dólar, Echavarría expresó que no le preocupa porque no hay un objetivo específico de tasa de cambio y el Banco se siente “cómodo” con que oscile entre $3.100 y $3.300. Esto se debe a que la devaluación no ha tenido un impacto sobre la inflación, explicó.

No obstante, en los días posteriores el dólar alcanzó niveles alrededor de $3.400, ante el escalamiento de la guerra comercial entre Estados Unidos y China y un ajuste en el precio del petróleo.

Ese panorama implica otra fuente de preocupación para la mayoría de analistas. En efecto, puede acelerar el debilitamiento de la economía mundial y precipitar una desaceleración de la de Estados Unidos, principal socio comercial del país.

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Ante este cada vez más complicado panorama externo toma mayor relevancia otra vulnerabilidad que el Banco de la República viene advirtiendo desde hace algún tiempo. Se trata del creciente déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos. En otras palabras, la poca diversificación de la economía y la excesiva dependencia de las exportaciones de petróleo y/o los bajos niveles de ahorro e inversión de la economía.

Eso lleva inevitablemente al tema fiscal. La regla fiscal relajada hizo más factible cumplir la meta de déficit para este año. Pero los analistas siguen expresando su temor sobre la situación fiscal hacia mediano plazo 2020-2022.

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Ante ello, el Gobierno necesitaría recortar gasto, pero dice que hay demasiada rigidez. Además, señaló que se han reducido la previsibilidad y la credibilidad de la política fiscal ante las revisiones frecuentes del presupuesto. Sin duda, el gerente tiene preocupaciones válidas. La recuperación de la economía es aún muy tímida, frágil y persisten elevados riesgos a la baja. Definitivamente, la polarización política no ayuda.