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En Colombia se producen 120 toneladas de caña por hectárea, y de residuo quedan entre 40 y 60 toneladas. | Foto: © GYRO PHOTOGRAPHY/amanaimages/Corbis

ENERGÍA

Le sacan más provecho a la caña de azúcar

Colombia está avanzando en materia de eficiencia energética a partir de los residuos de cosecha. Una nueva alternativa de cogeneración de energía para los azucareros tiene mucho potencial como fuente de electricidad.

27 de febrero de 2015

Desde hace 5 años los ingenios del Valle además de producir azúcar, cogeneran energía a partir del bagazo –el residuo que queda después de moler la caña- y dejan otra parte que se utiliza para producir papel.

La nueva alternativa que surge a partir de la Ley 1715 del 2014 (fomento a las energías renovables) que está siendo reglamentada durante este primer semestre por el ministerio de Minas y Energía, abre una nueva acción y es que los cultivadores de caña puedan generar energía en su finca a partir de la hoja de caña que queda en el campo y vender esta energía. En Colombia se producen 120 toneladas de caña por hectárea, y de residuo quedan entre 40 y 60 toneladas.

“Obviamente no son negocios tan grandes como los de los ingenios, pero permiten recoger esos residuos, enfardarlos, y llevarlos a unas pequeñas plantas donde se puede generar máximo 2 megas de energía eléctrica para vendérsela después a un comercializador”, explica Martha Betancourt, directora ejecutiva Procaña.

¿Cómo se subirían esas dos megas al sistema interconectado nacional? Este es uno de los temas que se resolverá en la reglamentación de la Ley 1715. Se puede generar la energía, pero por el tamaño no se puede conectar directamente en el (SIN), por lo que se debe hacer a través de convenios con comercializadoras.

Actualmente ya existen acercamientos con Epsa, empresa de energía del pacífico, con quienes han analizado el tema y se estableció que pueden hacer la compra de la energía, e incluso, hacer una coinversión.

“Esto quiere decir que si vamos a comprar una planta varios agricultores, ellos pueden asumir el 50, 70 u 80% de la inversión con el compromiso de que nosotros le vendamos la energía a ellos”, explica Betancourt.

De acuerdo con la directivo la biomasa de la caña de azúcar tiene un potencial energético muy importante. Una tonelada de residuo de cosecha en energía es equivalente a 1,2 barriles de petróleo.

Lo atractivo de esta nueva oportunidad de negocio es que la participación de otras energías alternativas empieza a cobrar mayor importancia. “Que avancemos en este tema dependerá de la rapidez con la que sea aprobada y ajustada la ley y la velocidad en que podamos hacer los estudios de prefactibilidad con los comercializadores y la facilidad de ejecutar el proyecto en sí para empezar a generar esa energía. El mercado está listo para comprar”, afirma Betancourt.

Igualmente, la directivo destaca que hace unos años el residuo de cosecha era un estorbo en el campo y tradicionalmente se quemaba en los cultivos, creando un efecto ambiental, pero con el tiempo lo que se ha encontrado es que además de cogeneración, si se dejan unas 10 o 12 toneladas de residuo en el suelo esto mejora las condiciones físicas y químicas del suelo, disminuyendo los costos de fertilización y aumentando la productividad.

De acuerdo con Betancourt la posibilidad de tener alcohol carburante, y poder cogenerar energía a partir del residuo de caña y también de otros productos agrícolas, abre una oportunidad grande para tener una diversidad en el portafolio energético nacional.