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En todo el mundo hay más de 3.000 millones de personas expuestas a la infección. La Organización Panamericana de la Salud calcula que en América Latina y el Caribe ocurre alrededor del 3% de los más de 40 millones de casos de malaria en los 21 países con transmisión activa de paludismo.

Científicos crean un mosquito inmune al parásito que transmite la malaria

Un equipo de entomólogos en la Universidad de Arizona ha creado mosquitos, alterados genéticamente, que son completamente inmunes al parásito que transmite a los humanos la malaria, informó la revista Public Library of Science.

18 de julio de 2010

Durante años, investigadores en todo el mundo han trabajado en la modificación genética de los mosquitos pero todo lo que habían logrado era insectos que seguían siendo capaces de transmitir el parásito pero en menor número.

La malaria o paludismo es una enfermedad causada por un parásito Plasmodium, transmitido a los humanos por la picadura de un mosquito infectado. Sólo las hembras del género Anófeles se alimentan de sangre, la cual necesitan para producir huevos.

En todo el mundo hay más de 3.000 millones de personas expuestas a la infección. La Organización Panamericana de la Salud calcula que en América Latina y el Caribe ocurre alrededor del 3% de los más de 40 millones de casos de malaria en los 21 países con transmisión activa de paludismo.

"Si se quiere detener la propagación del parásito necesitamos mosquitos que sean totalmente inmunes a él", dijo Michael Riehele, quien dirigió el trabajo y es profesor de entomología en la Universidad de Arizona.

"Si un solo parásito se cuela e infecta a una persona, todo el esfuerzo ha sido un fracaso", añadió.

El equipo de Riehle usó técnicas de biología molecular para el diseño de una pieza de información genética capaz de insertarse en el genoma de insectos Anopheles stephensi, una especie de mosquito que es un importante vector de la malaria en el subcontinente indio.

En diferentes partes del mundo hay varias especies de Plasmodium, que son organismos unicelulares que residen en las células rojas de la sangre de sus anfitriones.

Esa pieza se insertó luego en los huevos de los mosquitos, de manera que la generación emergente es portadora de la información genética alterada que luego pasa a las generaciones futuras.

Cuando Riehle y sus colaboradores estudiaron a los mosquitos modificados genéticamente después de alimentarlos con sangre infestada con malaria notaron que ninguno de los animales observados estaba infectado con los parásitos Plasmodium.

"Nos sorprendió lo bien que funcionó esto", dijo Riehle. "Esperábamos ver apenas algún efecto en la tasa de crecimiento de los mosquitos, su longevidad o su susceptibilidad al parásito, pero fue muy bueno ver que nuestro cambio genético bloqueaba completamente el proceso de infección".

"El mosquito promedio transmite alrededor de 40 parásitos cuando pica", dijo Riehle, "pero basta con uno para infectar a un humano y hacerlo una nueva víctima del paludismo".

En cuanto al uso futuro de esta técnica para la erradicación el enfoque ahora pasa al desarrollo de piezas específicas para la inserción en los genomas de los diferentes mosquitos vectores "y un mecanismo que dé al mosquito modificado ventajas sobre la población general de manera que pueda desplazarla con el tiempo", dijo el investigador.

"En el ambiente natural un mosquito vive un promedio de dos semanas", añadió. "Solamente los mosquitos más viejos son capaces de transmitir el parásito. Si podemos reducir el período de vida de los mosquitos podemos reducir el número de infecciones".

A esta altura los mosquitos modificados existen solamente en el ambiente muy custodiado de los laboratorios y no tienen posibilidades de escaparse.

Una vez que los investigadores encuentren la forma de reemplazar las poblaciones de mosquitos con los insectos modificados en los laboratorios los avances como los logrados por el grupo de Riehle podrían abrir la senda a un mundo sin malaria.

 

 

 

 

 EFE