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El gobierno colombiano, en cabeza de Juan Manuel Santos, viene trabajando desde hace meses en una “Matriz de Implementación’ , un tema complejo que podría ser dispendioso.

País/Comercio Exterior

Camino de espinas

Tras la aprobación del TLC en el Congreso gringo, viene otra prueba de fuego: su implementación. Esta podría tardar un año o más, debido a la cantidad de leyes, decretos y normas que debe adoptar el gobierno colombiano.

14 de octubre de 2011

Quienes creían que la aprobación del TLC en el Congreso de Estados Unidos era el último obstáculo en la carrera por afianzar el comercio y la inversión con ese país, tendrán que moderar sus expectativas. Porque lo que se viene en los próximos meses será toda una ‘prueba de montaña’ para el acuerdo.

Surtido el tortuoso proceso de ratificación del tratado en el Congreso estadounidense –que demoró cinco años–, ahora tendrán que superarse nuevos escollos. Por un lado, la ratificación del tratado por parte del presidente Barack Obama, en medio de la campaña por su reelección. Por el otro, el proceso de implementación, que para los expertos está lleno de complejidades. ¿En qué consiste?

La implementación del TLC es un proceso que comprende la expedición y adopción de decenas de leyes, decretos y decisiones administrativas que certifiquen que el país va a cumplir los compromisos acordados en cada uno de los capítulos negociados del TLC.

Aunque no existe un periodo fijo para surtir este proceso y la implementación ha variado dependiendo del acuerdo y de las experiencias del gobierno de Estados Unidos en cada negociación, en ninguno de los casos ha tomado menos de un año.

Su complejidad ha variado desde cuando se aprobó el acuerdo con Chile, pues para la época no existía como tal un proceso de implementación. Y fue justamente a raíz de las dificultades que se registraron en la puesta en marcha del acuerdo con Chile que los funcionarios de Estados Unidos decidieron establecer un protocolo con las exigencias que previamente se debían cumplir. Andrés Rebolledo, experto chileno en temas de comercio exterior y consultor del Banco Interamericano de Desarrollo, sostuvo sobre la experiencia de implementación que “hubo sorpresas, surgieron temas no contemplados”, que demoraron la utilización cabal del acuerdo.

La experiencia de los vecinos da una idea clara de qué tan complicado puede llegar a ser. En el caso de Perú, luego de obtener el visto bueno por parte del Congreso de Estados Unidos, el 13 de diciembre de 2007, el acuerdo solo entró en vigencia en febrero de 2009. En este lapso, el gobierno peruano tuvo que modificar leyes internas y hasta negociar cambios en la normatividad de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) para que el gobierno de Estados Unidos avalara su proceso de implementación.
Los mayores tropiezos se presentaron en temas de propiedad intelectual, pues tras acordar con Estados Unidos unos plazos de protección sobre los datos de prueba, el país se encontró con que la normatividad andina iba en contravía y tuvo que hacer un fuerte lobby para introducir las reformas necesarias.

En Centroamérica la situación no fue menos exigente. La ex ministra de Costa Rica, Anabel González, señaló en un informe auspiciado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que había sido necesaria “la aprobación de tres convenios internacionales, la promulgación de 11 leyes de implementación, la adopción de cerca de 30 decretos ejecutivos, la creación de dos nuevas instituciones, la realización de una gran cantidad y diversidad de gestiones operativas y la suscripción de varios entendimientos con Estados Unidos” para que el TLC entrara en vigencia.

El gobierno colombiano viene trabajando el tema desde hace meses a partir de una ‘Matriz de Implementación’ que recoge todos los detalles que exige el proceso. Este documento, que el Gobierno mantiene bajo la más absoluta reserva, describe las acciones que debe adoptar el país y hasta el momento no se le ha entregado al sector privado.

Sin embargo, se sabe que de un listado que en 2010 llegaba a 40 acciones, entre leyes, decretos y resoluciones, se ha pasado en 2011 a unas 28 que exigen el cumplimiento de los compromisos del TLC. Estos tienen que ver con algunos de los temas más sensibles que fueron negociados en los capítulos de acceso a mercados, reglas de origen, defensa comercial, contratación pública, propiedad intelectual, servicios financieros y telecomunicaciones, entre otros.

Mientras el embajador en Washington, Gabriel Silva, espera que la implementación tome alrededor de seis meses, la experiencia en otros acuerdos demuestra que en algunos casos ha tomado un año o más.

El presidente de la Cámara Colombo-Americana, Camilo Reyes, ha expresado su optimismo por la celeridad con que podría darse este proceso, sin embargo, cree que su implementación podría tomar un año. El ex viceministro de Comercio Ricardo Duarte, considera que antes del primero de enero de 2013 no entrará en vigencia.

El proceso que se viene es de tal complejidad que ya el BID anunció su apoyo al gobierno colombiano con un programa de cooperación. Y, mientras los funcionarios diplomáticos cantan victoria por la aprobación del TLC en Estados Unidos, en el Gobierno otros se preparan para esta difícil carrera de relevos.