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BOGOTÁ

“No vamos a acabar los CAMI, los vamos a mejorar”, secretario de Salud

El secretario de salud de Bogotá, Luis Gonzalo Morales, aseguró que la administración actual no prevé cerrar de manera sistemática los Centros de Atención Médica Integral (CAMI) como se ha dicho, sino “mejorarlos” para el beneficio de los usuarios.

28 de septiembre de 2016

En una entrevista concedida a Dinero el funcionario reconoció que los CAMI “van a ampliar su servicio” en los próximos meses, pues a la fecha solo prestan “medicina general y algunas emergencias”.

Luis Gonzalo Morales aseguró que en el futuro los CAMI van a prestar “todos los servicios de medicina especializada” y además estarán dotados de laboratorios  que “hoy no tienen”.

Adicionalmente, manifestó que existe “una manipulación malintencionada” por parte de la opinión pública, ya que el objetivo no es acabarlos sino mejorarlos para ofrecer un servicio más integral por medio de los Centros de Atención Prioritaria en Salud (CAPS).

La idea es que estos centros de salud, según lo precisó el secretario de salud de Bogotá, se conviertan en “unos CAMI mejorados”, al ofrecer todos los servicios en un solo lugar.

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El propósito es que los CAPS ayuden a “descongestionar los servicios de urgencias”, ya que los hospitales de la ciudad registran tasas de hacinamiento de hasta el 200%, agregó el directivo.

Morales argumentó que un 50% de las personas que van a las urgencias de un hospital no lo hacen por un tema vital, sino por una llamada cita prioritaria o también conocida como urgencia relativa.

La idea, de acuerdo al funcionario, es que estas personas no tengan que acudir a los hospitales sino que puedan ir a los CAPS, con lo cual los usuarios serían atendidos más rápido y sin pedir citas.

Vale la pena destacar que la estructura de los CAPS se sustenta en el Nuevo Modelo de Salud implementado por la administración del alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, el cual difiere en tres puntos fundamentales del anterior de acuerdo al secretario.

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Uno de los principales cambios es que los 22 hospitales públicos de Bogotá desde ahora estarán alineados en cuatro redes integradas, para cubrir la zona norte, sur, suroccidental y el centroriente.

Adicionalmente se creó un Comité Directivo de la Red, el cual debe garantizar que haya una coordinación en la prestación del servicio y que se mejore la atención de los usuarios.

El secretario manifiesta que el propósito es crear un sistema de colaboración, algo que según él no ocurre en el resto del país, ya que se presenta “un permanente enfrentamiento entre las EPS, los prestadores y hospitales”.

El tercer cambio del sistema tiene que ver con la creación de la unidad de apoyo logístico, que a su vez estará a cargo del mecanismo de negociación y compra conjunta de insumos a través de una plataforma tecnológica.

La Secretaria de Salud asegura que gracias a esta medida se registraría un ahorro de entre el 15 y el 20% en la compra de insumos, los cuales en la actualidad le cuestan unos $100.000 millones anuales a la ciudad.

Finalmente, el secretario argumentó que uno de los principales fallos del viejo mecanismo de salud era que habían 22 hospitales que “funcionaban como ruedas sueltas”, lo cual generaba “una fragmentación en la atención del usuario”.

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¿De eso tan bueno no da tanto?

A la defensa de los Centros de Atención Prioritaria en Salud (CAPS) por parte del secretario, también se han sumado voces de crítica de parte del concejal de Bogotá, Manuel Sarmiento.

El político del Polo Democrático Alternativo dice que el principal problema es que los tradicionales CAMI, van a “ser reemplazados por otro tipo de instituciones o centros que no van a cumplir con la misma función”.

Sarmiento señala que en la actualidad los CAMI atienden los servicios de baja y alta complejidad las 24 horas del día, por lo cual no deben ser reemplazados de ninguna manera.

El concejal relató que en días pasados cuando se anunció la apertura de 40 CAPS en la ciudad, escribió un derecho de petición al secretario en el cuál le preguntaba cuáles iban a ser esos nuevos centros y dónde estarían situados.

El funcionario de la Alcaldía le respondió a Sarmiento que 14 de esos nuevos CAPS iban a reemplazar a los viejos CAMI, con lo cual según el concejal el servicio de urgencias de Bogotá quedaría desatendido y operando a media marcha.

Manuel Sarmiento aseguró que hay casos “supremamente graves como el del CAMI de Trinidad Galán, que en la actualidad opera las 24 horas”. El político advierte que la gente que podía acudir a ese sitio, en mayoría habitantes de la localidad de Puente Aranda, ahora tendrán que trasladarse al hospital de Kennedy.

“Se sabe que las salas de urgencia de los hospitales públicos están a reventar, tienen un hacinamiento muy grave. Van a obligar a la gente a ir a los hospitales públicos y no a los CAMI, para poder ser atendidos en las urgencias de alta complejidad”, destacó.

Adicionalmente, comentó que en se mismo derecho de petición el secretario respondió que otros 7 CAMI serían reemplazados por Puntos de Atención Primaria en Salud. (PAPS), que a su juicio incluso “prestan un servicio inferior” a los CAPS.

Por último, criticó que este tipo de medidas se toman por culpa de un sistema de salud fallido, en el cual no se persiguen las millonarias deudas de las EPS con los hospitales públicos (las cuales estimó en un $1 billón) y en cambio se “cierran los servicios”.

“El fondo del problema es un modelo que ha fracasado porque funciona de manera perversa, pues privilegia el negocio de las EPS por encima del derecho de los usuarios, trabajadores y pacientes”, sentenció el concejal. Y concluyó que entre el año 2013 y el 2015 en Bogotá se cerraron 1.500 servicios de salud, incluidos muchos de los CAMI.