Volatilidad de precios en el mercado Agrícola

Las revueltas que se han presentado en Mozambique y en Egipto por el alza de los precios del trigo son un recordatorio de los efectos sociales que tienen un aumento rápido de los precios de la canasta básica. Opinión de Juan Eduardo Zuluaga.

Dinero
17 de septiembre de 2010

Las revueltas sociales que se han presentado recientemente en Mozambique y en Egipto como consecuencia del alza de los precios del trigo son un recordatorio de los efectos sociales que tienen un aumento rápido de los precios de la canasta básica en los segmentos más pobres de la sociedad que dedican una gran parte de su ingreso a procurar los alimentos básicos para subsistir.

Independientemente de que el detonante de esta crisis sea la sequía en Rusia y su decisión de limitar las exportaciones de trigo (Rusia es el tercer exportador mundial de trigo), está claro que se está presentando un aumento de precios en algunos rubros importantes del mercado agrícola como el trigo, las proteínas de origen animal y el azúcar. Estas alzas se constituyen en una bandera roja que nos recuerda la difícil situación por la que pasó el mercado de alimentos en el año 2008.

 

crisis alimentaria

 

En el pico de las alzas de los alimentos durante el 2008, se presentaron revueltas sociales en países de África, Asia y, para no ir muy lejos, en Haití. Es importante recordar que las alzas afectaron de forma sustancial a las poblaciones con el nivel de ingresos más bajo de los países más pobres del planeta. Sin embargo, el efecto no paró únicamente en estos países. En el caso de América Latina, dicho fenómeno se puede ejemplificar en lo que sucedió en Chile donde el costo de la canasta de alimentos para las familias más pobres se incrementó en un 36% entre el 2006 y el 2009, mientras que la inflación fue tan sólo el 14% para el mismo período. El Ministro de Finanzas de Chile, Andrés Velasco, calculó que si no se hubieran aplicado políticas redistributivas, la pobreza en Chile hubiera aumentado en un 4%.

Aunque es claro que la oferta reaccionó de forma vigorosa después del 2008 como consecuencia del alza de precios no debemos olvidar que el mercado de alimentos continúa siendo vulnerable debido a los siguientes factores: a) el aumento constante en la demanda generado por el crecimiento poblacional, b) el aumento del ingreso per cápita en las economías emergentes con la consecuente alza en la demanda de proteínas de origen animal, c) el deterioro de los suelos, d) la escasez de recursos hídricos y d) los efectos del cambio climático en las cosechas. Los factores atrás expuestos hacen pensar que el mercado agrícola continuará presentando restricciones de oferta en un contexto de demanda creciente, por lo que sus fundamentales serán sólidos en el largo plazo pero con movimientos de precios abruptos en situaciones coyunturales.

Adicionalmente, la volatilidad de precios también está influenciada por la participación creciente de individuos e inversonistas institucionales en los mercados de materias primas agrícolas con el fin de diversificar su cartera. Un estudio reciente publicado por la FAO (Food Outlook, June 2010) muestra que en el pico de precios del mercado alimentario en el 2008, un 49,4% de las posiciones abiertas en el mercado de futuros de soya de la bolsa de Chicago correspondían a jugadores que no estaban usando el mercado para adquirir cobertura. Un 8,4% de estas posiciones pertenecían a bancos comerciales. Este hecho coincidió con un aumento en las volatilidades implícitas del mercado de opciones que, en el caso del mercado del trigo, pasaron de niveles cercanos al 20% en el 2001 a casi duplicarse en el 2008. Aunque la presencia de inversionistas y la volatilidad se moderaron después del pico del 2008, este tipo de jugadores seguirán participando de forma activa en los mercados. Es importante considerar que la mayor volatilidad de los precios dificulta las decisiones de inversión de los productores agrícolas.

Las tendencias en los fundamentales del negocio agrícola y el incremento en la volatilidad de los precios son puntos que cualquier gobierno tiene que considerar en el momento de desarrollar una política agrícola y de seguridad alimentaria especialmente si se tiene en cuenta el impacto social y económico que tienen los cambios de precios de los alimentos en las capas más pobres de la población.