Transformación productiva, compromiso de todos

17 de agosto de 2007

Tener regiones productivas significa tener un país competitivo. Las diferentes economías locales y regionales de Colombia están conectadas con el mercado mundial, compiten entre ellas y las del mundo, y por lo mismo, la prosperidad del país dependerá de la competitividad, productividad y altas tasas de la inversión en nuestras ciudades y regiones.

Para convertir a Colombia en uno de los tres países más competitivos de Latinoamérica en el 2032, como lo plantea la visión de la política y los lineamientos estratégicos de la política de competitividad y productividad presentada en el “X encuentro Colombia Compite” en Medellín hace unos días, el país requiere un esfuerzo conjunto y replicable entre sector el sector público, privado, la academia y la sociedad civil para que entre otros aspectos se pueda: desarrollar sectores de clase mundial, generar altos niveles de PIB per cápita, mantener tasas de crecimiento del PIB iguales o superiores a las del 2006, aumentar y mantener una alta de inversión como porcentaje del PIB y una alta tasa de inversión extranjera.

 

De igual manera se necesita una adecuada infraestructura para reducir costos de transporte y logística, seguridad jurídica y eliminar los “cuellos de botella” que dificultan la actividad empresarial y la exportación. Pero, como lo indica el estudio del equipo liderado por el Profesor Ricardo Hausmann de la Universidad de Harvard, Colombia necesita una efectiva diversificación de la oferta exportadora vía productos y servicios de alto valor agregado, es decir de una transformación productiva.

 

De acuerdo al estudio de Hausmann, en 44 años las exportaciones reales per capitá de Colombia apenas se duplicaron y se encuentran a niveles similares a los de la decada de 1970. Una de las causas, compartida por la mayoría de los países de la región, se manifiesta en la alta concentración de las exportaciones en productos primarios. De ahí que se advierta la necesidad de una mayor sofisticación de productos, es decir pasar de producir bienes de país pobre a bienes de país rico (transformación productiva). Necesitamos utilizar la ciencia, la tecnología y la innovación, entre otros factores, como herramientas para el desarrollo de una nación y sector empresarial competitivo y de talla mundial.

Testimonios como los de Corea del Sur e Irlanda confirman lo anteriormente dicho. El primero paso de tener un ingreso per cápita de 100 dólares aproximadamente en 1963 (inferior al de cualquier país latinoamericano en la época) a un PIB per cápita de 25.000 dólares en el 2007 (superior a todos los de Latinoamérica). En el 2006, Corea del Sur fue la décima economía del mundo, la tercera de Asia y, de acuerdo con la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), es el tercer país con mayor número de patentes vigentes después de EE UU y Japón, por encima de Alemania y Francia. Irlanda por su parte, pasó de un PIB per capita en 1988 de 9,100 dólares a uno de 25,100 en 1998 y a 44,500 en el 2006.

 

De acuerdo al Fondo Monetario Internacional, Irlanda es el segundo país con mayor PIB per capita del mundo, después de Luxemburgo. Si bien los dos países implementaron estrategias diferentes, elementos comunes como buen manejo macroeconómico, política tributaria estable y amigable, efectiva inversión en capital humano y apertura real a la inversión extranjera se pueden identificar como factores principales de estos resultados positivos. En el caso de Irlanda la adhesión a la Unión Europea también cumplió un papel fundamental, por cuanto permitió acceso a financiación pero también confirma los beneficios de una integración regional seria.

Nuestro país tiene todo lo necesario para recorrer un camino similar o inclusive mejor. Tres elementos son esenciales. En primer lugar, consolidar la política de competitividad nacional como política de Estado. Posicionar el sistema nacional de competitividad, particularmente las comisiones regionales de competitividad, coordinadas por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, como instancias únicas y responsables para concebir la estrategia regional y pasar de las palabras a los programas y proyecto concretos que hagan realidad ese progreso local. Finalmente, y quizá el mas importante, lograr que todos los colombianos nos apropiemos de la visión que somos capaces de generar productos y servicios de ultima tecnología, y que podemos construir con sacrificio y entrega cada día un país más competitivo y productivo. Un país de las “grandes ligas”.

 

* MPA – Consultor Internacional