La combinación trabajo-familia: otra ventaja de las empresas familiares

Dinero
19 de mayo de 2009

La fusión entre trabajo y familia puede convertirse en una posible fuente de conflictos, pero cuando las empresas familiares aprenden a encausarlo en la forma adecuada, se convierte en una de sus grandes ventajas.

Cuando escuchamos hablar de empresas familiares solemos recordar casos de compañías que han realizado acciones que a los ojos de muchos tienen efectos negativos en las relaciones familiares o que han permitido que la familia influya demasiado en la empresa llevándola así a la bancarrota, ya sea por conflictos familiares frente a empleados, directivos o socios, o por descapitalizar la empresa. Sólo aquellas que logran equilibrar estas dos poderosas fuerzas, la familia y la empresa, acceden a los campos de victoria en los que se encuentran empresas tan reconocidas en el ámbito mundial como LG, Ford, Samsung y Carrefour.

Según Roger Martin (HBR, junio de 2007. p. 40-49) los seres humanos nos caracterizamos por tener nuestro dedo pulgar en un sentido opuesto a los demás dedos, y esta característica nos ha permitido hacer cosas maravillosas como escribir, enhebrar una aguja o guiar un catéter por una arteria. De la misma forma en que físicamente tenemos un dedo opuesto que nos da ventajas sobre las demás especies, también nos caracterizamos por tener la facultad de pensar de una manera integradora, que nos permite comparar entre dos ideas opuestas para obtener como resultado una tercera idea fortalecida con los aportes de las otras dos.

A pesar de tener esta maravillosa habilidad, los seres humanos tendemos a simplificar las cosas y eliminar todo lo complejo, descartando en muchas ocasiones ese tercer camino que surge de la fusión de dos opuestos y que puede agregar más valor que las demás.

Como lo explica Martin, este esquema mental es el que utilizan los líderes exitosos en el mundo, entre ellos los empresarios familiares que están acostumbrados a lidiar con la complejidad de las relaciones familia-empresa. Un caso conocido es el de Jack Welch, quien en sus comienzos en General Electric insistió en que cada negocio debía ser el número uno o dos de su mercado, y años más tarde cambió su estrategia al enfatizar en que esos mismos negocios se debían concentrar en nichos de mercado específicos sin superar el 10% de participación del mercado.

Lograr convencer a toda una organización de seguir un camino totalmente opuesto al que habían tomado inicialmente y que parecía ser el ideal, sólo es logrado por líderes que piensan integrando los opuestos, sin desechar en ningún momento aquellas opciones que parecen ser erróneas, lo cual les permite ser pioneros en sus industrias gracias a sus estrategias innovadoras.

Se podría decir entonces que las empresas familiares están un paso adelante de aquellas que no son familiares, debido a que han logrado fusionar dos mundos que son radicalmente opuestos, la familia que tiende a ser sensible y a mantener la estabilidad, y la empresa que es totalmente racional y busca innovar continuamente para no perecer frente a la competencia.

Estas empresas luchan por sobrevivir en un ambiente altamente competitivo, pero además buscan mantener en constante equilibrio las diferentes necesidades e intereses de la empresa y la familia, el cual es un reto en el que sólo sobreviven el 30% de estas compañías, es decir, sólo aquellas que logran fomentar la unidad y compromiso entre sus miembros, alcanzando así su principal ventaja competitiva (Gallo, Miguel Ángel. La Empresa Familiar. IESE, 1997).

Sólo las empresas familiares manejan esquemas de complejidad en su interior que las obligan a fortalecerse día a día para competir con eficacia frente a las demás empresas. Por esta razón se debe enfatizar en la profesionalización de sus miembros, en la adopción de prácticas de buen gobierno corporativo y en la conformación de juntas directivas conformadas parcialmente por externos, que hagan sus aporten con objetividad y sin temor a desatar conflictos familiares.

En tanto las empresas familiares de nuestro país continúen inmersas en las trampas familiares que bien explica Gómez-Betancourt (2005) en su libro “¿Son iguales todas las empresas familiares? Caminos por recorrer” no podrán disfrutar de las mieles del éxito que ya han alcanzado empresas familiares como las tiendas norte americanas Wal-Mart o la marca de automóviles BMW.

Complejidad no significa desorden, por el contrario, manejar situaciones difíciles en las empresas familiares permite formar a los futuros líderes que le darán continuidad al legado de los fundadores, unir a la familia y hacerla trabajar por un objetivo común. Crecer profesionalmente en ambientes complejos fomenta el uso de la innovación en la definición de la estrategia empresarial.

La complejidad en las empresas familiares debe aprenderse a administrar, para que cuando se eliminen las convergencias negativas entre empresa y familia a través de la implementación de protocolos y órganos de gobierno, salgan a relucir con intensidad las ventajas de la empresa familiar, es decir, la unidad de la familia y el compromiso con la empresa, que va más allá de lo económico y que la lleva a obtener mejores resultados financieros que aquellas empresas que no son familiares, posicionándolas como el modelo a seguir en el mercado.



Los autores con investigadores del Área Empresa Familiar, INALDE - Universidad de La Sabana. María Piedad López es consultora para empresas familiares – FCCIG Family Council Consulting International Group