Opinión On Line

¿Hay un “Capitalismo Chino”?

China con un sistema capitalista occidental sería un competidor, pero con otro sistema sería un depredador formidable ¿El papel del Estado es un modelo o una manera de intervenir para evitar una recesión? Opinión de Maria Alejandra González-Pérez. Jefe del departamento de Negocios Internacionales. Universidad Eafit.

Dinero
16 de mayo de 2011

Dentro de algunos círculos académicos de áreas afines a la sociología de los negocios internacionales se ha cuestionado si el crecimiento económico de China ha sido motivado por corrientes del capitalismo occidental, o si hay una variación china del capitalismo, o si hay otro sistema económico caracterizado por políticas gubernamentales que promueven altas tasas de inversión en activos fijos (los cuales en el 2009 representaron más del 60% del PIB chino).

Esta discusión respecto a si China es capitalista o no, o si hay una modelo capitalista chino, es relevante puesto que necesitamos prever cómo van a interactuar China y las grandes economías occidentales tradicionales. Si China opera dentro del marco del capitalismo, significa que el país será un competidor, pero si opera bajo otro sistema económico China sería un depredador internacional, y el crecimiento económico continuaría aumentando sin cesar.

Por definición, el capitalismo es una forma de actividad económica caracterizada por la propiedad privada y el libre funcionamiento de los mercados. Dentro del capitalismo, las empresas privadas compiten en mercados por bienes y servicios por capital, y cuya finalidad en sentido clásico estricto es obtener ganancias. Bajo el capitalismo, el papel del Estado está limitado a definir las reglas del juego (como por ejemplo: controlar monopolios), y en casos extremos intervenir en los mercados.

La última edición del Management and Organization Review (Vol. 7. No. 1) está dedicada a China, y a la discusión de si China es capitalista o no desde un enfoque sociológico. En esta edición, Nan Lin muestran cómo las empresas más grandes de la China son propiedad del Estado o controladas por el gobierno, y muestra cómo se desarrolla una forma estatista de capitalismo diferente al concebido en los países de occidente. Esta nueva forma de capitalismo es denominada por Nan Lin como capitalismo administrado centralmente donde el Estado juega un papel cardinal, y esto es lo que lo hace diferente al capitalismo chino, del capitalismo occidental, ya que en este último las formas de gobierno corporativo son en gran medida independientes del Estado. En el caso de China, el hecho que el gobierno corporativo sea centralizado en el Estado implica que los lideres clave son designados para asumir roles centrales a nivel nacional, lo cual significa una administración central que actúa como gran empresario en donde la política prevalece sobre el mercado (political-top and market-bottom).

Desde la apertura a la inversión extranjera a China en 1980, las empresas extranjeras buscaron instalarse con el objetivo de acceder a costos laborales reducidos y beneficios fiscales manufactureros y exportar desde allí, y después empezaron a desarrollar marcas adaptadas para poder penetrar y constituirse en el mercado chino. Otra de las ventajas que ofrecía este país era la devaluación gradual de su moneda entre 1985 y 1993. Esto hizo que China atrajera grandes flujos de tecnología e inversión extranjera, la cual tenía una doble función: aumentar el PIB a través de inversión en activos fijos, y el crecimiento de las reservas de divisas.

A partir ese momento hasta ahora los beneficios iníciales de China han cambiado. Desde el 2004 donde el yuan chino se ha apreciado 20% frente al dólar estadounidense, desde el 2006 han aumentado los salarios, y desde el 2008 no hay incentivos fiscales a empresas extranjeras. Esto se combinó con la caída de los flujos del comercio internacional, en donde el gobierno chino tuvo que intervenir con inversiones en infraestructura y plantas industriales, y subvencionar ventas internas principalmente en las zonas rurales. Estos subsidios y subvenciones provocaron inflación inmobiliaria y en productos alimenticios, ocasionando una inflación descontrolada, pendiente de ser intervenida, en la cual el gobierno chino tendrá que hacer uso de sus reservas, y aumentar las tasas de interés.

Esta situación ha llevado a la economía china a tener una administración y planeación mas centralizada en el gobierno con el fin de mantener e impulsar sus tasas de crecimiento del PIB resistiendo a desplomarse al son de la caída la economía mundial, pero esto no necesariamente significa que China tenga un modelo propio de capitalismo, puede ser que el intervencionismo del gobierno chino sea transitorio: una intervención del gobierno chino para evitar una caída económica enorme.