Mercados

Estrategia defensiva

Ricardo Durán, analista de la firma InterValores, explica las causas de la crisis que vive el IGBC y los factores externos que moverán la semana.

13 de junio de 2006

La semana pasada no es de grata recordación prácticamente para ningún inversionista en el mundo. Una oleada de temor por la inflación global se apoderó la semana anterior de los mercados mundiales, situación que activó el uso del mecanismo clásico de lucha contra la inflación: el incremento de las tasas de interés.
 
Las tasas de interés se incrementaron en Europa, India, Corea del Sur, Sudáfrica, Turquía y Dinamarca en medio de indicios alcitas adicionales en Estados Unidos. Naturalmente, la acción sincronizada de los respectivos bancos centrales le propinó un duro golpe al mercado de acciones industrializado y emergente y desató un episodio de aversión al riesgo en el que el único activo ganador fue el Tesoro de Estados Unidos en su calidad de refugio financiero.
 
Los activos colombianos no escaparon a esta difícil coyuntura con colosales desvalorizaciones en la bolsa, fuerte depreciación de los bonos de deuda pública y devaluación en la tasa de cambio. La renta variable acusó la caída más fuerte en toda la historia del IGBC, las tasas de interés de los TES terminaron al alza en medio de volatilidades escalofriantes y la tasa representativa del mercado registró una devaluación semanal del 1%.
 
Al cierre de la semana quedó claro que la inflación global es una amenaza que afecta a todos los mercados sin importar el mayor o menor grado de integración que tengan con los circuitos financieros mundiales y que los fundamentos internos políticos y económicos de los países emergentes pasan a un segundo plano cuando se trata de combatir el brote inflacionario global.
 
Esta es una importante lección para trazar el panorama de las inversiones la próxima semana, ya que los mercados recibirán el veredicto que imparta la publicación de la inflación de Estados Unidos. En efecto, el miércoles 14 de junio se publica la inflación de mayo para que el mercado haga previsiones sobre si se aproxima o no otro episodio similar de turbulencia financiera.
 
Y esta semana...
 
La inflación americana de mayo encarna en nuestra opinión dos preocupaciones: la primera tiene que ver con la brusca devaluación del dólar americano en abril y mayo. En Estados Unidos, como en cualquier país, la devaluación es inflacionaria y debe recordarse que fue en mayo cuando el precio mundial del dólar registró su nivel mínimo.
 
El segundo factor que nos preocupa tiene que ver con la inflación de importados de mayo que se publicó el viernes 9 de junio. La cifra resultó muy superior a la esperada por el mercado con un fuerte incremento del acumulado anual de 5.8% a 8.3%. Aunque es evidente que mediaron factores estadísticos, creemos que la prudencia aconseja adoptar una posición defensiva frente a la inflación de Estados Unidos.
De hecho, aún suponiendo que el acumulado anual de la inflación estructural se mantiene en el 2.3% que auguran algunos analistas, este nivel de inflación está por fuera de la zona de confort del banco central de acuerdo con las últimas declaraciones de su director.
 
Otro dato que debe inquietar a los agentes es el uso de la capacidad instalada de Estados Unidos que se publica el jueves 15. Además de ser una variable explicativa de la inflación, se pronostica una lectura del 82% que marcaría el máximo en 6 años.
Aunque a lo largo de la semana se publican más cifras, creemos que las señales gruesas van a estar determinadas por las dos comentadas. En conclusión, creemos que va a aumentar la probabilidad de incremento en las tasas de interés de la Reserva Federal el 29 de junio, caso en el cual la tendencia semanal se percibe alcista para las tasas de interés.
 
Con esta óptica nos parece acertado mantener una estrategia defensiva con posiciones denominadas en dólares. Para la deuda pública avizoramos más incrementos en las tasas de negociación de los TES y esperamos que en las acciones colombianas se termine de liberar la excesiva posición apalancada a la espera de mejores vientos