Apestrans

Ayer, al levantarse Alfonso Pérez, presidente de Apetrans –gremio que representa a los “pequeños” transportadores en Bogotá– de la mesa de negociación relacionada con el paro de transporte que tiene a más de tres millones de personas sumidas en un completo caos, se escucharon unas declaraciones suyas que hay que oir varias veces para realmente entenderlas.

El señor Pérez manifestó que la pretensión inicial de sus agremiados era la de fijar la mal llamada rentabilidad para el cálculo de la renta fija mensual estipulada en los pliegos del Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) en 5%. Posteriormente, y con una generosidad que no se veía desde que Jesús se sacrificó en la cruz, redujeron sus pretensiones al 3%. En seguida, en un acto de magnanimidad digno de Gandhi, la cifra se redujo al 2%. Finalmente, para mostrar que el interés público prima sobre el privado, el Dr. Perez estuvo dispuesto a transarse por el mísero 1,8%, lo que implicó la ruptura de negociaciones, pues el Distrito –con toda la razón– no puede subir más del 1,5%.

Para entender el sacrificio que Alfonso Pérez hace a nombre de sus agremiados, es importante conocer lo que se está negociando y a quien está representando este defensor del bien público en la ciudad. Abajo algunas conjeturas al respecto:

· Apetrans es un gremio que dice agrupar a los pequeños transportadores de Bogotá. Sin embargo, habría que ver si dentro de esos caben los muy pequeños, los dueños de uno o dos buses que todos los días se levantan a trabajar un bus o buseta que compraron con un esfuerzo monumental. No vaya a ser que quienes controlan el gremio sean propietarios, para ponerlo suave, de más de un bus. Y que cada uno de esos “más de un bus” están a nombre de más de una persona, pero bajo un mismo paraguas.

· La mal llamada rentabilidad para el cálculo de la renta fija mensual ha generado una confusión entre la ciudadanía. En realidad, lo que se está negociando, según fuentes cercanas al proceso, es la participación sobre los ingresos brutos generados hoy por los transportadores, que habría que pagarles por dejar implementar el sistema, durante los próximos 24 años.

Para ponerle números al tema*: el 5% equivale a $9,650 millones mensuales; el 3% es $5,790 millones, el 2% es $3,860 millones, el 1,8% es $3,470 millones. Dado el nivel de riesgo de este flujo de pagos (Distrito, entonces se utilizaría una tasa de descuento equivalente, por ejemplo, a la tasa de interés de los TES de largo plazo), el Valor Presente Neto de estos valores mensuales, durante 24 años, es el siguiente: 5% -> $1,2 billones; 3% -> $740.000 millones; 2% -> $493.000 millones; 1,8% -> $444.000 millones. Ahora se entiende el tamaño de sacrificio del Dr. Pérez. Sobre todo por no tener que pagar ni llantas, ni gasolina, ni mantenimiento, ni impuestos.

· Además de la renta fija, los transportadores recibirían un pago por la desmovilización de los vehículos que sobran en la ciudad, que se han estimado en alrededor de 6,000 buses.

· Finalmente, está la condición en el pliego del SITP de que favorecerán ampliamente en puntaje a aquellas compañías operadoras que involucren a manera de accionistas a los transportadores actuales. Los mismos, sin embargo, tienen alguna prevención razonable de tomar esta opción, pues argumentan que su participación en las compañías sería minoritaria y fácil de diluir por un socio con mayor músculo financiero. Esta opción sería a cambio de la renta fija mensual arriba explicada.

Lo más probable es que el Dr. Pérez y sus afiliados se vayan por la vía de la renta fija mensual. De irse por la vía de la sociedad, pensaría uno que los potenciales inversionistas en el SITP tendrán que gastar buena parte de su esfuerzo y capacidad de negociación en un acuerdo de accionistas.


*El cálculo realizado es del autor, con base en información pública disponible (16,500 buses afiliados a Apetrans, según el Dr. Pérez; 260 pasajeros diarios en promedio movilizados por bus; $1,500 tarifa de cada viaje).