La paranoia corporativa como atributo

En varias ocasiones hemos escuchado a grandes líderes empresariales -no solamente en el sector de la tecnología donde hay una velocidad muy alta en la transformación- considerar la “paranoia empresarial” como un atributo estratégico y una característica de la cultura organizacional para el éxito del negocio local e internacional.

Testimonios de líderes corporativos son recurrentes en dar importancia a tener una dosis constante de paranoia prudente para innovar constantemente buscando la supervivencia y el crecimiento sostenible en el tiempo. 

Andrew S. Grove, uno de los fundadores y CEO de Intel y visionario de Sillicon Valley en California, fue en 1996 autor del libro “Only the paranoid survive: How to exploit the crisis points that challenge every company”. Grove sostiene en el libro que, dado que los negocios siempre están expuestos a cambios, y a que “éxito del negocio contiene las semillas para su propia destrucción”, la mejor manera de mantener el éxito de la empresa es “siempre ser paranoico”. 

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La paranoia empresarial consiste en incorporar, en la estrategia y las operaciones, disciplina para innovar constantemente, mejorar la eficiencia en los sistemas, así como anticipar las amenazas potenciales a la reputación y las limitaciones para crear, crecer y mantener confianza. Además, esto supone una “obsesión” con el monitoreo y el análisis de datos: Identificar las prioridades de medición y enfocarse en los números más importantes para tomar decisiones basadas en evidencias, aumentando la dedicación con enfoque primordial en los consumidores y los clientes.

Por otra parte, la paranoia empresarial supone una consciencia de las fuentes de energía para lograr motivarse, sostener el liderazgo y mantenerse renovado. Así como tener la capacidad de incrementar la velocidad, introyectar un sentido sano de urgencia y acelerar la adaptación: La velocidad para implementar una idea, entregar productos, responder correos electrónicos a los grupos de interés, etc.

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