OPINIÓN ONLINE

Va la madre

Celebrar la maternidad habla también, de cuánto se ha transformado el rol de la mujer en nuestro entorno: las mamás de nuestro país hacen gala de valientes, trabajadoras, empresarias, pilas, pero ante todo de gestoras de un nuevo país, aun cuando la violencia parezca frustrar ese intento recurrente.

Samir Campo
11 de mayo de 2016

Se supone que lo celebramos en mayo, básicamente porque nos antecede un catolicismo arraigado, que durante mucho tiempo ha impregnado múltiples elementos de nuestra cultura: una de las advocaciones más importantes de la Virgen María se celebra desde el 13 de mayo desde 1916, no sin antes contar que Pablo VI y Juan Pablo II, reforzaron este imaginario en sus encíclicas y audiencias públicas, lo cual, no ha dejado de sumarse a lo substancial de esta celebración.

Sin embargo, y más allá de nuestra inmediata mirada al ombligo, el día de la madre, tiene su origen en los clásicos Grecia y Roma, en Artemisa y Flora, que sin duda evocan para Europa la agonía de la primavera y los campos florecidos en los espacios públicos, o las zonas comunes entre el Oikos y el Oikia, lugares, que eran de especial dedicación de la protectora del hogar y cuidadora del paters famili y los vástagos de la unión conyugal.

De la griega y la romana, a la abnegada colombiana de nuestros días, ha pasado de todo, las mamás de nuestro país hacen gala de valientes, de trabajadoras, de conquistadoras de espacios, de empresarias, de mujeres de armas tomar, de pilas, pero ante todo de gestoras constantes de un nuevo país cada día, aun cuando la violencia parezca frustrar ese intento recurrente.

Este mes celebramos a las madres, lo cual significa varias cosas, primero un espacio abierto y público en medio de una cultura y una sociedad machista, para celebrar lo mucho que le debemos a las mujeres de este país, que a partir de la realidad económica, política y social, han optado por dar a luz y en lo posterior, han decidido hacer lo que sea necesario para criar a cuanto héroe decidamos que existe dentro y fuera de nuestras fronteras.

De otra parte, celebrar la maternidad como instancia hermosa de humanidad máxima, habla también, de cuánto se ha transformado el rol de la mujer en nuestro entorno; solo por citar un ejemplo, se estima que hoy por lo menos 500 mil mujeres en nuestro país son madres solteras, en donde el 60% están por debajo de los 20 años; lo cual termina significando que en ellas tendremos la necesidad de la construcción de un capital social que derive en el mejoramiento de las condiciones de vida de los nuevos ciudadanos.

Ahora bien, celebrar a mamá significa para la economía de nuestro país el segundo hito más importante del ciclo de consumo durante el primer semestre; en torno a esta celebración vimos como el sector de servicios se dinamizó en ofertas variadas de valor en torno a restaurantes, hoteles, tiquetes, espectáculos y todo tipo de propuestas culturales en los teatros, centros comerciales, salones comunales, o unidades residenciales de todo el país. Diciendo con esto también, que para aquellos que miran con pesimismo la realidad de la industria, llegamos a esta celebración con la ventaja de una caída del precio del dólar y con un progresivo reajuste de la inflación en el bolsillo de los hijos, aprovechamos el comercio “despierto” para agasajar a aquella que ha sanado de todo en su vida, inclusive, la economía de la incertidumbre.

Salve, mami, abuela, esposa; gracias por cuidarnos como a las flores de hogar y porque en medio del final de la primavera queda siempre una sonrisa para hacernos saber, que todo estará bien.