CAMILO DÍAZ

US$ 90 por barril de petróleo todavía lejos

El fin de las exenciones para que los principales clientes de Irán sigan comprando crudo llevó al reciente repunte de precios, pero no es suficiente para elevarlos más.

Camilo Díaz, Camilo Díaz
4 de mayo de 2019

El reciente repunte de los precios del crudo ha venido por cuenta de las tensiones generadas por la decisión de la administración Trump de poner fin a las exenciones, de Japón, Corea del Sur, China, India, Turquía, Italia, Grecia, y Taiwán, para mantener las compras de petróleo proveniente de Irán, las implicaciones en la reducción de los suministros provocaron el reciente aumento de precios, sin embargo, ese repunte puede revertirse fácilmente y un ascenso mayor de los precios hacia niveles de US$90 por barril es remoto, a menos que la mayoría de los fundamentales de la economía global cambien, aún así la OPEP tiene una capacidad remanente para atender mayor demanda.

Aunque el pasado miércoles se activaron el fin de las exenciones sobre los clientes de petróleo iraní trayendo consigo una posible reducción de los suministros en cerca de 1 mbpd, la OPEP puede llenar el espacio que deje Irán en el mercado puesto que entre Arabia Saudita y otros países de la OPEP cuenta con capacidad excedentaria cercana a 3 mbpd de los cuales 2 mbpd son de Arabia, no obstante, la mayoría de países de la OPEP necesitan precios mayores a US$85 por barril para balancear sus cuentas fiscales.

La necesidad de mayores precios del petróleo para balancear los presupuestos no significa necesariamente restringir el bombeo, tampoco romper el acuerdo de recorte de 1,2 mbpd logrado en Viena en noviembre que estará vigente hasta junio, donde además participan Rusia junto con otros productores por fuera de la OPEP. Lo que significa la coyuntura actual es más ingresos para los productores sin el riesgo que entrañan las negociaciones de cuotas para reemplazar a Irán, y la posterior necesidad de volver abrir espacio al crudo iraní, puesto que probablemente clientes como China y Turquía menos alineados y dependientes de Estados Unidos van a continuar surtiéndose del crudo proveniente de Irán por lo cual una baja sustancial de los suministros estará limitada.

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Por otro lado, la producción de crudo en Estados Unidos se mantiene sólida en 10,9 mbpd de los cuales está exportando 2,9 mbpd, con despachos hacia el Reino Unido, Taiwán y Corea del Sur que suman 1 mbpd, así dos de los países afectados por la reimposición de sanciones están siendo atendidos por Estados Unidos mostrando que choques en los precios producto de reducciones en el suministro son mitigados por la producción desde varios lugares, no solamente desde Medio Oriente.

El crecimiento económico mundial es otra razón para descartar continuas alzas en los precios del crudo. En Europa, Italia se encuentra en recesión con bajos signos de recuperación en el corto plazo, mientras que Alemania, que es el motor de Europa, también se ha desacelerado con crecimiento menor al 1% en el primer trimestre. A eso se suma que la incertidumbre por el brexit de Reino Unido está pasando factura al crecimiento tanto de Gran Bretaña como de sus principales socios de Europa continental. Si el dinamismo de las principales zonas consumidoras de energía disminuye o permanece estancado, no hay una razón para pensar que los precios del crudo continúen ascendiendo hacia cotas superiores al pico de US$85 por barril visto en octubre del año pasado.

El choque que podría llevar los precios del petróleo a volar como un rocket en el corto plazo, es un cierre del tránsito por el canal de Ormuz por parte de Irán, ese evento, aunque tiene baja probabilidad, es lo que podría desequilibrar bruscamente el balance de oferta y demanda existente, puesto que por Ormuz transitan diariamente 18 mbpd, es decir, más de la mitad del petróleo que produce la OPEP y cerca del 20% de la producción mundial. Por lo pronto, son los efectos sobre las sanciones a Irán y el fin de las exenciones a sus principales clientes, y las advertencias sobre Ormuz lo que han ocasionado el aumento de precios, no crecimiento de la demanda que permanece cubierta, inclusive con capacidad excedentaria desde los principales productores.

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