Opinión On Line

TLC y la admisibilidad de los productos colombianos

Teniendo en cuenta la entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos el próximo 15 de mayo, el cual da apertura a Colombia a un mercado con gran capacidad de importación de productos alimenticios, se hace preciso establecer un plan de acción que incluya la participación en macro-ruedas multisectoriales, ferias, seminarios y misiones comerciales por parte de los exportadores colombianos y también las pymes que desean conquistar dicho mercado.

Dinero
7 de mayo de 2012

Asimismo, la activación de productos colombianos en los supermercados estadounidenses, las promociones, y degustaciones y catas complementan la labor diseñada en los estudios de mercado elaborados en el país norteamericano para nuestros productos. No obstante, lo primordial para los empresarios colombianos ahora es trabajar de la mano del ICA e INVIMA en el cumplimiento de los requisitos sanitarios.

Al respecto es significativo el avance en el tema, gracias a la creación del Comité Permanente sobre Medidas sanitarias y fitosanitarias (MSF), instancia de Gobierno Gobierno cuya finalidad es la estandarización de procesos entre ambas partes. En ese contexto, es válido ratificar lo aclarado por las mismas directivas del Instituto Colombiano agropecuario –ICA- en el último seminario sobre oportunidades de agroindustria en TLC con Estados Unidos, organizado por Proexport en Bogotá y transmitido en otras cinco ciudades del país, en lo referente a la permanencia de la admisibilidad sanitaria, entendida ésta como los requisitos de importación de un producto agropecuario.

En ese orden de ideas, ha de quedar claro que las normas no se modificarán por la firma del acuerdo. Es decir, no habrá cambios en los requisitos exigidos para prevenir los riesgos de plagas y enfermedades en la introducción a territorio estadounidense de los productos colombianos; lo que sí se negocia es el intercambio de información y el status sanitario y fitosanitario del país. Lo anterior, por cuanto todo país tropical presenta mayores riesgos de plagas y patógenos invasores. Así que, lo que se aconseja es la búsqueda de zonas de baja prevalencia o libres de enfermedades en el subsector bovino, porcino y avícola, especialmente.

En otras palabras, con lo que actualmente cuenta Colombia en materia fitosanitaria y zoosanitaria con Estados Unidos es con un avance protocolario en pos de facilitar un lenguaje uniforme en las negociaciones. A propósito, cabe señalar el hecho de que el país ha firmado a la fecha 109 protocolos con 30 países en las mencionadas materias alrededor del mundo. Sin embargo, como lo ha afirmado María Cristina Torres Villamil, subgerente de regulación sanitaria y fitosanitaria del ICA: “de los 104 protocolos vigentes, sólo 32 representan exportaciones, es decir, únicamente el 30% ha sido aprovechado”, aunque se sigue trabajando fuertemente al buscar nichos y fomentar la investigación.

En ese mismo contexto, se están realizando grandes esfuerzos de difusión y cumplimiento de las normas establecida por APHIS, agencia norteamericana para la protección de la salud, la agricultura y los recursos naturales. Específicamente, la misión de la mencionada agencia se ha expandido en los últimos años para incluir temas como la prevención de daños a la fauna estadounidense, la regulación de los cultivos transgénicos, el bienestar animal y la protección de la salud pública.

Por lo tanto, a los exportadores colombianos que planeen internacionalizar algunos de los productos agrícolas y pecuarios categorizados como potenciales, a saber: frutas (ñame, aguacate, pitaya amarilla), hortalizas y tubérculos, plantas aromáticas y medicinales, se les recomienda solucionar los actuales problemas de asociatividad porque a Estados Unidos le conviene más negociar con gremios organizados y coordinados sectorial e institucionalmente; igualmente, se les recomienda concentrar esfuerzos en priorizar productos y zonas productivas e invertir en cadenas de frío y empaques.

Con todo, es un mito el pensar que el TLC desplazará al mercado colombiano en los denominados productos sensibles: arroz, maíz, frijol y cuartos traseros de pollo, entre otros; porque de lo que se trata es de buscar nichos, hacer investigación, acordar las salvaguardias, intercambiar información, y alcanzar un acuerdo gana-gana.