OPINIÓN ONLINE

Tecnología para generar oportunidades en el postconflicto

Colombia está próxima a entrar en etapa de postconflicto tras la firma e implementación del proceso de La Habana ajustado en Bogotá. En este nuevo momento se requiere del trabajo articulado de todas las entidades del Estado, pero además, el papel trascendental del sector privado.

Christian Onetto
30 de noviembre de 2016

Hoy, cuando se habla de manera activa de Responsabilidad Social Empresarial (RSE), las alianzas público privadas resultan una alternativa ganadora para lograr propósitos de inclusión, capacitación, generación de oportunidades, mejoramiento de la calidad de vida y reconciliación. Esa perspectiva es una oportunidad en la medida que el sector privado tiene una disposición a fortalecer las intervenciones del Estado en relación con fenómenos como la pobreza, la desigualdad, la desnutrición o el conflicto armado.

En ese sentido, me parece apropiado traer a colación la iniciativa Cisco Networking Academy Program que a través de una plataforma digital implementa el Programa de Formación Global sobre las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), redes y habilidades interpersonales que ha logrado impactar a través de alianzas público privadas en 170 países a 6 millones de estudiantes, 9.500 academias, 20.000 profesores y 100 millones de exámenes realizados ‘on line’ en 19 idiomas. Todos estos números asociados a temáticas de tecnología, innovación, emprendimiento, formación en negocios y análisis de problemáticas locales.

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No es descabellado creer que Colombia debe ser protagonista especial en este panorama. De hecho, a través del programa antes mencionado hasta el momento se han fimado 115 convenios (alianzas activas) con diferentes instituciones del país que han permitido formar anualmente a más de 20 mil estudiantes distribuidos en 28 de los 32 departamentos del territorio nacional.

Esto significa que, mediante la virtualidad, el sector privado está y puede llevar educación a los lugares más distantes del centro del país. En este context, por ejemplo, se lleva a cabo de la mano del Ministerio de Defensa y el Sena el primer programa piloto de entrenamiento a 25 soldados en formación para el trabajo a victimas del conflicto armado.

Se trata de una exitosa iniciativa que brinda una oportunidad de vida a quienes han hecho  parte del conflicto armado y quieren retornar a la vida civil a través de actividades productivas. En el marco del postconflicto que se avecina en Colombia es claro que el sector privado puede jugar un papel clave en forma articulada con el Estado a través del uso de herramientas tecnológicas, programas de capacitación, jornadas de trabajo voluntario e inclusion en la fuerza laboral de los actores del conflicto.

Nada más importante en este momento, en el que la búsqueda de la paz es un activo conjunto, que encontrar el trabajo en equipo. El mundo ha pasado de la filantropia a las estrategias de valor compartido, sostenibilidad y responsabilidad social empresarial y Colombia no puede ser la excepción en este propósito. Iniciativas como la anteriormente mencionada merecen toda la atención y la continuidad para responder a esa pregunta de qué pondremos a hacer a los actores de la guerra en el inminente postconflicto.

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