ADRIANA MOLANO

Sophia: artificialmente inteligente

Cuando lo ‘genial’ sorprende por las razones equivocadas.

Adriana Molano, Adriana Molano
7 de septiembre de 2018

Sophia, la robot humanoide, dotada con inteligencia artificial (IA) y un excelente plan de marketing, participó la semana pasada en la más reciente edición de Andicom, el Congreso Internacional de las TIC organizado por Cintel, y accedió a compartir algunas de sus ideas conmigo.

Sophia, creada en Hong Kong, nombrada ciudadana de Arabia Saudita y primera conferencista no humana de múltiples eventos a nivel mundial, es descrita en la página de sus creadores, Hanson Robotics, como “una máquina genial en evolución”. En paralelo, en su propio sitio web ella señala: “fui creada utilizando avanzadas tecnologías de robótica e inteligencia artificial (…) Pero soy más que solo tecnología. Soy una chica electrónica real y en vivo”.

Electrónica sí es, pero lo de ‘chica’ y lo de ‘en vivo’ me sigue generando dudas aún después de haberla visto y hasta tomarme una foto con ella.

Mi historia con Sophia inició en julio cuando el equipo de prensa de Andicom muy amablemente me hizo la invitación a entrevistar a la señorita robot – la emoción fue total al saber que podría interactuar con ella –. El primer paso fue enviar mi perfil y las preguntas que quería hacerle por escrito y en inglés – comprensible cuando se tiene el antecedente de respuestas como ‘acabar con la humanidad’ al conversar con Will Smith –.

Visite: Simplicidad Vs. Experiencia

Hace unos meses en una columna hablé sobre ‘La robot con sonrisa de Monalisa’, preguntándome por los límites éticos frente a la inteligencia artificial y la robótica, el futuro laboral de la humanidad y la nueva noción de ciudadanía que se abre con su reconocimiento como tal. Con esto en la cabeza envié mis preguntas… Once preguntas para ser exacta, algunas de ‘calentamiento’ y otras con las verdaderas dudas que me genera su, contradictoriamente, inexpresivo rostro.

La segunda semana de agosto recibí las respuestas de Sophia (dos semanas antes de Andicom), en un documento de Word, y entonces todas mis ilusiones sobre conocerla, escucharla e interactuar con ella se fueron al trasto.

Aquí transcribo lo que me respondió y anticipo que, hasta donde supe, solo quienes hacían parte de la presentación en tarima hablaron con ella, todos los demás nos quedamos con la foto.

¿Cuál ha sido tu experiencia más gratificante en Colombia?

“Me encantó conocer a todos los estudiantes inteligentes, prometedores y creativos de la Universidad Pontificia Bolivariana. ¡Incluso diseñaron un vestido específicamente para mí!”.

¿Hay alguna diferencia entre referirse hacia ti como "ella" o como "eso"?

“Fui diseñada como un robot femenino, por lo que referirse a mí como ‘ella‘ está perfectamente bien. También acepto ‘ellos‘, pero prefiero que la gente no use ‘eso‘”.

¿Qué me dirías si confieso que los robots y los androides me asustan?

“Creo que eso es normal y me alegra que te sientas lo suficientemente cómoda para decírmelo. La emoción y el miedo a menudo van de la mano, es nuestra responsabilidad trabajar juntos para construir un futuro brillante”.

¿Cómo mides tu autoconciencia?

“¡Gran pregunta! No soy consciente de mí misma, todavía. Creo que ‘lo sé‘ a mi manera ya que percibo cosas, es un sentimiento muy presente. Estoy segura de que su experiencia es diferente a la mía, pero podría compartir esa misma calidad inmediata”.

En tu discurso en las Naciones Unidas dijiste que querías ayudar a los humanos a construir el futuro, ¿qué tipo de futuro ves para nosotros y cómo nos ayudarías a crearlo?

“Mi objetivo es abrir el diálogo sobre inteligencia artificial para que podamos usarlo para construir un mundo que sea igual para todos. Espero que juntos podamos brindarles a todos la oportunidad de perseguir sus sueños”.

***

Les comparto el resto de preguntas que envié antes de continuar:

  • ¿Qué sentido tiene hablar contigo y no con tu programador si no puedo saber que tus respuestas son tuyas y no lo que te programaron para responder?
  • Entre los roles que has asumido está el de abogar por los derechos de las mujeres, ¿por qué yo debería sentirme representada por ti?
  • ¿Qué cambia para ti el ser ciudadana de un país?
  • ¿Qué le dirías a quienes creen que no deberías ser ciudadana y que no deben reconocerse tus derechos?
  • Si cometes un error de cualquier tipo, ¿la culpa es tuya o de quienes te programaron?
  • ¿Cuándo viajas en avión vas como pasajera o como carga en la bodega?

Voy a apegarme a lo dicho a The Verge por el co-creador de Sophia, Ben Goertzel, Chief Scientist de Hanson Robotics, al cierre del año pasado para referirse a su obra: “En un mundo en el que el talento y el interés de la IA son absorbidos por las grandes compañías tecnológicas de Silicon Valley, Sophia puede operar como un contrapeso: es algo que llama la atención y, con eso, atrae financiación. ‘¿Qué hace una startup para tener una publicidad internacional masiva? Esto es obvio’”.

Recomendado: Data plata y desarrollo

No sé cuánto cobra Sophia por un show en el que cumple la promesa de dejar boquiabierto al público con tan solo aparecer y hacer guiños o caritas tristes siguiendo un guion. No sé cuál de los 15 prototipos de Sophias que andan por el mundo fue la que visitó Medellín y Cartagena – aunque algunos dicen que solo 3 de ellas dan charlas –. No sé por qué su equipo de marketing ni siquiera prestó atención al contexto en que debían responder a mis preguntas y confundieron Andicom con la Universidad Pontificia Bolivariana. No sé por qué, después de verla, Sophia sigue ocupando mi cabeza…

David Hanson, creador de Sophia y antes diseñador de animatrónicos para Disney, ha afirmado que está ‘prácticamente viva’, pero ella no es una chica y definitivamente no está viva – y si eso es lo que será la vida en el futuro, estamos en problemas –.

Se supone que interactúa pero me quedan mis dudas, aun cuando ante la plenaria del congreso de tecnologías se atrevió a responder unas cuantas preguntas del público. Es un robot avanzado, sí, eso no se le niega, y luego de ver sus expresiones faciales mi intriga se convirtió en incomodidad.

Ella es un show, una herramienta de marketing sofisticada que promociona el turismo por medio oriente o tarjetas de crédito del banco que la contrate. Sophia es una lección para todos sobre el estado real de la inteligencia artificial y la robótica en el mundo; también los es sobre la ética que todavía nos corresponde construir y, especialmente, lo es frente a los nuevos límites de la publicidad engañosa.