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¿Sabe usted qué son las finanzas islámicas?

Las finanzas islámicas buscan cumplir con la Sharia (ley islámica) que no solo rige el aspecto financiero sino todos los aspectos de la vida en general. Dentro de la Sharia se considera como inmoral pagar o recibir intereses.

Eduardo Bolaños
21 de abril de 2016

Por estos días el mundo musulmán es tristemente célebre por las acciones terroristas de algunos grupos radicalizados, sin embargo, existen  grandes aportes a la cultura, la ciencia y las finanzas que rara vez son mencionados.

Algunos se sorprenden al observar las utilidades del sector bancario, que por ejemplo en Colombia ascendieron a la suma de 7,4 billones de pesos en 2015. Estas son las utilidades de banqueros que están dispuestos a asumir un riesgo para obtener un retorno sobre su capital, concepto simple pero que para algunos es la máxima representación de la esclavitud moderna: “gastamos dinero que no tenemos en cosas que no necesitamos, para impresionar a gente a la que no le importamos”.

Veamos que tienen para enseñarnos las finanzas islámicas sobre la forma como hacemos negocios en occidente:

Las finanzas islámicas buscan cumplir con la Sharia (ley islámica) que no solo rige el aspecto financiero sino todos los aspectos de la vida en general. Dentro de la Sharia se considera como inmoral pagar o recibir intereses, es decir, obtener ganancias por el simple intercambio del dinero.

Así es como debe existir una actividad real detrás de las transacciones financieras, de igual manera es prohibido invertir en apuestas, alcohol o tabaco.

Principios de las finanzas islámicas:

  • Principio de equidad: Se busca proteger a la parte más débil dentro de un contrato financiero, eliminando el exceso de incertidumbre o ambigüedad; las partes involucradas tienen la obligación de revelar toda la información relevante, de otra manera el contrato sería anulado. Bajo el principio de equidad también existe un impuesto del 2.5% sobre el efectivo con el que se grava a aquellas personas que cumplan con un requisito mínimo de riqueza; los fondos recaudados se utilizan para asistir a los menos afortunados. 
  • Principio de participación: Que no se permita cobrar o recibir intereses no implica que no exista una recompensa por el riesgo, acorde a la sharia, el retorno sobre una inversión debe provenir del riesgo asumido y no del simple paso del tiempo. De esta manera, la utilidad de una inversión se conoce al final del proyecto y no se predetermina al inicio. Es como si el banco se convirtiera en un socio del proyecto a financiar y se asegura que la riqueza provenga de actividades productivas.
  • Principio de propiedad: No es posible vender lo que no se posee, por lo que no se pueden realizar ventas en corto. Es obligatorio poseer un bien antes de realizar una transacción sobre este.

En casi 40 años el monto de los activos regidos bajo la Sharia ya supera los $2 billones de dólares, es importante resaltar que desde la crisis financiera de 2008 la tasa de crecimiento de dichos activos es del 17,5% anual.

La aplicación de los principios de la Sharia en occidente es poco probable pero definitivamente marca la pauta para una banca diferente, una banca consciente que detrás de los números y los estados financieros, existen seres humanos.