LUIS ALBERTO RODRÍGUEZ

Ponderar la canasta y opiniones, el caso de las exportaciones

Colombia tiene retos en el sector externo. Pero esas discusiones no dan lugar a respuestas de blanco o negro como se han querido plantear sobre el proceso de apertura o los tratados comerciales.

Luis Alberto Rodríguez, Luis Alberto Rodríguez
7 de junio de 2018

En Colombia se han polarizado la mayoría de los debates, incluso los técnicos. Por ejemplo, se encuentran posiciones extremas sobre los efectos del proceso de apertura comercial que Colombia adelantó hace varias décadas y sobre los tratados de libre comercio que el país firmó a inicios del siglo veintiuno.

Pareciera que la posición optimista, a veces exagerada, sobre los impactos positivos de esos hechos se ha diluido en el tiempo y al contrario, se ha reforzado la fatalista que le endilga todos nuestros problemas y retos a esas medidas de política económica.

Un ejemplo de esto es la cantidad de críticas que ha recibido la Federación Nacional de Cafeteros por tomar la decisión de importar un tipo de café que es usado para mezclarlo y luego exportarlo con valor agregado. Pareciera que sigue en el imaginario la idea de que importar siempre es malo. Otro caso similar es el de los innumerables reproches al tratado de libre comercio entre Colombia y Estados Unidos, porque tenemos una balanza crecientemente deficitaria con ese país, lo cual ha pasado porque cambiamos el origen de importaciones que antes obteníamos más costosas de países con los que no teníamos acuerdos comerciales.

Recomendado: Al César lo que es del César, no más de eso a la Ocde

Si bien ese ambiente de polarización o innumerables críticas a cualquier iniciativa no necesariamente debe ser negativo, en algunas ocasiones puede dejar de lado las zonas grises y soluciones pragmáticas que requieren los problemas de política pública. Ese es el caso de las discusiones del sector externo de la economía colombiana.

En la segunda mitad del siglo veinte las exportaciones per cápita de Colombia, aproximadamente, se multiplicaron por 2. Este desempeño es bastante modesto si se compara con otros países de la región. Por ejemplo, durante el mismo periodo de tiempo las exportaciones per cápita en Brasil y Chile son 10 veces más grandes.

Este último hecho es una evidencia de los retos y oportunidades que el país tiene en su sector exportador. Adicionalmente, la última vez que cayeron los precios de nuestro principal producto de exportación, el petróleo, el desbalance en la balanza comercial y sus implicaciones en el déficit fiscal fueron monumentales, incluso nos tocó hacer una reforma tributaria con el principal objetivo de tapar ese hueco.

Sin embargo, ni siquiera esos hechos deberían generar la animadversión que se siente entre analistas críticos del proceso de apertura comercial y de los tratados de libre comercio. Sin duda esas fueron medidas de política que buscaban unos objetivos de liberalización del mercado, pero que no podían generar todos los cambios estructurales que la actividad productiva colombiana requiere. Las críticas deberían apuntar a ver cuáles son las opciones, sin necesidad de insinuar, sin razones, que todo se ha hecho mal en esos procesos.  

Lea también: ¿Por qué molestarse este domingo?

En esa línea de los grises y los balances que permiten construir sobre los construido, hace unos días los economistas Reda Cherif, Fuand Hasanov y Lichen Wang publicaron en el Fondo Monetario Internacional (FMI) un trabajo sobre los determinantes del crecimiento económico y encuentran que la diversificación y sofisticación de las exportaciones es la variable más robusta y significativa entre muchas otras como capital humano, apertura económica, desarrollo financiero e instituciones. Además, los autores encuentran que en presencia de sofisticación de las exportaciones, otro tipo de fuentes del crecimiento económico se vuelven más importantes.  

Resultados en esta línea no son completamente inesperados, aunque en esta ocasión las metodologías usadas son más robustas, hace una década Ricardo Haussman, Jason Hwang y Dani Rodrik publicaron un trabajo muy reconocido que propuso una primera medida de sofisticación de exportaciones y demostraba su importancia para el desempeño económico de los países.

Colombia tiene muchos retos en el sector externo, tales como que las exportaciones deben ser una fuente de crecimiento económico, diversificar la canasta exportadora es urgente, también es innegable que la composición sector privado, Estado y academia debe ser más eficiente para un entorno que incremente la productividad y por lo tanto aumente la competitividad. Sin embargo, las discusiones en materia de desarrollo productivo no dan lugar a respuestas de blanco o negro como se han querido plantear sobre el proceso de apertura, los tratados comerciales y otros temas relacionados.  

Puede interesarle: El erróneo desprecio al mercado de capitales

Recomendados estos dos artículos sobre el tema:

  • Cherif, Reda,  Fuad Hasanov yLichen Wang (2018). “Sharp Instrument: A Stab at Identifying the Causes of Economic Growth”. IMF Working papers WP/18/117
  • Hausmann, Ricardo, Jason Hwang y Dani Rodrik (2007). “What You Export Matters,” Journal of Economic Growth 12(1): 1-25.