Opinión Online

No a la venta de Isagen, existen alternativas

Un falso dilema es lo que nos ha presentado el Gobierno Nacional al plantear que desistir de la venta de Isagen es renunciar a construir las vías 4G que tanto necesita el país.

Invitado
9 de junio de 2015

Expertos, políticos y demás actores del mercado estamos de acuerdo en que hay diversas formas de financiar estas obras sin deshacernos de la generadora. La alternativa que planteo es que utilicemos los recursos de regalías del Fondo de Estabilización y Ahorro (FAE) para apalancar los proyectos de inversión 4G, esto nos pondría en un escenario en el que podríamos ‘matar dos pájaros de un solo tiro’.

El panorama de Isagen ha sido positivo por mucho tiempo. La empresa ha mostrado niveles de utilidades superiores a 400 mil millones de pesos durante todos los años de esta década y sigue mostrando enormes expectativas de crecimiento. A partir de la puesta en funcionamiento de la central de Sogamoso, los ingresos del primer trimestre aumentaron en un 26% y las utilidades antes de impuestos en un 33%. Así mismo, la empresa es un mecanismo natural con el que cuenta el Estado colombiano para hacer un control de precios, ya que actualmente maneja el 23% de la demanda energética del país.

Es por esto que mi propuesta está encaminada a hacer uso de uno de los fondos menos rentables que tiene el Estado Colombiano, el de estabilización y ahorro de regalías. Con esto no quiero decir que este dinero debe ser utilizado para hacer las obras de infraestructura que necesita el país, sino para apalancar a los privados y así generar los recursos necesarios para dichos fines, generando mejores rendimientos para el fondo.

Y es que el precio base de Isagen es de $5,3 billones mientras que el saldo del fondo es de US$2,49 billones, algo cercano a $6 billones de hoy. Este fondo cuenta con dos clases de recursos.

El primero es el capital de trabajo, cuyo fin es la provisión de liquidez en una época de vacas flacas del sector de regalías; la participación de estos recursos en el total es del 1%. El segundo es el tramo de inversión y tiene una participación del 99% en el fondo. Este último tramo está invertido en títulos corporativos, soberanos y cuasi soberanos que en total han generado rendimientos cercanos al 5.8 puntos básicos, esto es 0,058%.

Vale la pena aclarar que el FAE tiene un límite legal del 10% anual de desahorro, por lo cual existe suficiente tiempo para liquidar recursos en caso de que estos sean necesarios. El manejo que se da a estos recursos es extremadamente conservador, incluso comparado con las Reservas Internacionales que han tenido rendimientos históricos que han llegado hasta el 9,9%, mientras que en las vías 4G se garantizan rendimientos anuales por encima del 10%.

Si utilizamos estos recursos obtendríamos una doble ganancia porque podríamos capitalizar las inversiones de infraestructura y garantizaríamos buenos rendimientos para los recursos provenientes de la explotación de recursos naturales. Así mismo, seguiríamos manteniendo un control relativo en el sector energético que de por sí tiene un alto nivel de concentración.

Y si algo ha mostrado la historia, es que cuando esto sucede en mercados en los que sus principales agentes son privados, las limitaciones de las autoridades de competencia siempre se traducen en tarifas abusivas.

Ñapa: A pesar que Isagen mostró en el primer trimestre de 2015 aumentos importantes en sus ingresos y utilidades antes de impuestos, la utilidad neta disminuyó un 27%. El motivo de esto, según la misma compañía, es el impacto negativo que tuvo la reforma tributaria del año pasado sobre sus finanzas. Esto es finalmente una muestra de lo que está pasando de forma general en el sector real y es un abrebocas a futuras caídas en la utilidad de las empresas que derivarán indudablemente en menores niveles de inversión. Lamentablemente, hoy las cifras dan la razón a quienes nos opusimos a dicha reforma.