Opinión Online

El panorama europeo: Entre optimismo económico y crisis sociales

Un día después de las elecciones en el Reino Unido, Europa celebraba los 70 años del fin de la Segunda Guerra Mundial.

Invitado
12 de mayo de 2015

La unidad simbólica del aniversario parecía estar cubriendo las turbulencias políticas y el nerviosismo por el futuro del viejo continente. Mientras los conservadores del Reino Unido celebran su victoria, las preocupaciones por Grecia, la integración europea y la crisis humanitaria del Mediterráneo invaden la agenda de los próximos meses.

Las Elecciones del Reino Unido

Con 331 escaños sobre 650, los Tories de David Cameron lograron lo que Barack Obama llamó una ‘impresionante victoria’, evitando la incómoda situación del parlamento colgado (hung parliament: cuando ningún partido obtiene una mayoría absoluta). Mientras Cameron volvía a Downing Street, los líderes de los otros partidos, incluyendo al laborista Ed Miliband, presentaron su renuncia. Como el Duque Senior de As You Like It de Shakespeare, Miliband y sus colegas pueden decir hoy que han visto mejores días luego de ser depuestos. Con su peor desempeño en casi 30 años, el partido laborista casi desaparece en Escocia, confirmando que estas elecciones tuvieron un matiz nacionalista y emocional.



Para los mercados, la victoria conservadora significó júbilo, una apreciación de la libra esterlina, y un repunte de más de 2% del FTSE 100. Sin embargo, la estabilidad del largo plazo se puede ver profundamente afectada si Cameron mantiene su promesa de llevar a cabo el referendo del ‘Brexit’ (salida de la UE) en el 2017. Fuentes allegadas al gobierno le indicaron a The Guardian, que probablemente el referendo se llevará a cabo en el 2016. Esta jugada de Cameron podría estar relacionada con las elecciones francesas y alemanas del 2017. Si Cameron permite que el tema del ‘Brexit’ se tome las elecciones de las dos mayores economías del continente, las elecciones en los vecinos países podrían llegar a tener un toque emocional y reforzar posiciones críticas del Reino Unido.

El índice FTSE 100 sube más de 160 puntos al conocerse los resultados.



Fuente: http://uk.reuters.com/business/markets/index?symbol=.FTSE&sortBy=&sortDir=&pn=1


Posiciones críticas de ambos lados podrían desembocar en el ‘Brexit’. Salir de la UE podría tener efectos considerables para el Reino Unido y su City, corazón financiero que alberga el 61% de las transacciones financieras de la UE, contribuye con el 11% de los ingresos fiscales y el 5% del PIB nacional. La interdependencia entre la isla y el continente se hace notar si se tiene en cuenta que más del 50% de las exportaciones británicas van a la UE, mientras que el 35% de los activos foráneos de los bancos británicos están en la UE y ésta recibe a la vez el 12% de su presupuesto del Reino Unido.

Se especula que Cameron puso el 2017 como plazo para el referendo, tildado como coctel explosivo por la prensa italiana, para tener el espacio de negociar los tratados de la UE. La idea no es tan descabellada si pensamos que J.C .Juncker, presidente de la Comisión Europea, ya habla de ofrecer un ‘fair deal’ para los británicos. El mismo jefe de la bancada alemana del CSU alemán en el Parlamento Europeo, Manfred Weber, se pregunta si no ha llegado finalmente el momento para una reforma mayor a los fundamentos de la UE. De ser así, Cameron podría haber legitimado su elección con las emociones anti-europeas, sin tener que acudir a la situación extrema de sacar al Reino Unido de la UE. Si logra renegociar los tratados europeos, podría cumplir su objetivo de ablandar el poder de Bruselas, ganar legitimidad, y llevar a cabo sus reformas sin estar por fuera del club de los 28.

El plan de Cameron se concentra en promover la austeridad, limitar la inmigración, reducir la seguridad social, impulsar la construcción de vivienda en las áreas más productivas, no subir los impuestos como los laboristas lo planeaban y desafiar el poder de Bruselas. Se habla también de posibles reformas constitucionales que afectarían la cámara de los Lores generando proporcionalidad electoral. Si bien los resultados fortalecen a Cameron, gobernar no será tan fácil. Como lo afirma The Economist, el gobierno será ‘más popular, pero más débil’. Pensar en austeridad mientras se promete impulsar la infraestructura y a la vez estabilizar el sistema de salud (NHS) que requiere más de 35.000 millones de libras hasta el 2020, no será tarea fácil.

Si bien el tema de la UE hace pensar que la política exterior fue un tema central en las elecciones, la indiferencia por álgidos temas como la crisis en Ucrania, la OTAN, la crisis del Medio Oriente, y las relaciones con otros países genera otra impresión. Según un experto en política exterior de la Cancillería colombiana, ‘la inminencia de un referéndum sobre la permanencia del R.U. en la Unión Europea, seguramente dominará el debate europeo en los próximos meses, generando distracciones fundamentales hacia países como Colombia, que con su necesidad de apoyo claro de los 28 estados, posiblemente recibirá menos atención’.

Las preocupaciones griegas y la esperanza franco-italiana

Mientras el ‘Brexit’ se convirtió en la vedette de los diarios europeos, el ‘Grexit’ sigue generando dolores de cabeza, sobretodo en Grecia y Alemania. Como pupilo ideal, Grecia ha cumplido los requerimientos del FMI con importantes costos sociales. Desde la aprobación del primer rescate en el 2010 hasta hoy, los griegos han visto sus ingresos caer en más del 35%. Reducir el déficit del 15.3% al 3.5% entre el 2009 y el 2014, supuso masivos recortes que fueron acompañados por tasas de desempleo alarmantes. La Comisión Europea calcula que la economía griega crecerá en 0.5% en este año, corrigiendo su optimista pronóstico de Febrero del 2.5%

Días después de la gira diplomática del ministro J. Varoufaikis y del periplo del Primer Ministro A. Tsipras en Rusia, el Estado griego se enfrenta a una deuda de 770 millones de euros con el FMI. Un incumplimiento de las obligaciones preocuparía al Estado Alemán, quien garantiza en parte los pagos de Atenas a sus acreedores.

Más allá de la moratoria, es el escenario del Grexit que más preocupa al ministro alemán W. Schäuble, quien inclusive ahora apoya un referendo griego sobre el abandono del euro. En todo caso, retirarse de la zona euro y volver al Dracma podría implicar una devaluación masiva de la moneda griega, una caída en el PIB de más de 20%, un alza inflacionaria superior al 30% y una obligación de más de 50 mil millones de Euros que Alemania se vería obligada a cubrir en las próximas décadas.

Mientras el gobierno griego trata de buscar comodidad retórica entre la presión de los griegos y la de sus acreedores extranjeros, el optimismo volvió a Italia y Francia. Por la caída del precio del petróleo y el aumento de la competitividad gracias a un euro más débil, los pronósticos de ambas economías para el resto del 2015 se acercan a 1% de crecimiento, luego de haber crecido negativamente en los últimos años. En Francia, las utilidades de las empresas del índice bursátil CAC 40 aumentaron en 30% en el 2014, generando así esperanza en la lucha contra el desempleo. Para poder combatir el desempleo, se dice que la economía debe crecer al 1.5%, nivel que alcanzaría finalmente en el 2016.

La crisis humanitaria del Mediterráneo

Así la expectativa macroeconómica sea alentadora para Italia, las constantes tragedias que suceden en las costas del mediterráneo generan preocupación y descontento entre los miembros de la UE. Hasta agosto del 2014, más de 124.000 refugiados llegaron al territorio italiano. La regla actual, amparada por el Reglamento de Dublin, prevé que los inmigrantes se queden en el país de llegada. Países costeros como Italia y Grecia se ha visto duramente afectados por la desproporción en que deben ocuparse de los refugiados. Tan grave es la situación, que se ha reportado frecuentemente la llegada de cientos de inmigrantes africanos en trenes a Alemania, dado que la Policía italiana no los detiene para que las autoridades alemanas los reciban.

La operación Mare Nostrum, lanzada por Italia en el 2013, ha salvado más de 100.000 personas de morir ahogadas en el Mediterráneo. Sin embargo, las olas de inmigrantes no se detienen. El 18 de abril, 800 personas se ahogaron mientras venían de Libia. El primer fin de semana de Mayo, más de 7000 personas fueron rescatadas en aguas italianas y griegas. La Región Valle d’Aosta en Italia emitió un comunicado diciendo que es ‘absolutamente imposible’ seguir recibiendo sobrevivientes.

Esta situación ha llevado a reconsiderar la política de asilo de la UE. La Comisión Europea y el gobierno Alemán apoyan una reforma que repartiría a los asilados según criterios como la tasa de desempleo y el PIB de cada país. Para el Primer Ministro húngaro Viktor Orban, conocido por sus tendencias nacionalistas, la idea es ‘loca e injusta’, cuestión que resalta el disenso ideológico entre países miembros de la UE. La realidad indica, sin embargo, que el problema no se detendrá pronto. Las guerras en Libia, Siria, Irak, Ucrania y la falta de estabilidad y prosperidad en los Balcanes fomentan la migración masiva. Según Eurostat, en el 2006 hubo cerca de 200.000 solicitudes de asilo en la UE, esta cifra superó los 600.000 en el 2014. Para el 2015, la Agencia alemana para la los Migrantes y Refugiados (BAMF) calculó que llegarán 400.000 peticiones de asilo en el 2015, cuestión que puede generar más tensiones ante los crecientes ataques xenófobos contra refugiados en Alemania.

Perspectivas

Las preocupaciones sociales contrastan duramente con el optimismo económico. La falta de estabilidad política no es sólo problema de Ucrania. Hace unos días, 40 personas murieron en combates al norte de Macedonia, sugiriendo que la falta de estabilidad que rodea las fronteras europeas no viene de casos aislados. Así las cosas, la UE parece tener polos internos de optimismo macroeconómico acompañados de crisis sociales internas y rodeados de peligros políticos masivos en sus fronteras de sur y oriente. El futuro y la estabilidad de Europa dependerán de su capacidad para generar cohesión, solucionar la crisis humanitaria y administrar eficientemente sus descontentos internos.