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Si las ideas no fluyen, la culpa no es de la vaca, es del jefe

El líder es el responsable de promover un ambiente en el que surjan y se desarrollen las ideas. Si su equipo no se esfuerza por buscar la innovación, puede que usted como líder no esté haciendo las cosas bien.

Invitado
9 de febrero de 2016

La innovación no es un proceso automático que se garantiza con la compra de la última tecnología, sino antes bien, es un estilo de vida; una cultura que surge desde el pensar y actuar de las personas  y para alcanzarlo se debe generar un clima que posibilite que la creatividad fluya, entendiendo que este es un elemento necesario, más no suficiente para la innovación.

Las investigaciones han demostrado que el 67% del clima para la creatividad e innovación, depende directamente del comportamiento del líder. Eso quiere decir que si usted tiene un equipo que contribuye con ideas, está motivado en el trabajo y tiene iniciativa para sacar proyectos adelante, existe un 67% de probabilidades de que usted está haciendo algo bien. Pero si por el contrario, las personas de su equipo están procrastniando con frecuencia, se sienten desmotivadas y piensan que trabajar para su organización es una de las peores cosas que les ha pasado en la vida, existe un 67% de probabilidades de que usted esté haciendo algo mal. Si esto aún no lo convence, piense en la última vez en que tuvo un mal jefe y en las pocas ganas que le daban de ir a trabajar con dicho personaje, o de contribuír con ideas que pudieran transformar el curso de la organización. La responsabilidad del líder es muy grande en términos de innovación; por eso antes que decretarla en los lineamientos estratégicos, los líderes tienen que creerse el cuento.

Si usted desea ser un modelo que fomenta la innovación, empiece por asumir comportamientos que permitan que esta fluya con mayor facilidad. Primero enfóquese en promover la colaboración; entendiéndola no solo como el trabajo en equipo, sino también como el espacio para generar debate y compartir diferentes puntos de vista. La diversidad es muy importante para la innovación, por eso la diferencia no debe ser espacio para el conflicto, sino para la construcción colectiva.

Segundo, revise la forma en que ofrece retroalimentación; usted debe modelar el camino y demostrar apertura a las nuevas ideas. Entienda que una idea no necesariamente significa implementación, es simplemente una idea; pero si esta se ataca demasiado pronto, no se le da la posibilidad de demostrar su valor. Opte mejor por un lenguaje constructivo en el que primero analice las fortalezas de la idea y posteriormente plantee los problemas a modo de pregunta. Algo tan simple como modificar el lenguaje puede orientarnos a la búsqueda de nuevas soluciones. Creer que algo es muy costoso es muy diferente a pensar ¿Cómo podemos reducir el costo?

Tercero, revise su tolerancia a los errores: ¿Cómo se cuentan las historias de actos fallidos en su organización? Innovar es una apuesta a cometer errores y si no se tiene tolerancia al fracaso, es imposible que se puedan gestar con éxito nuevas ideas, pues la innovación es un proceso de aprendizaje más que de resultados.

Por último invierta en el desarrollo de sus habilidades creativas, pues innovar, más allá de ser un requisito para la supervivencia, debe ser un estilo de vida. Nada cambiará si usted antes no lo hace: los problemas siempre serán problemas, lo que cambia es la forma en que usted se enfrenta a ellos.

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