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Gestione su estrategia al estilo Pixar

Pixar es una de las empresas más innovadoras del mundo, productora de películas como Toy Story, Los increíbles, Cars o Buscando a Nemo. Aquí analizamos lo que se puede aprender de su estrategia y qué ideas sirven en la práctica para nuestras organizaciones.

Invitado
28 de enero de 2016

"Las personas que planifican en exceso, simplemente tardan más tiempo en equivocarse". -Ed Catmull 

¿Cómo encontró Pixar su estrategia?

Pixar fue inicialmente una empresa de hardware y posteriormente una empresa de software y fue encontrando el negocio de la animación a medida que iba avanzando en su camino. El CEO de Pixar descubrió que no podía concebir la empresa a partir de un gran plan estratégico sino que debía estar abierto a probar, ensayar y equivocarse para encontrar la mejor manera de convertirse en una gran organización. En medio de la crisis, los directivos de Pixar aprendieron la lección: el camino se hace al andar.

Las empresas son realidades dinámicas, abiertas al azar, el cambio o la incertidumbre. Los directivos tenemos normalmente la mala costumbre de querer aplicar reglas y modelos sencillos a mecanismos complejos como son las empresas. Por tal razón, debemos aprender a entender el futuro como una dirección, de tal forma que nuestra tarea consista en trabajar cada día para trazar el rumbo y rectificar cuando de manera inevitable la organización se desvíe. No hay nada más peligroso que un directivo que encierre la realidad de la empresa en un detallado plan estratégico.

¿Cuál es el secreto de la estrategia de Pixar?

Toda estrategia debe tener una ventaja competitiva sobre la cual sustente la creación y entrega de valor para sus clientes. Bajo este planteamiento descubrimos que la ventaja competitiva de Pixar radica en tres grandes principios:

Dirigir una empresa exitosa requiere de un estilo directivo:

Ed Catmull, CEO de Pixar, representa un tipo diferente de directivo. Por ejemplo, cree que los buenos directivos deben contratar a personas más inteligentes que ellos mismos, lo cual implica superar el impulso de tener que protegerse en el poder del cargo y no superarse y ganarse la posición de líder todos los días.

Catmull considera que los buenos directivos no dan órdenes desde las alturas. Por el contrario, persuaden, escuchan, discuten y hasta engatusan con sus ideas (Catmull 2015). Para lograr este cometido, los directivos deben aprender a vencer el ego y entender que las buenas ideas surgen de los lugares y de las personas más inesperadas de la organización.  

Dirigir una empresa innovadora debe privilegiar la conversación estratégica:

En Pixar el proceso creativo se realiza a través del Braintrust que consiste en presentar las películas a un grupo de personas con experiencia para sostener un diálogo franco y abierto sobre los errores, las falencias, lo ininteligible o lo que no tiene sentido en el filme. Porque en la cultura de Pixar un “buen comentario” es aquella crítica constructiva que ayuda mutuamente a las personas a mejorar cada producción.

En Pixar la creatividad empieza con el poder vigorizante del feedback franco y abierto que se transforma en un proceso iterativo de elaborar y reelaborar una idea muchas veces, hasta que una historia encuentra la magia que descubre cada espectador.

Dirigir una empresa admirada debe sustentarse en las personas:

Catmull parte del principio que dice que son más importantes las personas que las ideas en la organización. Esto se debe a que, según la cultura de Pixar, el mejor estilo directivo es aquel que se centra en las personas, en sus hábitos de trabajo, su talento y sus valores. Para los directivos de Pixar la creatividad no flota en el ambiente como el éter. Por el contrario, surge del intercambio permanente y espontáneo de muchas personas en un ambiente abierto, franco y agradable.

La clave del éxito en Pixar es el desarrollo de las personas, especialmente, la búsqueda de un entorno físico agradable, la motivación correcta y el respeto por las personas. El CEO de Pixar protege este ambiente creando una cultura de la franqueza y propiciando un enfoque distinto respecto del error porque equivocarse es bueno; lo malo es no descubrir el aprendizaje.

¿Qué podemos aplicar en nuestras empresas?

Una de las barreras más grandes que tenemos que superar los colombianos en nuestra cultura empresarial es la falta de franqueza en las conversaciones. En otras culturas lo que está bien está bien y lo que está mal, mal. Tenemos que superar los rodeos que damos para decir algo y, sobre todo, entender que una de las herramientas más poderosas de las organizaciones es el feedback. Pero, especialmente, debemos descubrir que las críticas no son sobre las personas sino sobre decisiones, proyectos o ideas y no tomarnos nada como personal.

En conclusión, la estrategia al estilo Pixar no es un sofisticado plan estratégico escrito en piedra. Por el contrario, es una organización dinámica, abierta al aprendizaje y a la interacción que se reconoce en la ejecución mediante decisiones. Como dice Catmull, “no basta con elegir un camino: hay que recorrerlo. Al hacerlo verá cosas que posiblemente no podría ver cuando empezó; tal vez no le guste lo que ve, y parte de ello quizá sea confuso, pero al menos habrá “explorado el barrio”, como nos gusta decir. El punto clave es que incluso si usted decide que se ha equivocado de lugar, todavía tiene tiempo de encaminarse hacia el sitio correcto. En todo caso, las ideas que lo llevaron allí no se desaprovecharán”. 

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