Opinión Online

Innovación y cultura vs estado mental

El término “innovación” definitivamente está de moda. Sin embargo, aquellos que han creado su propia compañía, en su momento, fueron emprendedores y algunos con una alta dosis de innovación.

Invitado
24 de noviembre de 2015

En diferentes países tenemos ejemplos de compañías familiares que han logrado perdurar por más de 200 años y si nos remontamos a los inicios de sus historias, encontraremos una constante en el paso del tiempo y es la innovación. 

Uno de los caminos para resolver situaciones con eficiencia económica, generando crecimiento con mayores rangos de rentabilidad siendo precisamente esto de lo que se trata cuando hablamos de la innovación. 

Con lo cual la innovación ha estado de moda desde que el hombre descubrió como reproducir el fuego o inventó la misma rueda. La innovación hay que entenderla como una cultura que se desarrolla desde una edad muy temprana. 

La idea desde la perspectiva empresarial es que la innovación es la manera de crear y desarrollar nuevas ideas en busca de resolver situaciones o de crear nuevos productos o servicios para suplir una necesidad no cubierta para los usuarios o clientes.

Hasta hace muy poco tiempo los modelos de negocios eran muy similares y determinados por la manera de hacer negocios del último siglo, donde la riqueza en muchos casos, estaba determinada por el acceso a la tierra y a otros recursos tangibles. Definitivamente la tecnología en las últimas décadas generó un sistema diferente donde con muy pocos recursos, en temas de emprendimiento e innovación y con un alto nivel de gestión del conocimiento, es factible generar empresas muy ricas. 

Por lo anterior, debemos diferenciar a una Pyme de una startup. La Pyme probablemente es un emprendimiento que tiene que ver más con los modelos de negocios que se desarrollaron en el pasado, mientras que una startup tiene que ver con la combinación de un emprendimiento con una alta dosis de nuevas tecnologías e innovación combinadas.

Estos dos tipos de compañías se mueven a ritmos diferentes: 

-La startup busca mercados más amplios, con un mayor nivel de riesgo,
buscando un crecimiento más acelerado, en un principio requiere de capitales más bajos, pero con el tiempo puede llegar a requerir grandes cantidades en períodos de tiempo más cortos.

-La Pyme se acopla más a los modelos tradicionales, manejando un
mercado más local y con un nivel menor de riesgo.

Por esto el gobierno, la academia, la empresa privada, el sector financiero y los inversionistas deben entender que para crear un ambiente apropiado para incentivar la innovación, y con un alto componente de tecnología, deben crearse las condiciones favorables que ayuden a promover este tipo de compañías.

No sirve pensar de la manera convencional, si lo que se quiere es tener empresas con mucho valor agregado.

El crear un ecosistema apropiado, requiere de tiempo y energía, así como de hacer un esfuerzo en la parte educacional de los jóvenes y futuras generaciones, desde los mismos programas académicos iniciando a edades tempranas entre los 5 y los 7 años en adelante.

El emprendimiento es una cultura que las personas adquieren, en este sentido quisiéramos encontrar los socios apropiados que tengan la capacidad de explorar un futuro mejor, afinando los modelos ideales que se deben implementar en los colegios, inclusive desde edades muy tempranas en la educación obligatoria que se imparte desde la primaria, y donde la idea central se desarrolla entorno a que no todos deben llegar a ser buenos empleados, sino más bien que sea muy válida la creación de sus propias compañías a futuro, principalmente en la base de la pirámide, para que estos terminen generando más empleo.

Los gobiernos deben trabajar en crear y apoyar programas que incentiven el emprendimiento, y esto se logra, primero incluyendo dentro del pensum académico ordinario, materias obligatorias como la creatividad, la innovación y el emprendimiento, así como creando también leyes que obliguen a los sistemas pensionales y el sector financiero, a que un pequeño porcentaje de sus portafolio deba estar dirigido en ese sentido. 

Adicionalmente, el crear las condiciones propicias para el desarrollo de fondos de capital tanto privados como mixtos, que inviertan en este tipo de compañías; es tal vez en ese momento que la innovación se convierta en una cultura generalizada que adquiera mayor tracción en nuestro vivir cotidiano, en ese escenario la innovación dejará de estar de moda para pasar a ser un componente fundamental de una cultura de lucha permanente por desarrollar un mundo mejor.