Opinión Online

Cómo convertirse en un verdadero líder empresarial

Diferenciar al líder de otros estilos directivos y convertir en hábito la toma de decisiones bajo el modelo humanista, son las claves para lograr el verdadero liderazgo.

Invitado
23 de septiembre de 2015

Con esta columna finalizamos el especial Cómo Mejorar la toma de Decisiones Empresariales, en el cual además de orientar a los directivos colombianos en la toma decisiones,  a partir de la integración de los criterios de eficacia, eficiencia y consistencia explicadas ampliamente, el objetivo es que usted como directivo logre identificar qué tipo de estilo tiene: Mediocre, Tirano, Demagogo, Manipulador, Bonachón, Prestigioso, Persuasivos y  el verdadero líder.

Si bien estos perfiles no son más que una clasificación, en la realidad se pueden encontrar muchas más características, lo importante es entender cuál es la deficiencia que Usted o los demás directivos de su compañía presentan, para poder mejorar en ese aspecto. Como profesor de Dirección de Empresas, para mí lo más importante es que los directivos tengan claro que la dirección es en sí es la práctica de varias virtudes  y la principal es la prudencia, dirigir con prudencia se resume en incorporar mayores criterios de decisión. Cuando el directivo convierte esta acción en un hábito, sin duda, se convertirá en un líder real.

La visión humanista en la toma de decisiones, diferencia al verdadero líder de otro tipo de personajes carismáticos con poder coactivo o persuasivo, a quienes la gente usualmente denomina como líderes, pero que en realidad no lo son, porque sus propósitos, o son sólo económicos o son de un desmedido afán de poder y reconocimiento, nunca estarán encaminados al bien común sino en contra de los partícipes de la organización. Como lo habíamos comentado, un personaje como Hitler, no se le puede denominar líder a pesar de su gran capacidad como estratega y ejecutivo, en la clasificación hemos expuesto en los articulos anteriores, tiene todas las características del manipulador.

En nuestra historia reciente, por ejemplo el Presidente Obama aunque es un gran humanista y buen ejecutivo, no parece ser un gran estratega dicho incluso por personas de su mismo partido, por tanto, estaría en nuestra clasificación, en un estilo persuasivo. El expresidente Uribe quien es reconocido por ser un gran estratega y humanista (porque quiere el bien colectivo o al menos así lo percibe la mayoría), sin embargo no cumple cavalmente con el concepto de ejecutivo porque no parece delegar bien (micromanagement), y tampoco a dado muestras de haber desarrollado segundos que pudieran ser más capaces que él, este estilo en nuestra clasificación sería el de prestigioso. 

Los directivos pueden pasar por diferentes estilos, teniendo en cuenta el contexto en que se mueven, el momento histórico o las circunstancias particulares por las que atraviesas sus empresas. Las motivaciones humanas cambian, por factores del entorno (exógenos) y/o por factores internos (endógenos). Quien ayer fue un gran líder, puede convertirse con el tiempo en un mediocre, por eso es tan importante mantener el hábito de integrar las tres variables: eficacia, eficiencia y consistencia. Si el directivo no tiene un sistema de evaluación que lo esté retroalimentando, tiende a ir cambiando sus motivaciones, por lo que es importante contar con una Junta Directiva que esté exigiendo a sus funcionarios mantener un equilibrio entre el conocimiento y las habilidades.

Por ejemplo los directivos tiranos y los mediocres, usualmente no quieren retroalimentación de nadie.  También es posible tener una visión humanista e irla perdiendo, cuando se tienen  malas experiencias con la gente de la organización, principalmente temas de deslealtades, con lo cual los directivos suelen convertirse en tiranos. Por esta razón es tan importante la autocrítica. Estamos en una posición tan importante, que no podemos caer en estos estilos, que son realmente nocivos para las organizaciones.

No hay duda que lo más difícil es hacer siempre lo correcto, pero es posible lograrlo cuando la mente está tranquila y cuando se escucha a los demás.  Personalmente comparto con ustedes mi experiencial, me he impuesto el hábito de trabajar en las tres dimensiones, en el proceso he pasado por varios estilos de dirección, empecé siendo un directivo bonachón, a medida que profundicé en mis conocimientos de administración y dirección, logré convertirme en estratega, tengo una gran visión de lo que quiero alcanzar, pero me falta ser más ejecutivo, porque no tengo el tiempo necesario para dedicarme sólo a la dirección y aún me cuesta mucho exigirle a los demás. Con lo cual quiero manifestarles que uno siempre está en la lucha por convertirse en un verdadero líder y lo importante es no perder el entusiasmo de llegar a serlo y mantenerse.
 
La próxima semana iniciaremos un nuevo especial: Legado y Dirección (Legacy and Management) en el cual buscamos que las compañías de carácter familiar,  que son más del 90% de las empresas colombianas,  no sólo logren perdurar en el tiempo, sino motivar a un alto porcentaje de ellas a formalizarse para así lograr su traspaso generacional.