Opinión Online

Buenas prácticas de continuidad en las dinastías familiares

“La buena gobernabilidad sostenible en una dinastía familiar, trata es de compartir estructuras, cultura, visiones y procesos que llevan a la familia a generar un sistema unificado de creación de bienestar y riqueza, para todos los miembros familiares y la sociedad en general”.

Invitado
1 de septiembre de 2015

Las diferentes buenas prácticas que vienen desarrollando empresas familiares longevas que en los últimos veinte años, tanto en el tema patrimonial, como en el tema familiar y el empresarial, nos ha permitido desarrollar una lista de casi 60 buenas prácticas que es posible clasificar entre 6 a 8 categorías.

De estas quisiera resaltar uno de los principales retos que tienen este tipo de familias, que es el de mantener dos elementos básicos de manera activa y permanente:
 
  1. La confianza mutua e inteligente.
  2. La gestión del compromiso de todos y cada uno de los miembros de la familia con el legado familiar.

Para esto, se han desarrollado estructuras, lo que yo llamo “profesionales”  de comunicación, tanto a nivel familiar como a nivel patrimonial y a nivel empresarial, permitiendo a la familia mantenerse unida entorno a su historia y principalmente a su cultura.  

Muchos pensamos que el patrimonio económico es el elemento esencial de la cohesión familiar, pero también nos hemos dado cuenta atravesando el camino duro, que cuando el patrimonio económico es lo único que mantiene unida a la familia, lo más probable es que el fin de esa historia no termine siendo muy bonita; con lo cual el Modelo de Consolidación de las Dinastías Familiares (Serebrenik G. Raúl), no de gratis enfatiza que la riqueza familiar está compuesta por ocho diferentes dimensiones, todas y cada una, muy importante que se denominan Capitales:

El Capital Económico,
El Capital Emocional,
El Capital Familiar,
El Capital Estructural,
El Capital Humano,
El Capital Social,
El Capital Intelectual, y no por último el menos importante, sino probablemente el eje central el Capital Espiritual.

Como lección aprendida del Modelo, es clave entender que cada uno de estos elementos en la ecuación de la continuidad, es básico, necesario y fundamental, lo cual nos permite entender cuáles son esas buena prácticas en cada una de estas dimensiones.

Dado el entorno de nuestros días, quisiera referirme a los temas económicos y financieros de la familia, es entonces y en  esta dirección, que una de las buenas prácticas es la implementar los acuerdos de familia en estructuras legales nacionales e internacionales, para así dar paso a la planeación familiar y patrimonial por varias generaciones. El educar a las siguientes generaciones en estos temas y el saber seleccionar los asesores más calificados  y que se adecuen a la filosofía de cada familia en estos temas de complejidad, son fundamentales.

La otra buena práctica que han de ir desarrollando la familia al respecto, es el de la comunicación enfocada y adecuada a estos elementos tan críticos, pues una inadecuada comunicación a la persona equivocada en el momento equivocado, puede tener un efecto nocivo sobre el futuro de esa persona, y por esto, más allá que en un protocolo o acuerdo familiar,  debe existir unas reglas que dice que a cierta edad especifica los jóvenes miembros de la familia deben comenzar a enterarse de los asuntos financieros de la familia, por otra parte la madurez de la persona pudiera jugar un papel más preponderante que la misma edad; para esto las familias han desarrollado comisiones de trabajo que son las encargadas de escoger el momento apropiado para cada caso en particular.

Lea también: Buenas prácticas de continuidad en las dinastías familiares - parte 2
                     Buenas prácticas de continuidad en las dinastías familiares - parte 3