OPINIÓN ONLINE

¿Odia su empleo, pero no le interesa cambiar?

Un empleo que odiamos solo puede ser comparado con una prisión, la única diferencia es que nos vamos muy bien vestidos y salimos los fines de semana.

Eduardo Bolaños
9 de noviembre de 2016

Colombia es un país con más de dos millones de desocupados, lo cual es una tragedia; durante años hemos tenido una de las tasas de desempleo más altas de la región y solo hasta hace poco se logró reducir dicha tasa a un dígito, lo cual es positivo pero no deja de ser una vergüenza.

La presente columna es para hablar de aquellos “afortunados” que tienen empleo pero lo odian y sin embargo no se van; seguramente usted es uno de ellos o conoce a alguien en esta situación.

El empleo es una de las partes más importantes en la vida de una persona, un buen empleo puede hacer de alguien un mejor padre o esposo, llegar de la oficina feliz y con ganas de seguir adelante puede hacer la diferencia entre la típica batalla campal de todas las noches con su pareja o sentarse a planear el futuro juntos, es tan importante que le dedicamos la mayor parte de nuestro tiempo y solo dejamos unas 3 o 4 horas (en los mejores casos) para compartir con nuestras familias, y aun así muchos permanecen en empleos que odian… ¿por qué? Por qué someterse a esa tortura diaria, por qué no hacer algo para que esta situación cambie; acá puede tener mucho que ver el término “esposas doradas”.

Un empleo que odiamos solo puede ser comparado con una prisión, la única diferencia es que nos vamos muy bien vestidos y salimos los fines de semana, pero todo el tiempo llevamos unas pesadas esposas doradas que no nos permiten ir a otro lugar o emprender un negocio propio. El término “esposas doradas” hace referencia a todos aquellos beneficios o incentivos financieros que le son otorgados a un trabajador para permanecer en la empresa; en un mercado laboral como el colombiano, solo tener un salario por arriba del promedio hace muy complejo alejarse del trabajo que odia; seguramente tendrá que reducir sus ingresos y muy pocos están dispuestos a eso.

Si usted está atrapado en esta situación, pues no está solo, en Colombia 6,4 millones de trabajadores consideran que su empleo es inadecuado por insuficiencia de horas, por ingresos o por competencias, pero aun así no hacen nada por cambiar de empleador (subempleo subjetivo). Otros 2,4 millones de trabajadores consideran que su empleo es inadecuado por las mismas razones, pero sí están en búsqueda activa de un nuevo empleo (subempleo objetivo), ¿en qué grupo califica usted?

En muchos casos puede que no sea necesario encontrar un nuevo empleo, tal vez solo hace falta realizar cambios a su empleo actual; pregúntese que cambios lo harían feliz, que cambios lo harían salir de la prisión y pídalos, pida lo que quiere y la respuesta podría sorprenderle, buscar talentos y entrenar nuevos empleados tampoco es tarea fácil para las empresas; en caso de no conseguir los cambios deseados sabrá que hizo todo lo posible y quedará cordialmente invitado al grupo de 1´500.000 colombianos que consideran que su empleo es inadecuado por competencias pero están en la búsqueda activa de un mejor lugar.

Lea también: Señor Trump, salve usted América