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¿No le alcanza el tiempo? Algunas ideas sobre el Mindfulness y el management

Los directivos son, ante todo, trabajadores del conocimiento. Esta situación implica entender que están inmersos en una sociedad de la información, lo cual, a su vez, ocasiona serios problemas a la hora de relacionarse con su trabajo debido a la hiperconectividad y el exceso de información.

Jorge Gómez Pinilla
29 de septiembre de 2016

Los directivos son, ante todo, trabajadores del conocimiento. Esta situación implica entender que están inmersos en una sociedad de la información, lo cual, a su vez, ocasiona serios problemas a la hora de relacionarse con su trabajo debido a la hiperconectividad y el exceso de información. La consecuencia de esta situación conlleva a déficit de atención, dispersión y al famoso “multitasking”, que produce una baja productividad, sensación de agobio y, sobre todo, estrés y desmotivación.

Vivir en ese modo de “piloto automático” nos priva de vivir experiencias significativas por estar en presencia física, pero ausencia mental. El mejor ejemplo es cuando decidimos tomar unas merecidas vacaciones para estar con nuestra familia, pero lo que sucede en realidad es que nuestra mente y espíritu están con el último problema que dejamos en la oficina y dejamos de vivir a plenitud el momento de esparcimiento que tanto buscamos.

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A raíz de estos problemas, ha surgido una metodología educativa denominada el mindfulness que empieza a tener una amplia aplicación en el mundo de las empresas porque pretende liberar la mente de la sobrecarga de ocupaciones y preocupaciones que, la mayoría de las veces, no nos permiten concentrarnos en lo que hacemos. Este sistema se basa en la idea simple de cultivar la atención y concentración en las actividades que realizamos y, gracias a esto, el trabajo adquiere mayor sentido y se alcanzan mejores niveles de productividad.

Con el mindfulness se logra mejorar la memoria en el trabajo, la comprensión, el aprendizaje, la calidad de las discusiones, la resolución de problemas y, especialmente, la toma de decisiones (Ribera & Guillén 2014).

El propósito de esta metodología es, a mi juicio, permitir un equilibrio de nuestra vida personal y familiar con el trabajo. Esto quiere decir que el sentido del mindfulness es liberar el tiempo ocioso o improductivo para dedicarlo a otros fines como pasar más tiempo con la familia, los amigos o haciendo un deporte, lo cual nos brinda mayor sentido de bienestar y realización.

Empresas como General Mills o Google han implementado el mindfulness para mejorar la productividad y el sentido de satisfacción y contribución del trabajo. De hecho, Google tiene un programa denominado “Search Inside Yourself” que busca generar espacios de reflexión personal para entrenar la atención, el autoconocimiento y el fomento de hábitos mentales sanos como el orden, la organización y el “mono-task”.

Lo anterior nos lleva a preguntarnos cuáles pueden ser las actividades que contribuyen a un estado de atención plena o mindfulness en el mundo de las empresas y organizaciones.

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En primer lugar, debemos aprender a tener horarios con respecto a nuestro propio trabajo y llevar este orden a la agenda. Por ejemplo, un momento para responder las llamadas, contestar el teléfono o escribir informes.

En segundo lugar, es muy conveniente evitar hacer compromisos que no sabemos si podemos cumplir o no ¿Para qué enviar una información o hacer un informe que no nos están pidiendo porque no es necesario? Asimismo, antes de iniciar una lista de pendientes, es preciso preguntarnos si es necesario, útil o si me permite lograr algún objetivo. Muchas veces llenamos nuestras listas de pendientes de mil cosas que no tienen ningún impacto en nuestros objetivos personales o profesionales.

En tercer lugar, debemos reconocer que el peor cáncer de la vida directiva es el activismo, una adicción que genera su propia adrenalina. Esta enfermedad, para citar un ejemplo, se hace más evidente cuando tenemos que contestar el correo electrónico inmediatamente lo recibimos y dejamos de lado lo que estábamos haciendo; por no mencionar nuestras reacciones con el whatsapp o las alertas de Facebook o Linkedin. El mayor problema de este cáncer radica en que nos volvemos irreflexivos, primarios, reactivos y emocionales a la hora de tomar decisiones, lo cual va en contravía de lo que se espera de un directivo: su prudencia, ponderación y ecuanimidad a la hora de tomar decisiones.

Una buena conclusión sobre este tema sería recordar estas palabras: “Haz lo que debes y está en lo que haces”.

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