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Negocios: ¿por qué no te escuchan?

Si no te están escuchando, ¿cuál es la razón? No es que estés haciendo algo mal o que los demás tengan la culpa. Hay un problema de comunicación y existen varias razones por las que no te están atendiendo.

Gustavo Rivero
26 de febrero de 2016

Para ser eficaz en el trabajo debes ser escuchado. Los niños adquieren autoestima al ser tomados en serio, y esto implica prestar atención a lo que dicen. En los adultos la necesidad es casi igual de grande. Si no logras mantener la atención de los demás se van a infravalorar o ignorar tus opiniones y sugerencias.

Si no se te está escuchando, ¿cuál es la razón? No es que estés haciendo algo mal o que los demás tengan la culpa. Hay un problema de comunicación y existen varias razones por las que no te están atendiendo:

La razón número uno por la que las personas dejan de escuchar es que se les ha perdido desde el principio. Se desconectaron. No sobrecargues tu argumento. Redúcelo a un aspecto. Asegúrate de que estás satisfecho con ese único punto y luego espera. Busca señales de que la otra persona te ha escuchado. Si observas que no te está siguiendo, para y pregunta: "¿qué piensas al respecto?".

A veces están distraídos. Otra cosa está llamando su atención mientras lo intentas tú. Elige el momento y lugar en que no se distraigan. A veces no es fácil porque la vida de oficina bombardea a todos con distracciones constantes. Pregunta "¿cuándo te viene bien?", en lugar de "¿es éste un buen momento?", ya que la gente por educación va a decir que sí.

En ocasiones no tienen interés pero no saben hacértelo saber. Habla con personas interesadas. La llamada en frío a alguien que no está receptivo sólo te va a desmoralizar. Incluso si presionas más allá de su indiferencia les va a molestar tu intrusión. El mejor enfoque es preguntar si están interesados. Obtendrás algunos "no", pero al menos van a ser honestos. También sirve preguntar en privado a amigos y colegas para saber si alguien tiene interés.

Muchas personas con cargos muy importantes se ven obligadas a escuchar a tanta gente que se desconectan automáticamente. Han aprendido a escuchar falsamente debido a la demanda constante de su tiempo. No te unas a la fila de los ignorados. Contactar con alguien que tenga la atención de esa persona proporciona una buena entrada. Para llegar al pez gordo, primero debes llegar a las personas a las que ya escucha.

También puede suceder que hayas tocado una fibra sensible. La otra persona tiene creencias privadas que has invadido. Si ves que ha sucedido eso discúlpate y vete. No trates de regresar y culminar. No funcionará.

Igualmente podría pasar que sea el momento equivocado. Has entrado en situación cuando la otra persona no está dispuesta a escuchar. Si has llegado en mal momento y no lo sabías, retírate inmediatamente. No digas: "esto sólo será un minuto". Programa para más tarde, no en el acto.

Finalmente hay que tener cuidado si estás siendo demasiado duro poniendo énfasis en la otra persona. El estrés hace que todos dejen de escuchar. Incluso si sigues con fuerza suficiente como para salirte con la tuya, esto te prepara para ser excluido después. El secreto es establecer una buena relación. Sé agradable y sincero. Las señales de que lo estás logrando se dan cuando la otra persona sonríe, descruza sus brazos, se encuentra con tu mirada, y se ve relajada.