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Midiéndole el aceite a las Juntas Directivas

Interesante sería poder realizar una investigación sobre los procesos de evaluación a los cuales se han sometido o deberían someterse las Juntas Directivas. Opinión de Raúl Serebrenik G.

Dinero
9 de julio de 2012

Generalmente enfoco mis artículos en la Empresa Familiar, pero en este caso creo que la dinámica interna de cualquier Junta Directiva debe ser igual para cualquier institución u organización independientemente si esta es familiar, privada, pública, gubernamental, sin ánimo de lucro, comunitaria e inclusive religiosa.

La transparencia y la rendición de cuentas no son las principales virtudes de un gran número de administradores; y pienso que esto se refleja en sus actuaciones del día a día. No se puede pretender buscar la excelencia a punta de leyes o decretos reglamentarios, sino que esta debe venir del interior de cada junta. Debe haber un genuino deseo de superación como parte de ese proceso de aprovechar al máximo la junta y no al contrario, que sea la junta la que se aproveche.

Aquellos miembros de juntas que tienen ese verdadero sentimiento de mejorar, se someten a diferentes procesos de evaluación periódicamente, no solo porque la regulación en algunos casos lo exige, sino porque presume que todo lo evaluable es susceptible de mejora continua como parte de ese proceso de buscar la excelencia y sacar un mayor provecho a la junta en beneficio principalmente de la organización, si desatender los intereses de todos los involucrados.

En los últimos años he venido desarrollando y estudiando estos temas, el cual me ha servido para entender con mayor profundidad las dinámicas al interior de las Juntas Directivas y la correlación que se pueda tener entre la continuidad de las organizaciones y la robustez de sus órganos de dirección, propiedad y gobierno. El Sentido común nos indica que entre más robustos son sus sistemas de dirección, mejores indicadores y ganancias se han de tener, pero también entre más robustos los Órganos de Gobierno mayor valor ha de tener la empresa.

En relación a la crisis económica y financiera internacional, vale la pena profundizar en el tema de Gobierno Corporativo en el sistema financiero. Solo con aplicar al método científico de observación, no vemos mayores o profundos cambios regulatorios y estructurales, como si se dieron en el pasado en situaciones similares; como en 1991 en el Reino Unido y la famosa comisión inglesa que produjo el informe Cadbury a cargo de Sir Adrian Cadbury, o con la crisis en el año 2001 en Estados Unidos que generó la Ley Sarbanes-Oxley; a la fecha con una crisis mayor, no se han hecho cambios estructurales en las regulaciones con respecto al Gobierno Corporativo.

A la postre encontramos una serie de conflictos por no decir visos de corrupción (para llamarlos por su nombre), entre los académicos y el sistema financiero, el sistema regulatorio y las entidades de control, como también de las calificadoras de riesgos que claramente se pifiaron en lo que respecta al sistema financiero internacional.

El sector financiero debe ser ejemplo de gobierno y gestión, pues es el sector que soporta el crecimiento de los otros sectores de la economía de cualquier país, de ahí radica su importancia.

Como caso interesante de estudio se puede analizar la dinámica de lo que ocurría dentro de la Junta Directiva de la General Electric bajo el mando de Jack Welch, como una de las juntas más eficientes de la historia corporativa, la capacidad de trabajo en equipo. La dinámica exigía lo mejor de cada uno de sus miembros, la capacidad de rendir cuentas (como una buena práctica ejecutiva y no solo política), la capacidad de auto evaluación, entre otros, como elementos esenciales de una junta caracterizada por ser proactiva, generando una de las mayores riquezas para sus accionistas bajo el liderazgo del señor Welch.

El Buen Gobierno Corporativo, nació para prever manejos ilícitos dentro de las empresas, pasando a ser un ambiente de reflexión y crítica constructiva para trascender al Órgano de Gobierno por excelencia, agregando el máximo valor posible a los accionistas, empleados y a la sociedad en general; este ha de ser el destino de aquellas instituciones que quieran perdurar en el tiempo.


* Asesor para Empresas de Familia. Asesor Patrimonial
rauls@fcwpc.com