MARIA ALEJANDRA GONZALEZ-PEREZ

Los perros en el retrato familiar

Cambios en los estilos de vida y patrones evolucionistas han hecho que las mascotas sean cada vez más una parte integral en la vida de muchas personas.

Maria Alejandra Gonzalez-Perez, Maria Alejandra Gonzalez-Perez
22 de abril de 2018

Los cánidos (canidae) son un grupo de carnívoros mamíferos terrestres divididos en 36 especies entre las que se incluye el perro doméstico (canis familiaris), los zorros, coyotes y otros cánidos (algunos ya extintos). Los cánidos se comunican entre ellos mediante expresiones faciales, posturas corporales, movimientos corporales y en algunos casos con sonidos. Desde antes de Charles Darwin ha habido discusiones y estudios para determinar la ascendencia de los perros domésticos, ya que se han considerado como descendientes de los lobos (canis lupus) o del chacal dorado (golden aureus) o de otras especies ya extintas.  Sin embargo, Darwin (1868) consideró que quizás esto no podría ser determinado con certeza.

Quienes han encontrado evidencia de que los perros domésticos son descendientes de los lobos, consideran que los perros han heredado del lobo características biológicas esenciales incluyendo su comportamiento social en manadas, el cual tiene coincidencias con las familias humanas entre las que se encuentran la territorialidad, la cooperación para ir de cacería, el respeto por los lideres (alpha), las conexiones emocionales y los saludos después de separarse. 

Los perros y los humanos hemos vivido juntos por miles de años. Nicky Charles, directora del Centro de Estudios de Mujeres y Género en la Universidad de Warwick en Inglaterra, ha venido investigando el vínculo entre los humanos y los animales no humanos, y en un artículo del año 2016, donde se reportan los resultados de un estudio con datos empíricos, argumenta el surgimiento de familias post-humanas, o las familias más que humanas. En esta investigación sociológica se explica cómo las relaciones de poder entre humanos y perros son desiguales, y por ende los perros (y otros animales de compañía) incorporados a las familias son dependientes. Por esta razón, es que somos responsables de su bienestar (igual que si fueran hijos infantes). 

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Mi perro es mi hogar

My Dog is My Home” es un proyecto en Los Ángeles, en Estados Unidos, dedicado a compartir los testimonios de los lazos de cuidado, empatía, reciprocidad y amor entre personas sin hogar o en situación de calle y sus compañeros perros.  Las investigadoras Kathryn Gillespie y Victoria Lawson estudiaron la politización de las relaciones entre especies, la violencia estructural y la pobreza, las cuales hacen que se reproduzcan nociones basadas en las condiciones materiales de propiedad, hogar y familia, logrando con esto que las vidas humanas y animales en situación de calle sean percibidas como desechables. 

El profundo vínculo

Pese a no haber un vínculo consanguíneo, para muchas personas la planificación de la llegada, el cuidado, la crianza, la tenencia, la educación y la convivencia con un perro u otro animal de compañía es un ejercicio de maternidad/paternidad. La humanización de las mascotas ha venido evolucionando otorgándoles roles de compañía, terapia, amistad, y tratándolos como hijos.

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Desde la década de los cincuenta, John Bowlby definió el apego como una construcción organizacional que desarrolla el vínculo emocional entre los bebés humanos y sus cuidadores.  Según Bowlby, la función del apego en los primeros años de vida es conseguir protección y cuidado de otra persona, y esto se hace mediante la búsqueda de adaptar los comportamientos de quien le cuida (generalmente la madre). Estudios más recientes han encontrado que los estilos de apego son una combinación entre factores genéticos y experiencias sociales. 

La habilidad de los perros a desarrollar apego a los humanos es una de las consecuencias más reconocibles de su domesticación, y la manera como desarrolla afecto es análoga al apego entre bebés humanos y sus madres. Un estudio publicado en abril de 2018 en la revista Frontiers in Psychology encontró que el apego (mutuo) de los perros y sus dueños está asociado con polimorfismos del gen del receptor de oxitocina (OXTR) en ambas partes (así obviamente los perros no estén genéticamente relacionados con sus cuidadores), pero también se influencia por la personalidad del dueño del perro y el estilo de apego.

En una investigación liderada por el equipo de la Prof. Samantha Deffler del departamento de psicología y neurociencia en Duke University, y publicada en el año 2016 en la revista científica Memory & Cognition, se demostró cómo en la memoria humana los perros del hogar se catalogan como miembros de la familia.  No son escasos los lapsus linguae donde se le llama por el nombre del perro a alguno de los miembros de la familia. Según el estudio de la doctora Deffler y sus colaboradores, estos errores al llamar o referirse a alguien por el nombre no ocurren porque confundamos las especies o el género de los amigos o familiares, sino que tiene que ver con la manera en la que el cerebro clasifica la información. Según esta investigación, estos lapsus linguae pasan con los perros, pero no necesariamente otras mascotas. Una de las razones, es que las personas se comunican verbalmente más con perros que con otro tipo de mascotas. Sin embargo, la investigación indicó que quizás la substitución del nombre de algún miembro humano de la familia por el nombre del perro se da porque el cerebro no clasifica los nombres de la familia entre humanos y animales.

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Múltiples estudios han documentado como la terapia con animales ha sido efectiva para el tratamiento a personas de diferentes edades con necesidades médicas especiales o condiciones mentales como atención y comportamiento social, trastornos de ánimo, ansiedad, miedo, y enfermedades cardiovasculares.

La vida pública de las mascotas

Los parques y muchos espacios públicos son lugares en donde las interacciones entre perros y humanos son cada vez más frecuentes. Para Simon Carter, profesor de planeación urbana de la Universidad de Melbourne en Australia, la planeación de parques está fundamentada en valores antropocéntricos siendo los parques espacios diseñados primariamente para satisfacer las prioridades comunitarias, y aunque los perros son un grupo de interés importante de usuarios de los parques urbanos, el diseño de parques en las urbes aún los excluye en la planeación. 

Alrededor del mundo centros comerciales, restaurantes, hoteles, colegios, universidades, aerolíneas y otros establecimientos públicos han venido adaptándose al permitir y reglamentar la presencia de perros y otros animales de compañía dentro de las instalaciones. Incluso, varias empresas como Google y Amazon han establecido códigos de conducta y se han declarado “pet friendly” permitiendo que sus empleados puedan ir a trabajar en compañía de sus mascotas.

El mercado del cuidado de las mascotas

Euromonitor lanzó en marzo de 2018 el reporte de tendencias en el cuidado de las mascotas para este año.  En este reporte se estima que el mercado mundial del cuidado de mascotas alcanza actualmente 109 mil millones de dólares. En una investigación de la empresa de seguros Sainsbury incluida en el reporte, se encontró que el 46 por ciento de los dueños de perros o gatos dice tomarle más fotos a sus mascotas que a sus parejas, y el 26 por ciento reporta tomarle más fotos que a sus hijos humanos.