JULIANA SÁNCHEZ TRUJILLO

Los hábitos de la felicidad

El éxito de desarrollar nuevos hábitos radica en qué tanto nos motiva aquello que hacemos.

Juliana Sánchez Trujillo, Juliana Sánchez Trujillo
11 de abril de 2018

Una constante en la vida de las personas es la búsqueda del equilibrio, y para que este se logre, se requiere crear nuevos hábitos. El problema, es que la disciplina y la constancia tienden a fallar con frecuencia, generando sentimientos de frustración por aquello que no se logra alcanzar. Esto aplica para una nueva rutina de ejercicios, una dieta, el deseo de leer más, de acostarse más temprano, de meditar, entre muchas otras actividades que requieren de práctica constante. ¿Cómo lograr entonces desarrollar hábitos positivos?

Lo más importante es encontrar actividades que nos motiven. Tomemos el ejercicio como ejemplo. Ejercitarse no necesariamente es sinónimo de ir al gimnasio, pero muchas personas lo perciben así, y por su desagrado de asistir a este tipo de lugares, su voluntad flaquea. Lo que a veces olvidamos es que el objetivo principal del ejercicio es ponernos en movimiento y esto tiene muchas más posibilidades. Se puede caminar, bailar, hacer senderismo, trotar, jugar en un parque, hacer yoga, entre muchas otras disciplinas. ¿Quiénes son entonces los que logran desarrollar el hábito? Los que se divierten.

Lo anterior funciona, porque cuando se realiza una actividad que motiva, se entra en un estado óptimo o estado de fluidez. Según Mihaly Csikszentmilhalyi, el estado de fluidez o flow, es cuando nos encontramos inmersos completamente en una actividad, haciendo que se pierda la noción del tiempo y teniendo como resultado un flujo constante de pensamientos y actividad. Ésta se ha relacionado con un estado de felicidad, pues como lo dice la palabra misma “todo fluye”.

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Pero para que permanezcamos comprometidos con aquello que se busca lograr, es importante entender cómo respondemos a las expectativas tanto internas como externas, pues esto nos dará luz sobre cómo motivarnos para establecer hábitos efectivos. Basado en lo anterior, Gretchen Rubin propone que las personas cuentan con diferentes perfiles que definen qué tan efectivos son a la hora de responder a los hábitos. Estos perfiles están determinados por la habilidad para responder a expectativas internas (las propias) y externas (las de los demás).

Dentro de este listado, el primer perfil es el del defensor, quien responde muy bien a expectativas internas y externas. Es una persona que cumple fácilmente con lo que se propone e incluso tiende a terminar antes de tiempo. Su punto débil se da cuando las expectativas no son claras y especialmente cuando deben romper las reglas.

Por su parte, los cuestionadores, son personas que indagan todas las expectativas y solo cumplen cuando sienten que lo que se quiere lograr está bien justificado. Por tanto, se motivan desde la razón y el entendimiento del propósito de las cosas.

Además, están los obligados, que son excelentes para cumplir con las expectativas externas, pero tienen dificultad de cumplir con las internas. Este tipo de personas evita a toda costa decepcionar a los demás, por lo que una excelente forma de cumplir con lo que se propone es tener que rendirle cuentas a otros.

Finalmente, se cuenta con los rebeldes, que resisten todas las expectativas. Ellos deciden actuar desde una posición de libertad, por lo que decirles qué es lo que tienen que hacer puede resultar altamente contraproducente.

Entender estos perfiles es importante para saber cómo motivarnos frente a los hábitos, pero siempre recuerde que lo fundamental es que disfrute las actividades que realice al máximo.

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