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Los 20.000 puntos del Dow Jones, no tan rápido

Al menos 20.000 puntos, gritaban frenéticamente los corredores de la bolsa de New York en diciembre, mientras usaban gorras con la inscripción “almost 20.000”.

Camilo Díaz
4 de febrero de 2017

Aunque el Dow no batió su marca histórica antes de terminar el 2016, después de la pausa de navidad finalizando enero, superó la cota de 20.000 puntos nunca antes alcanzada. No era para menos, la FED a pesar de la subida de intereses en diciembre había dado un mensaje al mercado de ajustes paulatinos de tasas durante este año, y Trump como presidente electo había anunciado gasto en infraestructura, recorte de impuestos, y menos regulación; un cóctel perfecto para elevar las expectativas de ganancias de las empresas y con ello la cotización de las acciones.

Pero la luna de miel del mercado con Trump ha durado muy poco y el Dow Jones no pudo convertir los 20.000 puntos en un soporte técnico, más bien ahora luce como una resistencia, formada durante los intentos fallidos de superar los 20.000, ahora reforzada por hechos fundamentales que impiden que los operadores quieran tomar más riesgo en la renta variable americana.

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El tono beligerante de Trump con las compañías americanas especialmente las automotrices, no hace sino llenar de incertidumbre el mercado, también su posición de retirar a Estados Unidos del TPP y renegociar el Nafta, más una posible guerra comercial con China, que es el mayor tenedor de deuda americana, incrementan la volatilidad en los mercados financieros.

Su deseo de actualizar la infraestructura del país usando una combinación de gasto del gobierno y estímulo fiscal, más allá de las ventajas sobre el crecimiento, también es analizada con cautela porque elevará el déficit del gobierno y el nivel de deuda, una receta que inevitablemente conducirá a la FED a elevar tasas más rápido o a un nivel mayor para contener las presiones de un desbalance fiscal o corriente. Eso se ha reflejado en el empinamiento de la curva de rendimiento del bono a diez años que es la referencia para determinar el costo de capital de las empresas, y en efecto, la valoración de las acciones.

Tasas de interés altas en Estados Unidos significan dos cosas para las acciones. Una mayores costos de financiamiento, y dos un dólar apreciado frente a las otras divisas. Lo primero erosiona el valor intrínseco de las acciones porque la tasa de descuento de las ganancias es mayor. La segunda resta competitividad a las exportaciones americanas encareciendolas frente a las otras monedas como el Euro, el Yen, la Libra y el Renminbi, eso se traduce en menores ingresos, y en menos en dólares por las operaciones en el exterior.

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Menos ingresos, y más costo financiero, llevan a los inversionistas a pensar que es mejor tener posiciones vendedoras antes que compradoras en acciones. Además, muchos operadores del mercado compraron acciones tomando dinero prestado con tasas de interés bajas, ahora que pueden subir, prefieren liquidar sus portafolios antes que los costos de financiamiento empiecen a borrar las ganancias

Todavía falta conocer los resultados de los recortes de producción de crudo acordados por la Opep y otros estados productores como Rusia, y el avance de los productores de esquisto en Estados Unidos, que desde que el precio del crudo pasó US$50 han aumentado la producción en 400.000 bpd, restando efecto al recorte de la Opep. Sobre esto hay expectativa de cumplimiento del pacto, pero algunos comentarios a mitad de enero sobre la terminación del acuerdo en junio, y señales mixtas de algunos involucrados ha puesto dudas en el mismo. Cualquier movimiento desfavorable en el petróleo traerá caídas en las cotizaciones de los activos financieros de las petroleras y de empresas relacionadas con el sector.

Finalmente la incertidumbre generada por el Brexit, que deberá empezar finalizando el trimestre, y la temporada de elecciones en Europa definitivamente no son impulsores de las acciones. Mucho menos lo son, como lo ha titulado The Economist esta semana, los movimientos insurgentes de Trump en contra del orden global. Todos esos riesgos han sido recogidos por el Dow Jones, que se devolvió desde su récord histórico de 20.125 a 19.800 puntos la semana pasada, mostrando que la tendencia actual está agotándose y el ritmo de las cotizaciones no irá tan rápido.

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