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Un buen líder no lo hace

Las cosas positivas, las habilidades que debe desarrollar, el interés por la gente y el pensamiento estratégico son variables que definitivamente sí debe tener, pero revisemos lo más difícil, lo que jamás debe hacer.

Claudia Varela
9 de abril de 2017

Hacemos permanentes listas de variables, artículos, documentos compartidos, ted talks y videos que muestran las características de líderes con habilidades casi mesiánicas. Esperamos cada vez más de un líder y ponemos  las expectativas demasiado altas, olvidándonos de que estos personajes son humanos, inseguros, pueden aburrirse, ser egoístas y hasta cansarse de la presión de tener que hacer todo perfecto.

Observar las culturas corporativas, me permitió hacer una corta lista para entender lo que definitivamente NO debe hacer un buen líder. Las cosas positivas, las habilidades que debe desarrollar, el interés por la gente y el pensamiento estratégico son variables que definitivamente sí debe tener, pero revisemos lo más difícil, lo que jamás debe hacer.

Perder el control. Todos esperamos de los líderes respuestas y soluciones. Un buen líder jamás debe perder el control de la situación, si no tiene respuestas puede decir que va a pensar mejor las cosas y pedir ayuda de su equipo para encontrar el camino, pero ante una crisis o una situación inminente debe tener el control, al menos de las emociones.

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Ser deshonesto. La honestidad se da en todas las cosas de la vida. No hablo solamente de corrupción o de robar cosas materiales. Se trata de dar reconocimiento a las ideas ajenas, de apoyar de manera genuina a los miembros del equipo, de decir la verdad de manera directa, de manejar siempre una sola agenda.

Preferir a los que se parecen a él/ella. Todos los humanos nos movemos por afinidad. Es obvio que es más simpático emprender proyectos con aquellos con los que nos sentimos más cómodos, pero esto no quiere decir que solamente podamos trabajar con los que se parecen a nosotros. Siempre he dicho que es genial tener amigos en la oficina, pero no todos tienen que serlo, esto no se presiona, solo fluye. Hay una regla de oro y es que se puede trabajar con amigos pero hay que exigirles más, ser igual o más estrictos que con los no amigos. Eso da confianza, credibilidad y una sensación de equidad que siempre debe permanecer en todos los miembros del equipo.

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Ser inconsistente. Si un líder toma una decisión debe cumplirla, si da un feedback debe hacer seguimiento a lo que dijo, si es directo con la gente debe permitir que los demás sean directos con él, si llega tarde a una reunión no puede enojarse si los demás llegan tarde. Consistencia en cada detalle, no solo en las grandes decisiones.

Ser lo que no es. La gente valora mucho esto. Cada quien en su estilo, cada quien con su personalidad pero por favor hay que ser genuino y espontáneo. No forcemos las situaciones.

Ser egocéntrico. Esta es muy difícil, pero alcanzable si se es consciente. Siempre debe ponerse el interés del equipo por encima del interés personal. Un líder que muestra su gente, que ayuda a desarrollar los talentos, que sonríe y se muestra cercano, ganará el respeto y compromiso de su equipo.

El mundo busca líderes. Líderes reales. Líderes que inspiren y que quieran construir legados. Que cambien pensamientos y permeen culturas equivocadas. Estamos en el siglo de la diversidad y el cambio, seamos líderes que construyen y ayudan en la vida de los demás, que el orgullo sea ver crecer a tu equipo y sentir la alegría de un logro compartido. Que el universo nos ayude a ser mejores para hacer mejores entornos. No olvidemos que todos tenemos un propósito, dejemos de hacer propósitos solo individuales… el mundo necesita líderes reales, yo sigo pensando que sí existen.

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