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De lo práctico a lo light

Este es un llamado a todas las generaciones para que no sean light en las decisiones de empresa y equipo. Nadie es poseedor de la verdad, así que busquemos variables que nos ayuden a formar opiniones objetivas y creíbles.

Claudia Varela, Claudia Varela
30 de abril de 2017

En el mundo corporativo, de negocios o de empresa existen por supuesto diferentes estilos gerenciales y perfiles personales. Trabajar en medio de la diversidad sabiendo navegar en ella es la fórmula mágica para hacer más felices y productivos los dias laborales.

Aparecen los perfiles que hacen que cada tema se aborde de una manera bien diferente. Existen aquellos seres que se quedan demasiado en los detalles, quieren ver cada hoja, cada insecto, cada gota en la hoja del árbol y así jamás ven el bosque.

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Estos seres se demoran mucho en decidir, suelen ser inseguros y no toman decisiones solos. Aunque su posibilidad de fracaso en los modelos tradicionales es baja, su capacidad de innovación es casi nula y pierden muchas oportunidades por estar sobre-analizando cada decisión.

No es particularmente mi estilo de liderazgo o influenciación favorito pero les valoro su capacidad de análisis, dedicación extrema y paciencia. Estos personajes normalmente madrugan mucho y salen tarde de la oficina, son un poco vieja escuela pero siguen existiendo en un porcentaje bastante alto y está claro que pueden aportar en un grupo diverso.

Del otro lado del agua, en la otra orilla,  están los seres pragmáticos, tendientes a decidir con agilidad sin excesos de análisis ni opiniones. Suelen ser multi-task (o al menos se lo creen) y resuelven varias cosas a la vez con capacidad relativamente buena de no equivocarse, delegan mucho, a veces demasiado, y su máxima es mantener las cosas simples, es como si algo medio elaborado ya molestara un poco.

Personalmente amo el pragmatismo y la simpleza en la vida normal y laboral. Creo que en general muchas veces menos es más y me atraen los mensajes claros y simples. Sin embargo, el exceso de cualquier cosa en la vida puede ser vicioso. El pragmatismo es un estilo excelente pero que en ambientes complejos puede verse un poco liviano y si no se tiene la experiencia necesaria se puede caer reiterativamente en errores, que pueden ser pequeños pero también de gran implicación para la organización.

A mi modo de ver uno de los grandes errores de la vida actual, no solo corporativa sino social, es el acelere en el que vivimos. Opinamos sobre todas las cosas que suceden sin conocer en realidad más de lo que dice un tweet. Somos tendencias permanentes y a veces ni reflexionamos, solo corremos por la próxima tendencia.

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En el mundo corporativo no puede pasar diferente. No paramos, nunca paramos. Eso no va a cambiar porque es el ritmo de nuestros años, es lo que nos impone la vida ahora y el que no se mueva a ese ritmo tiene una alta probabilidad de fracaso.

Pero hay algo que no podemos permitir en ninguna instancia de la vida. Ser livianos en nuestras apreciaciones, mirar solo por encima lo que debemos mirar realmente más abajo. Hay que navegar profundo las aguas que lo requieran en el campo de los negocios.

No creo que la falta de claridad y zonas grises deban regir nuestro espíritu de Liderazgo empresarial, pero sí es muy importante que definamos que hay decisiones pequeñas o grandes que si tienen impacto deben al menos tener algún nivel de análisis, un indicador de éxito y ojalá un objetivo pre-establecido. ¿Cómo mido el éxito si nunca supe que me iba a indicar que lo logré?

Este es un llamado a todas las generaciones para que no sean light en las decisiones de empresa y equipo. Nadie es poseedor de la verdad, así que busquemos variables que nos ayuden a formar opiniones objetivas y creíbles. Quiero ser práctica, ágil, eficiente pero jamás liviana… ¿existirá punto medio? Hay que seguir buscándolo.

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