MANUEL RESTREPO

Las oportunidades en divisas para el 2018

No se nos haga extraño que las divisas que fueron las grandes perdedores en el 2017 sean las grandes oportunidades en el 2018.

Manuel Restrepo, Manuel Restrepo
27 de noviembre de 2017

El 2017 fue un año dinámico para los mercados financieros particularmente para el mercado internacional de divisas, donde las diversas preocupaciones por transiciones políticas en países desarrollados y emergentes, tensiones geopolíticas, y valorizaciones extremas en los diferentes activos financieros, generaron nerviosismo que solo sirvió de distracción para las grandes oportunidades en ciertas monedas. La pregunta es, ¿cuál será la dinámica de estas divisas en el 2018 y, por lo tanto, cuáles serán las principales oportunidades?

Las divisas a nivel global siempre tendrán como eje central el desempeño del dólar, el cual depende principalmente de los cambios en política monetaria en EE.UU, la cual está en proceso de transición. Para entender qué pasará en 2018 en el mercado de divisas a nivel mundial, basta con revisar los principales factores que definirán el desempeño de los mercados financieros para el próximo año.

En este sentido, la decisión de la FED de seguir aumentando tasas de interés en EE.UU, adicional a los avances en reformas fiscales críticas como la reforma de impuestos en EE.UU serán uno de los principales motores de definición entre las apreciaciones y depreciaciones de las diferentes monedas en el mundo. En este sentido, ambas campañas, tanto el de aumentar tasas de interés, así como el reducir materialmente los impuestos, carecen de carácter para lograr efectos significativos sobre el crecimiento global.

Las cifras de inflación en EE.UU muestran mayor estabilidad en comparación con años anteriores, por lo tanto, la sostenibilidad de un crecimiento en la inflación hacia el objetivo de largo plazo de la FED es difícil de creer lograrlo mientras enfrentamos problemas críticos y cambios en los patrones de consumo que no generan aumento en los salarios, ni aumento en los precios de la canasta de consumo con los nuevos avances tecnológicos que generan presiones deflacionarias. En ese sentido, el 2018 debería ser otro año que decepcionaría en crecimiento económico, y en inflación para la FED, lo cual implica una pausa al aumento en las tasas de referencia de la FED, y por lo tanto menos probabilidad de apreciación en el dólar.

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Asimismo, vemos que a Trump se le ha dificultado llevar a cabo las promesas de su campaña, incluyendo el unir a los mismos Republicanos para lograr una reforma tributaría considerable en EE.UU. Esto también es un factor que pone bajo presión el dólar al significar menores sorpresas positivas para las inversiones en EE.UU.

Por eso mismo, tiene sentido esperar algo de fortalecimiento en divisas como el Euro, la libra esterlina, el franco suizo en relación con el dólar. Sin embargo no es de esperar cambios muy significativos, dado que particularmente cada uno de estos países o regiones tienen sus propios retos. Por ejemplo, en Europa tenemos elecciones en Francia, Alemania, Holanda y Austria. En el Reino Unido probablemente tendremos el desencadenamiento del Brexit. Japón podría ser la excepción dado que la política expansiva del Banco de Japón continuará siendo las más agresivas entre los otros bancos centrales de países desarrollados para mantener un crecimiento estable y una inflación lejos del escenario de deflación. Esto como consecuencia implicaría un debilitamiento del yen en relación con el dólar.

Dado que los grandes capitales a nivel mundial siguen buscando algo de rendimientos en un escenario de tasas bajas divisas y ausencia de rendimientos en países desarrollados en los mercados de renta fija, vemos con buenas perspectivas los flujos entrantes en mercados emergentes, incluyendo América Latina. En este sentido, las divisas en América Latina deberían mostrar en su mayoría apreciación, probablemente con la excepción del peso mexicano que tiene varios retos adicionales a la dinámica macro de la región. Divisas como el real, peso colombiano, peso chile y el sol peruano podrían experimentar buenas oportunidades para los inversionistas.

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