OPINIÓN ONLINE

Dólar a $3.500 la nueva realidad

Déficit comercial y en cuenta corriente permanentes y petróleo sin horizontes de cambio mantendrán el dólar caro.

Invitado
13 de febrero de 2016

En la semana que terminó, el tipo de cambio alcanzó niveles nunca vistos, los $3455 pesos que hay que entregar por un dólar han puesto al desnudo la nueva realidad de la economía colombiana y sus vasos comunicantes con el entorno económico externo. La elevada dependencia al petróleo ha hecho que sea el precio del crudo el principal determinante de la tasa de cambio, porque el 52% de las exportaciones de Colombia son petróleo y ese sector fue el principal receptor de inversión extranjera, entonces con el cambio que han tenido los precios del crudo el valor de las exportaciones colombianas ha caído dramáticamente dejando un déficit en la balanza comercial de US$14.000 millones, mientras la inversión extranjera disminuyó US$3.276 millones quedando un déficit en la cuenta corriente de U$19.130 millones equivalente al 6,5% del PIB según estimaciones del Banco Central.

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Con ese desajuste en la cuenta de capital y en la balanza comercial más el déficit fiscal que está en el nivel de contingencia de la regla fiscal, es decir en 3,6% del PIB, la economía nacional sufre dos déficit gemelos cuyas correcciones tienen implicaciones en el crecimiento y podrán a prueba la capacidad del Ejecutivo para cumplir con sus objetivos de inversión pública, especialmente porque con la estrategia elegida de sostener el ritmo de crecimiento, está determinado por el gasto del Gobierno. Léase Pipe 2, inversiones en las 4G y los 1,2 billones de subsidio a las tasas de interés para adquisición de vivienda nueva, todo relacionado al sector constructor con la debilidad de que esas inversiones dependen de la capacidad del Estado para gastar, cuando su principal fuente de ingresos declinó.

Respecto al petróleo parece que las cosas no cambiarán pronto, el repunte de hace dos semanas se basó en los rumores de un posible acuerdo entre Irán, Rusia, Arabia Saudita y los demás miembros de la Opep para recortar producción y empujar los precios, todo terminó siendo un canto de sirena y la Opep aumentó su producción en enero a 32,33 mbpd, Irán sumó 80.000 bpd, Arabia Saudita otros 70.000 bpd, mientras Irak bombeó 50.000 bpd adicionales.

Estados Unidos sigue produciendo más de 9,3 mbpd y los inventarios comerciales han alcanzado un récord de 502 millones de barriles, y las facilidades de almacenamiento en Europa y Asia están copadas, entonces si la sobreoferta tasada en 1,84 mbpd no se corrige, la nueva producción tendrá que ser vendida con descuento porque no se encontrará donde almacenarla y tampoco se pueden detener los campos en producción.

El entorno presenta desafíos, en Estados Unidos las tasas de interés mandan señales confusas, si aumentan traen volatilidad puesto que estando bajas fueron las que propiciaron la valorización de los mercados financieros; y si se mantienen bajas evidencian que todavía no hay solidez en la economía y continúan los riesgos. China se desacelera a mayor ritmo del esperado y no consume materias primas como antes. En esas circunstancias quienes invierten en Colombia se han dado cuenta de eso y han liquidado posiciones en activos financieros, por eso los TES a 10 años han subido su rendimiento hasta 9% cuando hace un año era el 6,40% y el índice Colcap ha caído 14% a 1.200 puntos en ese mismo periodo.

Entonces la nueva realidad es un peso depreciado frente al dólar por cuenta de un déficit en cuenta corriente y comercial persistentes y la necesidad de corrección del déficit fiscal que, bajo la regla fiscal, impide aumentar el endeudamiento, algo que terminará en mayores impuestos o varias rondas más de ajuste del gasto del Gobierno en un momento donde cualquiera de los dos movimientos va con cargo al crecimiento económico. A su vez el ambiente externo tampoco facilitará la entrada de divisas porque aunque la FED ha dicho que el aumento de tasas será gradual, el mercado da por descontado que más tarde o más temprano el ajuste se dará.

Con lo que ha sucedido recientemente el puente que se había tendido (impulso a la construcción) para mantener el crecimiento y capear lo que se consideraba temporal parece que no va alcanzar a la otra orilla porque hay más distancia bajo la nueva realidad.